Chile: represión y más de 400 detenidos
Jornada de movilización nacional
30/08/2007 Clase contra Clase
En Chile están predominando tres procesos simultáneamente: Un clima de irritación en la política nacional de los partidos patronales de la Concertación y la derecha -aún con un ciclo de bonanza económica fenomenal. En parte por esto último, un clima de creciente actividad huelguística, con una dinámica de lucha sindical más combativa y la instalación de un debate nacional sobre los problemas obreros (el salario, la negociación colectiva, las prácticas patronales anti sindicales, la externalización, etc), todo lo que está comenzando a implicar la relación de fuerzas más general entre las clases. En tercer lugar, un clima de descontento pasivo en amplios sectores del movimiento de masas (sectores de capas medias, movimiento estudiantil, sectores de juventud poblacional), ante las alzas en el costo de la vida y otros problemas como el Transantiago (el sistema de transporte colectivo de pasajeros).
Tras un aumento del salario mínimo miserable a principios de junio, siendo que predominan los salarios de hambre, la CUT anunció un llamado a una Jornada de movilización nacional en protesta. Poco después, estallaba la huelga de los trabajadores subcontratistas de Codelco, poco antes había sido la de los subcontratistas forestales, de los chóferes de buses, se desataba poco después la de trabajadores de distintas empresas agroindustriales. Un Paro Nacional estaba a la orden del día. Aún así, la CUT mantuvo un llamado a movilización a fines de agosto.
La irritación en la política nacional, y esta dinámica huelguística, así como el inicio de un ciclo electoral de dos años (municipales en 2008, presidenciales y parlamentarias en 2009), produjo movimientos en los partidos patronales: tanto dirigentes de la Concertación como de la derecha, apoyaron y llamaron a movilizarse.
Al no convocar la CUT a Paro Nacional y llamar a movilizaciones en horarios de trabajo, dejando librados a las diferentes formas de protesta que cada uno encuentre después del trabajo, impidió que se expresara este creciente clima huelguístico en curso.
Pero el descontento pasivo en amplios sectores del movimiento de masas, pudo expresarse. Con un tono antineoliberal -contra los sectores neoliberales del gobierno- que le imprimió la CUT.
La Jornada del 29 de agosto tuvo carácter nacional, con movilizaciones, aunque relativamente reducidas, en las principales ciudades del país. Aproximadamente 30.000 manifestantes, con alrededor de 5.000 en Santiago. La brutalidad policial se hizo presente nuevamente, animada por la política de Bachelet, culminando con más de 400 detenidos, incluyendo una golpiza con manifiesta odiosidad de un Carabinero contra el senador socialista Alejandro Navarro, al que debieron hospitalizar.
La Jornada del 29 de agosto fue un hecho político de peso nacional de las principales organizaciones de los trabajadores y la izquierda que se inscribe en esta nueva realidad nacional, que enmarca el creciente clima huelguístico. La dirección de la CUT, co-dirigida por el PS Arturo Martínez junto con el PC, no permitió que se expresara. Fortalecer ese clima huelguístico -la clase trabajadora con sus métodos propios- avanzar a enarbolar una política propia ante las alzas, los problemas de la salud, la educación y la vivienda, uniendo detrás de sí a estudiantes y pobladores, poniéndose en el centro de la política nacional, comienza a estar nuevamente planteado y es parte de las tareas por delante. La movilización social, el comienzo -proceso aún inicial- del traslado de la política a las calles (que esta Jornada del 29 de agosto confirmó) actuará -de continuar y desarrollarse, lo que no está garantizado de antemano- de marco más favorable.