Argentina | Editorial La Verdad Obrera
Luchar en los sindicatos para pelear por la clase obrera
17/05/2012
Ni bien terminaron de conocerse los resultados de las elecciones de la Alimentación, la alegría de cientos de obreros se hizo sentir. Más de 100 fiscales llegaron a las puertas del Sindicato. La patota no tuvo más remedio que encerrarse, rejas adentro. Mensajes de texto felicitando a los candidatos, agradeciendo a los jóvenes y estudiantes que colaboraron, y también cartas escritas a mano por obreros y obreras que fueron leídas en las asambleas al día siguiente. Los abrazos de los trabajadores que se concentraron en las puertas del STIA contrastaban con las caras largas de los “ganadores”. La moral, la fuerza y militancia estuvo sin lugar a dudas de este lado y miles miraron con desprecio el arribismo, el fraude, la corrupción de Daer y sus amigos. La batalla fue bien dada y el orgullo era compartido por cientos de anónimos obreros que todos los días madrugan y van a dejar parte de su vida en las líneas y esta vez pusieron parte de su tiempo para dar esta gran pelea. Muchos habían entrado a su trabajo a las 22 hs. y desde las 2 de la mañana estaban militando como nunca para defender cada uno de los votos y evitar todas las maniobras “verdes”. Y ahí estaban muchos de ellos, después de pelear concentrados casi 20 horas seguidas. Los estudiantes que estuvieron en las puertas de las fábricas colaborando, los que habían ido una y otra vez durante la campaña, estaban allí, cantándole en la cara a una patota que buscaba ánimo y no lo podía encontrar.
Un voto consciente y con historia
El 40% obtenido por La Bordó en la Alimentación no cae del cielo, ni se trata tan sólo de un “espacio electoral” surgido del desprestigio de la burocracia de Daer. En este gremio se dieron peleas enormes que se expresan en esta extraordinaria batalla y esta gran elección. Kraft 2009: más de 150 despidos que fueron enfrentados con bravura. 37 días de paro, 11 cortes de la Panamericana, los estudiantes en Callao y Corrientes, movilizaciones a Plaza de Mayo, represión y desalojo que no hizo bajar los brazos. Una lucha que comenzó en agosto con los despidos y terminó después de diciembre, mes donde todavía seguían con los cortes de la Panamericana. Una lucha histórica que sólo pudo frenarse desde adentro con la firma del acta que dejó en la calle a 53 de los mejores activistas, que conmovió al país e hizo que el sector clasista de Kraft ganara la Comisión Interna. Javier “Poke” Hermosilla, uno de los principales dirigentes de esa gran batalla obrera, estuvo al frente de La Bordó. Todos sabían que votaban a un referente de una lucha histórica, de una lista combativa.
Córdoba 2010: Arcor paralizada durante casi un mes por aumento de salario, paros en todas las fábricas, cortes de Panamericana de los trabajadores de Kraft por paritarias y en solidaridad con sus compañeros cordobeses. Se consigue el 35%, se rompe el techo salarial y otra vez son los obreros de la Alimentación los grandes protagonistas. PepsiCo 2011: cortes de ruta, los efectivos luchan por los contratados y se los efectiviza. Una nueva conciencia se abre paso, los que tienen trabajo estable lo ponen en riesgo por sus compañeros precarios. La lucha de los trabajadores tuvo sus hitos que marcaron esta historia. Pero también hay que decir que muchos de los candidatos de la Lista Bordó fueron candidatos del Frente de Izquierda en las elecciones nacionales, como Catalina Balaguer o el propio Hermosilla, que una semana antes de las elecciones fue uno de los principales oradores por el PTS en el acto del FIT el 1° de Mayo en Plaza de Mayo. En las fábricas más grandes de la Alimentación decenas de obreros habían colaborado con la izquierda en las elecciones nacionales y allí se había hecho una campaña intensa. Muchos de los candidatos son ahora perseguidos judicialmente y espiados por el “Proyecto X”. Cuando cada compañero puso su voto Bordó en la urna sabía lo que estaba haciendo y a quien votaba.
Años de militancia fabril
Pero si el resultado es fruto de estas históricas luchas, lo es también de años de militancia en este importantísimo gremio. La lista Bordó estuvo compuesta por cientos de trabajadores: 500 entre candidatos y avalistas. Entre sus candidatos al Consejo Directivo, todos los compañeros del PTS y de la Interna de Kraft en su momento fueron despedidos o separados de las fábricas por las patronales. Catalina Balaguer, despedida por defender a los contratados, a compañeras trabajadoras embarazadas, fue reincorporada en un fallo histórico que llegó a la Corte Suprema y sentó una nueva jurisprudencia e incorporó a la legislación la figura del “delegado de hecho”, una conquista que sirvió luego para defender a cientos de activistas. Javier Hermosilla fue despedido en 2009 junto con más de 150 activistas y la empresa impidió durante semanas su ingreso a la planta. Entre los despedidos estaba también Elvio “Tano” Baldasarri que fue reincorporado por esa histórica lucha. Juan Carlos Cabana de Stani, hoy es congresal. Fue despedido en el 2007, ingresó saltando los molinetes y fue defendido durante horas por sus compañeros hasta que la empresa lo reincorporó. Leonardo Norniella fue suspendido y reincorporado por fallo judicial, por la empresa PepsiCo y Alejandro Morelli, actual congresal estuvo años despedido peleando por su puesto de trabajo. Le ofrecieron casi $300.000 para no volver a PepsiCo, pero los desechó. Fue uno de los grandes activistas de esta elección. Oscar Coria fue uno de los dirigentes del PTS despedidos en 2009 y aún lucha por su reincorporación, siendo uno de los impulsores del Cuerpo de Delegados de Kraft y uno de los principales dirigentes de ese histórico conflicto.
Esta lista tiene la historia de una corriente que nació en 2001 cuando Leonardo Norniella formó parte de la Interna y luego esta se dividió por la negativa de un sector a defender a las contratadas. Estos terminaron con La Verde, mientras que Norniella fue suspendido y a su regreso encabezó la lista que conquistó la Interna de PepsiCo, en 2003.
Grandes monopolios y concentración obrera
El gremio de la Alimentación tiene particularidades que lo convierten en un gremio de enorme peso político, económico y social. Por tener una burocracia debilitada por haber sido la cabeza de la CGT menemista, por contar con grandes monopolios millonarios y una fuerte concentración de trabajadores expuestos a bajos salarios y malas condiciones de trabajo, los militantes del PTS lo consideramos hace años “un eslabón débil” de la burocracia y las patronales. Pero sobre todo tiene importancia por el poder económico que concentra. Allí están instalados los grandes monopolios mundiales de la Alimentación, Nestlé, Kraft, PepsiCo, los líderes de la industria alimenticia en el planeta. Instalados en la Argentina trabajan para el mercado interno, sufriendo menos que otras ramas los vaivenes de la economía y sus crisis. Los defiende la Embajada Norteamericana. Kraft, que acá factura U$S600 millones cuenta con 4 plantas en el país en Buenos Aires y San Luis, PepsiCo está en Florida, Mar del Plata, La Rioja y San Juan. Junto con ellos Arcor, la gran transnacional argentina que es la principal productora de caramelos del mundo y principal exportadora de golosinas de Argentina, Brasil, Chile y Perú, con 29 plantas industriales en Argentina. Estas empresas tienen todo el aval del gobierno. El 15 de mayo Cristina Kirchner encabezó un acto en Stani/Cadbury (Kraft Planta Victoria) ratificando su alianza con esta patronal imperialista y además saludó los proyectos de inversión de empresas yanquis en el país.
Las principales marcas de alimentos que se consumen en el país salen de las líneas de estas grandes empresas. En toda esta industria trabajan 80.000 obreros. Están concentrados en los grandes monopolios pero también en fábricas medianas y chicas que se esparcen por todo el territorio. El STIA Capital-Buenos Aires, donde se realizaron las elecciones, agrupa a unos 12.000 trabajadores de los que están afiliados sólo 5.000. Poner una cuña clasista y desarrollarla en este mar proletario y de concentración capitalista debería ser una tarea de todo partido con verdaderas ambiciones revolucionarias.
Nuestra lucha en los sindicatos
Tanto la Tercera como la Cuarta Internacional, que concentran las mejores tradiciones de la clase obrera, consideraron indispensable trabajar en los sindicatos reconocidos por los trabajadores como “organizaciones de masas” para la lucha por reivindicaciones parciales y transitorias. Pero al mismo tiempo alertaban que agrupaban (como ahora) sólo a una parte minoritaria de los trabajadores, incluso muchas veces el sector más conservador. Esto obliga a tener una política hacia los sindicatos para transformarlos en su contenido, organización y programa, donde se imponga la más amplia democracia obrera y la independencia absoluta del Estado, lo que plantea como tarea de primer orden expulsar a la burocracia sindical. Pero considerando que no son fines en sí, sino medios para llegar al conjunto de la clase obrera y dotarla de un programa que vaya más allá de sus reivindicaciones inmediatas.
La formación de listas en los sindicatos, que logran incluso excelentes resultados, tiene una enorme importancia pero son sólo una forma de llegar a sectores mucho más amplios de la clase obrera que tiene millones de no sindicalizados, trabajadores en negro y desocupados. Desde este ángulo militamos en este poderoso sector de la clase obrera argentina. Nuestra participación en la vida sindical, recuperando primero Comisiones Internas, para que se transformen en verdaderos comités de fábrica, consiguiendo delegados y ahora conquistando el apoyo electoral de una franja considerable de los trabajadores del STIA Capital tiene este fin. Lo hacemos para llegar a las decenas de miles de obreros de la Alimentación de todo el país y para alentar a los compañeros y compañeras que se proponen hacer lo mismo en los otros gremios, para llegar a los millones de trabajadores del país, a los obreros de las grandes terminales automotrices, de las siderúrgicas, de las fábricas metalúrgicas, del transporte y los servicios. El ejemplo de la Alimentación tiene sentido como avanzada y demostración de que en los grandes sindicatos del país, la izquierda obrera puede y debe luchar por fracciones clasistas y en perspectiva revolucionarias. Nadie que crea firmemente en la perspectiva de la revolución obrera puede renunciar a esta pelea si no quiere limitarse a ser un comentarista de la realidad.
Un programa para la clase obrera
Luchamos en los sindicatos para que estos adopten un programa y una perspectiva clasista. Su política debe buscar la unidad de las filas obreras, de los tercerizados, de los precarios, sobre la base de la democracia obrera y la expulsión de la burocracia. Pero también del conjunto del pueblo pobre. Siendo la clase obrera, junto con sus familias, la mayoría aplastante del país nosotros peleamos para que los sectores más avanzados tomen en sus manos las demandas de las capas más oprimidas de la sociedad, de los que viven en peores condiciones aún que los propios obreros en blanco. Es por ello que muchos de los que hoy integraron la Lista Bordó fueron parte de la delegación de dirigentes obreros del PTS y del Sindicato Ceramista de Neuquén, una organización democrática y clasista, que fueron hasta el Parque Indoamericano a solidarizarse con los compañeros que peleaban por tierra y vivienda a fines de 2010. Ese símbolo, esos compañeros entrando a un parque militarizado a llevar apoyo a los inmigrantes reprimidos muestra una estrategia, la unidad de la clase obrera con el pueblo pobre. Nosotros creemos fervientemente en la clase obrera pero no como sujeto de lucha por sus condiciones de trabajo, por sus intereses inmediatos solamente. Sabemos que en la lucha cotidiana sólo puede conquistarse lo que las patronales intentarán arrebatar al día siguiente. La clase obrera es más que eso. Es la clase que por su fuerza, por su lugar en la producción y los servicios, puede derrotar a los capitalistas para liberase y liberar de la explotación y la opresión al conjunto de la sociedad. Es esa convicción la que nos lleva a destinar esfuerzos a la militancia en la clase obrera industrial, pese a que durante meses y años sus resultados no “luzcan”. El conjunto de la izquierda debería sumar fuerzas a esta perspectiva ya que sin peso en los grandes batallones de la clase obrera, hablar de revolución es un sinsentido. Nosotros lo hacemos desde una perspectiva. No vamos en busca de cargos en los sindicatos, vamos “a la conquista de la clase obrera” con el objetivo de colaborar en poner en pie a una clase capaz de barrer con todo rastro de explotación y de opresión.
La Juventud con los trabajadores
Como en el 2009 los jóvenes, en primer lugar los del PTS, fueron un actor central en la pelea. Ayer cortaron rutas y avenidas, denunciando los despidos en Kraft poniéndole el cuerpo a la represión. Se ganaron el reconocimiento de los trabajadores, su afecto y también las causas judiciales correspondientes. Hoy cientos de compañeros de la Juventud del PTS volvieron a militar como en ese momento. En las puertas de las fábricas a las 5 AM para llevar los boletines de La Bordó, hablando con los trabajadores, convenciéndolos del voto a lLa Bordó, ayudando a los que querían organizarse, dando ideas. Muchos trabajadores se conmovieron por la presencia de los jóvenes a la madrugada en las puertas de las fábricas sin más motivo que sus propias convicciones. Y los que son estudiantes volvieron a las facultades y le preguntaron a las decenas de miles “de qué lado estaban”: si con Daer, el candidato de Cristina o con los candidatos de la Bordó y la izquierda, para desnudar el doble discurso del kirchnerismo. Militando en las puertas de las fábricas para construir una fracción clasista de trabajadores, invitando a compartir esta apasionante tarea a todas las agrupaciones y estudiantes pro-obreros; militando con la misma fuerza en universidades y escuelas por Centros de Estudiantes y Federaciones capaces de movilizar miles en defensa de la educación pública, así militó con convicción la Juventud del PTS. Peleó en el Congreso de la FUBA para que sean todas las corrientes de izquierda las que, junto con impulsar la marcha educativa de este viernes, se comprometan en esta pelea contra la burocracia sindical en la Alimentación. Se votó a favor de ello, aunque lamentablemente el orgullo de haber dado la pelea real quedó sólo para la juventud de nuestro partido.
Hacemos esto porque para nosotros, la unidad obrero-estudiantil no es una frase de campaña ni un recuerdo de los ‘70. Es parte de una estrategia que busca unir a la clase trabajadora con el movimiento estudiantil para formar una alianza poderosa capaz de enfrentar y derrotar a los capitalistas, sus partidos y su Estado.
Es por eso que decenas de activistas obreros, de fiscales y candidatos militaron en común con jóvenes trabajadores, secundarios y universitarios y allí se empequeñecieron las diferencias. De allí el reconocimiento de tantos de esos luchadores obreros a los jóvenes que pelearon con ellos. Nos proponemos sostener la militancia sobre las decenas de fábricas de la Alimentación, como un ejemplo de lo que se puede y hay que hacer en otros gremios. Y lo haremos en común obreros, jóvenes trabajadores y estudiantes. Y los trabajadores van a colaborar con ellos también para hacer en las facultades y escuelas fuertes agrupaciones pro-obreras. Apostamos a una militancia común de miles de jóvenes con la vanguardia obrera, hermanados por objetivos comunes.
Un partido de la clase obrera
La clase obrera tiene la fuerza para darse grandes objetivos y no sólo conquistar un porcentaje mayor en el reparto de las riquezas dentro de la sociedad capitalista como pretende la “ideología” emanada por el peronismo en la Argentina. La experiencia histórica ha demostrado que, cuando el poder lo tienen los capitalistas, lo que se gana hoy, se pierde mañana cuando nos hacen pagar sus crisis. La historia de lucha de la clase obrera muestra que tiene la capacidad para construir organismos democráticos como los Consejos Obreros, mil veces más democráticos que cualquier parlamento burgués, Estados que expropiaron a los capitalistas y consiguieron las conquistas más grandes de la Historia de la Humanidad, revoluciones que sacudieron a la sociedad de sus cimientos. Los sindicatos, incluso barriendo a la burocracia sindical, por sus propios fines y composición no pueden ser la herramienta para conquistar la total emancipación de la clase obrera y el pueblo pobre. Como explica Trotsky “los sindicatos no ofrecen, ni pueden ofrecer, dadas sus tareas, composición y formas de reclutamiento, un programa revolucionario acabado; por tanto, no pueden sustituir al partido”. Es por ello que nuestra militancia en los sindicatos es un medio para llegar a las amplias masas obreras y para conquistar cientos y miles de militantes obreros que se propongan construir un partido de la clase trabajadora que se prepare para los momentos de crisis y tenga la fuerza para conducir a millones de jóvenes y trabajadores en el combate contra los capitalistas para vencerlos e instaurar una sociedad sin explotadores ni explotados.
El PTS convocará a una gran Conferencia Nacional de Trabajadores para discutir cómo avanzar en la construcción de una corriente militante en la clase trabajadora inserta en las principales fábricas y establecimientos, dotada de una estrategia para vencer.
La pelea dada y el resultado de las elecciones de la Alimentación son el resultado de años de militancia y de lucha pero sobre todo un primer punto de apoyo para objetivos mayores.