¡Abajo el bloqueo imperialista!
Nuevo chantaje yanqui a Cuba
26/11/2009
En un hecho significativo, el presidente de EE.UU. Barack Obama respondió vía mail las preguntas de la bloguera cubana Yoani Sánchez sobre el estado y perspectivas de las relaciones bilaterales. La respuesta exige “acciones” del gobierno cubano y es un fuerte espaldarazo a la oposición de tendencia moderada dentro y fuera de la isla. Entre tanto, el gobierno de Raúl Castro viene avanzando en el desmantelamiento y el ataque a muchas de las conquistas de la revolución de 1959.
Además de “felicitar” a Yoani por su blog le expresa que “el gobierno y el pueblo estadounidense nos unimos a todos ustedes en anticipación del día que todos los cubanos puedan expresarse libre y públicamente sin miedo ni represalias”.
Aunque ratificó que la administración demócrata reconoce al gobierno de Raúl Castro como interlocutor en un futuro diálogo que normalice las relaciones entre ambos estados, Obama aprovechó la ocasión también para aclarar que “queremos establecer vínculos también con cubanos que están fuera del ámbito gubernamental, como lo hacemos en todo el mundo. Está claro que la palabra del gobierno no es la única que cuenta en Cuba”, en alusión a los grupos opositores.
El “diálogo” que quiere Obama
Yoani también le preguntó cuáles serían las condiciones para iniciar un diálogo: “hablar por hablar no es lo que me interesa (...) va a hacer falta que el gobierno cubano tome un curso de acción”. Esto es, que tome medidas concretas de apertura política y económica. Este es un chantaje que EE.UU. ha repetido durante décadas, mientras mantiene el bloqueo para ahogar económicamente a Cuba.
El gobierno de Obama ha cambiado enormemente el discurso belicoso e intransigente de la Casa Blanca hacia Cuba (por ejemplo Bush lo declaró directamente como país “terrorista”), y se manifiesta “listo al diálogo”. Algunas tibias medidas en lo que va de su mandato revirtieron parte de las aristas más ofensivas de la política norteamericana como la restricciones a los viajes de familiares, el envío de remesas y la reapertura de negociaciones bilaterales sobre inmigración y correo directo y entre las empresas de comunicaciones. Esto está en relación con las crecientes presiones internas a favor de una distensión de las relaciones con Cuba (ver aparte).
Pero el gobierno norteamericano está lejos de revertir lo fundamental de su política hacia Cuba, el salvaje bloqueo económico que ha causado pérdidas por 90.000 millones de dólares y que por momentos llegó a incluir productos tan esenciales como alimentos y medicinas. Incluso recientemente Obama confirmó que no va a levantar la cárcel de Guantánamo, que se encuentra en territorio cubano y es famosa por la práctica sistemática de torturas.
“Democracia” capitalista
Detrás del cínico verso de defender “los derechos humanos” y la “igualdad de oportunidades” (en EE.UU. hay 10 millones de personas sin empleo y 40 millones sin cobertura médica -pero claro, ¡esos no son DD.HH!) se oculta el objetivo de abrir la economía cubana al “mercado”, restaurar el capitalismo y restablecer así el dominio de los monopolios imperialistas en Cuba. La exigencia de “libertad de expresión” y “elecciones libres” busca explotar ciertas reivindicaciones de democráticas, en particular de la juventud, que junto a una apertura económica lleve al país a su antiguo status semicolonial con gobiernos títeres de Washington como antes de 1959 cuando fue tristemente conocida como “prostíbulo” norteamericano.
Los trabajadores y el pueblo cubanos y de toda América latina tenemos que repudiar estos chantajes, pelear por el inmediato levantamiento del bloqueo imperialista sin ningún tipo de condiciones y rechazar cualquier ingerencia yanqui en la política cubana.
Raúl Castro: negociar con EE.UU. y golpear las conquistas obreras
La carta de Obama es un gesto que va en contra de los intereses y la política de la burocracia castrista que pretende ser reconocida como único interlocutor válido para discutir cualquier cambio en Cuba. Es probable que en el próximo periodo haya avances y retrocesos de este tipo en el camino de recomposición de las relaciones bilaterales que se ha abierto con los nuevos gobiernos en ambos países.
El nuevo gobierno en Cuba viene preparando un nuevo salto en la apertura económica y en la destrucción de conquistas del viejo estado obrero como son las extendidas gratuidades, la propiedad estatal (aunque asociada en gran parte al capital internacional a través de las empresas mixtas controladas por las FAR) de los principales resortes económicos (turismo, níquel), así como de la banca y la tierra.
Desde fines de 2008 comenzó la entrega de tierras estatales ociosas en usufructo a miles de campesinos y cooperativas que, aunque manteniendo un control fundamental del estado, fortalece un sector que presione a su vez por más y más profundas reformas capitalistas. A principios de este año se eliminó el techo salarial para permitir que las empresas den premios por productividad alentando la competencia entre los trabajadores y una mayor estratificación social. Hace pocos meses se eliminó el almuerzo subsidiado, prácticamente gratuito, en las empresas estatales (para engañar a los empleados, dieron a cambio un plus salarial que pronto será comido por la inflación).
En este marco, la burocracia castrista viene dando sobradas muestras de que está resuelta a recomponer su relación con Washington. Raúl Castro lo ha dicho claramente en varias ocasiones. Un hecho significativo en este sentido fue la liberación de un preso político a raíz de la reciente visita del canciller español Miguel Angel Moratinos que según informaron los medios llevó un mensaje de conciliación con EE.UU. El mega recital que tuvo como figura estelar a Juanes y que reunió casi un millón de personas en la Plaza de la Revolución en La Habana, fue organizado indirectamente por el gobierno (a través de Silvio Rodríguez) y tuvo un claro contenido conciliador y dialoguista.
Si las reformas no están avanzando aún más rápido es por los límites que impone desde afuera el imperialismo y sus contradicciones internas como expresa el debate en el Congreso(ver aparte).
Sólo los trabajadores y campesinos pobres con su lucha y movilización independientes pueden plantear una salida progresiva, encaminada en primer término contra los intereses imperialistas, defendiendo las actuales conquistas heredadas de la revolución y enfrentando a la burocracia gobernante y sus privilegios.
¿Quién es Yoani Sánchez?
Cubana de 34 años, Yoani es una de las tantas blogers que existen dentro y fuera de Cuba que en el último año y medio se ha transformado por lejos en la más visitada y conocida. Casi a diario publica breves artículos en su blog www.desdecuba.com/generaciony sobre distintos aspectos de la vida cotidiana en Cuba que están atravesados por la permanente denuncia a las carestías que sufre la población así como a la corrupción y desidia de la burocracia gobernante. Sus reivindicaciones fundamentales son la “libertad de expresión” y el “respeto a los DD.HH.”.
Varios premios internacionales recibidos, como el Ortega y Gasset (España) y el María Moore Cabot (EE.UU.) la catapultaron más allá del medio internet y hoy es sin dudas el mayor referente de la oposición al castrismo dentro y fuera de Cuba.
Ensaya una oposición “moderada”, es decir no violenta (hasta hace pocos años aún eran relevantes los grupos que propiciaban asesinar a Fidel Castro e intervenir militarmente en la isla, conocidos como “gusanos”), que reconoce al gobierno y propicia el diálogo para negociar una apertura política y económica del país. Los castristas la acusan de estar bancada financiera y políticamente por el Departamento de Estado norteamericano, la CIA y los grupos anticastristas más duros y ella ha denunciado amedrentamientos sistemáticos por miembros de la Seguridad del Estado.
Lo cierto es que sus artículos y su accionar político son funcionales a los sectores más reaccionarios ya que en todas sus denuncias no aparecen el bloqueo económico y el boicot permanente que el imperialismo yanqui ha sostenido por décadas. Y esta complicidad es notoria en los cientos de comentarios (en su mayoría abiertamente gusanos) que generan cada uno de sus artículos y del apoyo explícito que le han dado personajes tan siniestros como Ian Kelly y John Negroponte.
En el fondo, el fenómeno “Yoani” refleja de alguna manera el creciente descontento y frustración de sectores de la población, en particular los jóvenes, frente a la dura situación económica y la agobiante atmósfera represiva del estado. Sobre este sustrato se va creando una base afín a las reformas pro-mercado y la apertura política que impulsa la reacción.
La única oposición progresiva a la burocracia castrista, sólo puede partir de la lucha antiimperialista empezando por derrotar el bloqueo y enfrentar los avances en la región como en Honduras y Colombia. Nuestra lucha por desenmascarar a direcciones como el castrismo o el chavismo parte en primer lugar de su total incapacidad para frenar la ofensiva imperialista.
El Congreso norteamericano discute la política hacia Cuba
Mientras tanto, en el propio EE.UU. la discusión sobre la política hacia Cuba está en aumento. La comisión de relaciones exteriores del Congreso está discutiendo un proyecto de ley que permita a cualquier ciudadano estadounidense viajar a Cuba libremente (lo tienen prohibido desde 1963). El proyecto cuenta con el apoyo de unos 200 diputados y aunque no se espera que se vote favorablemente (que de todas formas sería bloqueado en el Senado), la discusión refleja el creciente interés de distintos sectores de aflojar sustancialmente el bloqueo económico e incluso levantarlo.
Distintos analistas y políticos tanto demócratas como republicanos plantean que es notorio, después de 40 años de bloqueo, el fracaso de la política de guerra económica. Además, empresarios agrícolas y del turismo entre otros, presionan para poder hacer negocios en Cuba.
Por su parte, los sectores más rancios y de derecha (así como demócratas que han sido comprados por el lobby anticubano) plantean que medidas de este tipo ayudan a los Castro a mantenerse en el poder y por eso insisten en mantener las cosas como están.
Pero más allá de estas disputas, todos coinciden en el objetivo de fondo: restaurar el capitalismo en la isla y sumir a su pueblo bajo la órbita política de la Casa Blanca. Sus peleas son esencialmente sobre cómo mejor conseguir esa meta. Por eso nada favorable a las masas trabajadoras de Cuba puede venir de ellos.