BRASIL
1ª de Mayo marcado por la represión en Paraná, ajustes y demagogia
01/05/2015
Los diversos actos del 1° de Mayo en todo el país estuvieron cruzados por diferentes tendencias. Por un lado, la politización en torno a la represión a los profesores en Paraná y las críticas a los ajustes promovidos por el gobierno de Dilma, como los decretos (Medidas Provisorias) MPs 664-665 y el Proyecto de Ley (PL) 4330 que generaliza la tercerización. Esta politización se expresó en banderas, vestimentas en negro “en luto”, en diversos lugares del país y a través de diferentes declaraciones, incluso de los tucanos (PSDB) distanciándose de la represión en Paraná. Por otro lado, se expresó también una continuidad con la situación política nacional previa a los ajustes en curso, la recesión y los impactos de la clase trabajadora.
En continuidad con el “viejo gradualismo brasilero” el 1° de Mayo estuvo marcado por manifestaciones con una baja asistencia y cierto “esperar y ver”. Uno de los signos de esta fecha también fue la pasividad de la izquierda frente a las convocatorias oficialistas en varias ciudades, diluyéndose en los actos oficialistas (como en Belo Horizonte y en Río) o sin organizar una fuerte manifestación independiente, donde se organizó en forma separada como en la capital paulista.
En Curitiba el acto del día del trabajador fue transformado en un día de protestas contra la represión del gobierno de Beto Richa. Algunos miles de manifestantes tomaron el Centro Cívico como manifestación de solidaridad con los profesores. Esta manifestación se destacó en el clima nacional pero no logró cambiar el “tono” general del día.
En San Pablo en medio del acto de la izquierda en Praça da Sé, el Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT) construyó un importante bloque con trabajadores de diversos sectores y en especial profesores que siguen en huelga desde hace más de 50 días que junto a la juventud plantearon la solidaridad con los profesores de Paraná, contra los ajustes y el PL 4330, la solidaridad con los negros de Baltimore que protestan contra la policía racista norteamericana, desde una perspectiva internacionalista y revolucionaria.
El primer hecho de gran importancia fue la novedad inaugurada por Dilma de no pronunciar ningún discurso el primero de mayo. Como escribimos, esta decisión tuvo como fondo el temor a nuevos “panelazos” de sectores acomodados de la clase media y especialmente frente a su imagen en retroceso en la clase trabajadora en medio de varios “ajustes” promovidos por su gobierno. Para no dejar en “blanco” este día, Dilma grabó algunos videos. En uno de ellos buscó diferenciarse de algunas visiones de parte de su base aliada sobre el PL 4330 pero defendió la tercerización.
Coincidiendo con Eduardo Cunha y diversas entidades patronales que han publicitado videos en redes sociales que argumentan que este proyecto “regulariza la situación laboral de millones de brasileros”, Dilma trató al proyecto como una conquista de los trabajadores. Este argumento es una falacia, pues los tercerizados son regulados por las mismas leyes laborales que el resto de los trabajadores y el proyecto suprime las obligaciones de la empresa contratante. Es decir, expone jurídicamente a los tercerizados a una mayor inseguridad que la actual.
Por otro lado, la presidenta de la República argumentó que sería necesario reglamentar diferencias entre las “actividades-medio” y las “actividades-fin”. De este modo su gobierno apunta a una línea más negociada con su base de apoyo, la CUT, que no se opone a la tercerización sino que busca únicamente mantenerla en los marcos similares a los actuales. Al prohibir o limitar la tercerización de las “actividades-fin”, las bases sindicales de la CUT se mantienen intactas, sin embargo la precarización de decenas de miles de trabajadores puede seguir desarrollándose, con la vista gorda de estos sindicalistas.
Lula, por su parte, en una de las manifestaciones en San Pablo organizada por el PT, la CUT, el MST y el MTST criticó nuevamente la represión a los profesores en Paraná e hizo una defensa del gobierno de Dilma y contra el impeachment. Aécio Neves, en un acto junto a Força Sindical y Eduardo Cunha tuvo que dar cuenta de la represión promovida por su correligionario Beto Richa pero recordó la hipocresía de aquellos que levantan la voz contra la represión en Paraná pero no se indignan frente a otras represiones a los trabajadores como la que llevó adelante el gobierno petisa de Bahía el año pasado. Esta verdad dicha por Aécio deja en claro cómo a pesar de las diferencias hay elementos comunes a todos los partidos del orden.
Esta “guerra” de declaraciones, sin que se exprese claramente una fuerte oposición de los trabajadores, muestra cómo queda un camino a ser recorrido por la izquierda para que podamos expresar en las calles la fuerza de la politización contra los ajustes visibles en los lugares de trabajo. Es necesario que las “posiciones” parlamentarias y sindicales conquistadas por la izquierda sean colocadas al servicio no de declaraciones sino de impulsar una fuerte movilización contra el PL 4330 y los ajustes.