Brasil: Declaración de emergencia
Ante el nuevo accidente de TAM
18/07/2007
Declaración de emergencia ante el nuevo accidente de TAM
Nueva negligencia del gobierno Lula y TAM mata a casi 200 personas entre trabajadores y pasajeros
La negligencia del gobierno Lula, a través de Infraero (empresa pública que administra los aeropuertos brasileños) y de la Aeronáutica, así como la desenfrenada explotación capitalista de las empresas de aviación -siendo TAM la protagonista en este momento- fue la causa de la confirmada muerte de como mínimo 200 personas tras el derrape de un avión de la empresa en la pista del aeropuerto de Congonhas en San Pablo y el choque con la Terminal de Cargas (TECA), compartida por TAM y Gol frente al aeropuerto. No se sabe aún la cantidad exacta de víctimas entre las personas que trabajaban en el TECA (son cerca de 300 empleados distribuidos en varios turnos, y en el momento del choque había cambio de turno) pero ya no hay posibilidades de encontrar sobrevivientes entre los 186 pasajeros y tripulantes del avión.
Una vez más fueron los trabajadores y el pueblo usuario que pagó por la carrera desenfrenada de los capitalistas aéreos y sus agentes tras las ganancias, cuesten las vidas que cuesten. Hace tiempo que esto, y más aún después del agravamiento de la crisis aérea con el reciente accidente de un avión de Gol, ha sido denunciado por trabajadores de las empresas, controladores de vuelos, sindicatos e incluso por organismos internacionales la precariedad de las condiciones de los aeropuertos así como de las condiciones de trabajo de los empleados de la aviación en el país.
Fue para evitar tragedias como esta que centenares de controladores aéreos del país se movilizaron y se negaban a trabajar como forma de protesta y para alertar a la sociedad, ya que los trabajadores y operadores conocen los graves riesgos que conllevan las precarias condiciones de los equipos, siendo luego censurados -y algunos de ellos presos- por el gobierno de Lula y por los militares de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB).
En el caso específico de las condiciones de las pistas de aterrizaje y despegue del aeropuerto de Congonhas, siempre fue consenso entre los controladores de la torre de control y los trabajadores del medio aeronáutico que Infraero y las empresas cerraron un arriesgado acuerdo de “reformar” las pistas superficialmente sin clausurar el aeropuerto, lo que muestra las reales intenciones del gobierno de inversión en el sector. Totalmente alineado con los intereses lucrativos ininterrumpidos de las empresas aéreas, contra las condiciones mínimas de trabajo y contra las condiciones de seguridad de los usuarios.
Este choque de intereses se evidencia cuando recordamos que este mismo mes, en el que el presidente de Gol, Nenê Constantino, fue denunciado por ser parte de esquemas de lavado de dinero y su relación con parlamentarios que desvían dinero público, la ministra de turismo Marta Suplicy, con total desvergüenza, llegó a proponer que los pasajeros deben “relajarse y gozar” ante la total ausencia de apoyo de su gobierno y de las empresas a los usuarios que ahora deben encarar el derecho a volar como una cuestión de riesgo de muerte.
Es ante esta nueva tragedia que vemos necesario unir a los trabajadores y sus asociaciones y sindicatos para crear inmediatamente lazos activos de solidaridad entre los parientes de las víctimas entre los usuarios, tripulantes y trabajadores del TECA para denunciar al gobierno y a TAM como los verdaderos responsables por las muertes y que las autoridades y dirigentes paguen por esto; forjar un comité popular abierto que pueda reunir diversos sindicatos y movimientos sociales que investigue este y los demás accidentes, y luche de todas las maneras para exigir todas las indemnizaciones necesarias a los parientes hasta la prisión de estos dirigentes del capitalismo aéreo por las muertes. Esta unidad, independiente del gobierno y de la burguesía, debería estar al servicio de llamar a la población a discutir desde las causas a la solución del “caos” aéreo; mostrar que la carrera por más ganancias sólo encontrará solución con medidas radicales, organizando también a los trabajadores del sector aéreo por mejores condiciones de trabajo y contra la represión a los que luchan. Sin atacar la causa no resolveremos el problema de la aviación comercial. Sólo los trabajadores pueden dar una salida de fondo a la crisis aérea evitando futuras tragedias producto de la búsqueda desenfrenada de los patrones de mayores ganancias.