Reiteramos nuestro llamado de impulsar una campaña en frente único para desenmascarar a Chávez

Desde la realización de la IV Conferencia Internacional de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional en febrero de este año, hicimos un llamado dirigido a las organizaciones internacionales que se reivindican trotskistas, que mantenían en aquel momento una posición independiente respecto de Chávez, a impulsar una campaña común con tres ejes fundamentales: 1) contra las falsas nacionalizaciones de Chávez, luchar por la nacionalización sin indemnización de todas las industrias estratégicas, bajo control y gestión obrera; 2) luchar por un partido obrero independiente para que la clase obrera comience a tener influencia en la vida política nacional contra todas las variantes del reformismo y del nacionalismo burgués; 3) la perspectiva de un gobierno obrero, campesino y del pueblo pobre como única vía real para dar pasos a la resolución de las principales demandas obreras, campesinas y populares, contra todo engaño del “socialismo del siglo XXI”.

Este llamado partía de la importancia de la tarea que tienen los revolucionarios de combatir las ilusiones de los trabajadores y de las masas latinoamericanas alrededor de estas nuevas medidas surgidas en el continente luego del desgaste de la ofensiva neoliberal que caracterizó la situación existente durante la década de los ’90, de la cual Chávez es la mayor expresión. Con un proyecto desarrollista burgués moderado, inferior incluso si comparado a otros gobiernos burgueses anteriores como Perón y Cárdenas, Chávez busca garantizar la continuidad de la explotación capitalista sobre la clase trabajadora y las masas venezolanas, mientras avanza en medidas bonapartistas para consolidar su dominación. Es en este marco que se ubican la formación del PSUV, la ofensiva de Chávez para intentar controlar los sindicatos, las reformas en la constitución que buscan garantizar su permanencia en el poder, y recientemente el cierre de RCTV.

Sobre esta última medida, nosotros que integramos la FT-CI de la que es parte la LER-QI en Brasil, desde el principio denunciamos su caracter bonapartista, rescatando a Trotsky cuando afirmaba que: “Tanto la experiencia histórica como teórica prueban que cualquier restricción de la democracia en la sociedad burguesa es, en último análisis, invariablemente dirigida contra el proletariado, así como cualquier impuesto que se cree pesa sobre los ombros de la clase obrera. La democracia burguesa es útil para el proletariado solo mientras le abre el camino al desarrollo de la lucha de clases. Consecuentemente, cualquier ‘dirigente’ de la clase obrera que propicia al gobierno burgués medios especiales para controlar la opinión pública en general y la prensa en particular es, justamente, un traidor”.

Así, planteamos una posición principista ante esta medida, que amplios sectores de la izquierda apoyaron como si fuese una medida progresiva, sembrando la confusión y profundizando la ilusión de la clase trabajadora y de las masas en Chávez. Contra esta posición equivocada, desde el principio defendimos la necesidad de que la clase obrera tenga una política independiente, pues es solo ella, con sus métodos de lucha, la que puede superar los límites de la libertad de expresión burguesa, luchando contra el monopolio impuesto por los magnates de la prensa y las restricciones del gobierno, como hicieron por ejemplo los trabajadores mexicanos en la Comuna de Oaxaca, cuando pusieron los medios de comunicación al servicio de sus luchas. O también, como hacen hoy los trabajadores del Sutep, que tomaron por asalto las cabinas de transmisión de quince emisoras de radio en el Cusco, en Perú, para difundir su pauta de reivindicaciones, en rechazo a la privatización de la educación. Esta acción de los trabajadores permite explicar en forma más concreta la diferencia entre las medidas contra la prensa tomadas por la burguesía y sus gobernantes, y las que son llevadas adelante por la clase obrera con sus propios métodos de lucha.

Lamentablemente, la dirección del PSTU no respondió a nuestra primera propuesta de campaña conjunta para contraponer con la mayor fuerza posible la influencia del chavismo en la vanguardia obrera y popular en nuestro continente. Ahora, en su declaración titulada Sobre el cierre de la RCTV en Venezuela la LIT llama a la izquierda a pronunciarse en forma principista al final. Los compañeros deben saber que nuestra organización internacional viene ubicándose de forma principista desde el principio, incluso cuando el PSTU tenía inicialmente una posición ambigua, como la sostenida en su site a través de una nota en la que afirmaba que “si Lula decidiese retirar la concesión al malufista Silvio Santos [...] sería una medida importante que debería ser aplaudida”, pero faltaría “terminar también con la señal de Rede Globo”, o de apoyo abierto a la posición de Chávez por Valério Arcary expresado en una actividad realizada en la ocupación de la USP, con la cual discutimos en la edición de junio de nuestro diario Palavra Operária.

Sin embargo, la nueva posición expresada por la LIT en su declaración titulada Sobre el cierre de la RCTV en Venezuela, y los últimos artículos del PSTU que tratan el tema, sirven de base para proponerles en un primer plano una campaña que rescate los tres ejes que nortearon el llamado hecho por nuestra organización internacionale, nombrados en el principio de esta carta. O, como mínimo, una campaña a nivel nacional sobre la cuestión de la RCTV que sea tomada en común por los compañeros del PSTU. Esto tendría un gran valor en la lucha para desenmascarar al chavismo, cuya retórica ha repercutido más allá de las fronteras venezolanas, reflejándose en la simpatía de importates camadas de las masas en todo el continente y aún en la adhesión a su proyecto. Esta tarea adquiere aún más importancia ante la constataciónde que una amplia gama de las organizaciones de izquierda a escala internacional se rinde al nacionalismo burgués de Chávez. Aún más cuando los stalinistas, de acuerdo con su tradición, se adelantan para atacar las posiciones de independencia de clase y defender al gobierno burgués de Chávez, como hace Altamiro Borges en su texto PSTU lamenta por la RCTV venezolana. Mientras tanto, el PSOL aprueba como resolución de su I Congreso el apoyo a Chávez y al ALBA.

Es por eso que insistimos en el llamado a los compañeros para que actuemos en el sentido de forjar sectores de trabajadores y de la juventud de acuerdo con los principios de independencia de clase, ofreciendo una respuesta a estas repeticiones del viejo reformismo crecientemente desprovistos de reformas, de modo a responder las cuestiones candentes de nuestra época. Proponemos impulsar esta campaña en los sindicatos de Conlutas, en todas las estructuras donde estamos y en las universidades, donde podremos impulsar debates y actividades, para educar a una vanguardia de trabajadores y de la juventud rescatando la lucha por una política independiente de la clase obrera y por el internacionalismo proletario.
Fraternalmente

Dirección de la LER-QI

San Pablo, 15 de julio de 2007.