Desde que comenzó la lucha contra los decretos del gobernador José Serra con la ocupación de la rectoría de la Universidad de San Pablo (USP) el día 3 de mayo, la dinámica del movimiento en las tres universidades estaduales de San Pablo va en ascenso. En la última semana, nuevos sectores en todo el estado entraron en huelga. Profesores y trabajadores no docentes de la Unesp y Unicamp se declararon en huelga siguiendo a sus compañeros de la USP. En las tres universidades, estudiantes que aún seguían cursando se declararon en huelga realizando asambleas históricas, como no se veían desde el final de la dictadura.

La fuerza de la movilización estudiantil y del conjunto de la comunidad universitaria, ya obligó al gobierno de Serra a un cambio de política para intentar frenar y desviar la huelga de las universidades. En un primer momento, Serra y su secretario de Educación, Aristodemo Pinotti, afirmaban que los estudiantes estaban mal informados y que sus decretos no afectaban en nada la autonomía de la universidad. Ahora el gobierno acepta, a través del secretario de Justicia, sentarse en una mesa de negociación con representantes de las tres universidades para discutir “una salida pacífica” al impasse, que pasaría por la formación de una comisión para rediscutir y modificar los “decretos de la discordia” como han sido llamados por algunos medios de comunicación. Incluso algunos diarios burgueses ligados al partido del gobernador, PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), iniciaron un movimiento de presión para que el gobernador ceda en algunos puntos de su política.

El 28/5 se realizó la segunda ronda de negociación entre las universidades en lucha, representantes del gobierno, del ministerio público y esta vez con la presencia de la rectora de la USP, Suely Vilela. Una vez más la negociación terminó en un impasse. Los estudiantes y demás sectores en huelga se muestran firmes en la defensa de la universidad. En todas las asambleas realizadas hasta el momento, la propuesta del gobierno de “reformar” los decretos fue rechazada, y se mantiene la posición del movimiento de pedir el fin de los decretos y de la Secretaría de Educación Superior, así como la caída del secretario de Educación.

¿Brasil se pone a tono con la situación de la lucha de clases latinoamericana?

Desde principios de año está en curso una ofensiva reaccionaria del gobierno de Lula y los gobiernos estaduales. El eje de esta ofensiva está en la presión de todos los sectores burgueses que quieren aprovechar la buena situación de la economía y la alta popularidad de Lula para avanzar con la reforma previsional y laboral. El objetivo de la burguesía brasileña en el corto y mediano plazo es barrer con todas las conquistas, que subproducto del ascenso obrero de la década del ‘80, se cristalizaron en la constitución de 1988. Eso significa atacar importantes sectores sociales, como la misma burocracia sindical que apoya al gobierno de Lula, lo que ha motorizado algunas luchas de resistencia dirigidas por la misma burocracia oficialista, destacándose las movilizaciones nacionales convocadas contra la “Enmienda 3”.

La huelga estudiantil de la USP, Unesp y Unicamp, que aparece hoy como un símbolo nacional de la resistencia a esa ofensiva reaccionaria, responde a un malestar profundo de la sociedad brasileña y, al contrario de las luchas en el movimiento obrero, no tiene un fuerte control de los partidos políticos del régimen y de las burocracias sindicales y estudiantiles, tendiendo a una espontaneidad que potencialmente puede superar a las viejas direcciones y constituir nuevas.

La rebeldía estudiantil es la primera acción de masas que surge claramente motorizada por la profunda crisis de legitimidad que corroe las instituciones de la democracia de los ricos, fruto de sucesivos escándalos de corrupción, y puede estar anticipando fenómenos parecidos en el movimiento obrero.

Es este momento el país vive un escándalo de corrupción comparable en importancia y profundidad al “escándalo del mensalao” (coimas), el primero de una serie de escándalos que a partir de 2005 paralizaron al gobierno de Lula y terminaron para siempre con la imagen del PT (Partido de Trabajadores) como un partido “diferente a los demás”. La “Operación Navaja” de la policía federal desenmascaró un esquema que actuaba a partir de la constructora Gautama y alcanza a importantes figuras de la política nacional de los principales partidos. Entre ellas, el gobernador de Bahía, Jacques Vagner del PT, y el presidente del Senado, Renan Calheiros del PMDP (Partido del Movimiento Democrático Brasileño) y el hombre fuerte del presidente en el Congreso Nacional. Además de estos, están involucrados diversos prefectos (intendentes) y otros gobernadores, incluso de la oposición (PSDB y DEM nuevo nombre del ex PFL, Partido del Frente Liberal). Según el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, el país pasa por un “grave proceso de descrédito de las instituciones”.
Al contrario de la situación abierta con el “escándalo del mensalao” en 2005, cuando el prestigio del PT y de la burocracia de la CUT (Central Única de Trabajadores) eran enormes, y cuando las expectativas de la población en el gobierno de Lula eran mayores, las denuncias de corrupción se dan en el marco de una inicial ola de luchas del movimiento de masas.

Mientras la huelga de las universidades paulistas se fortalece y se transforma en un punto de referencia a nivel nacional, nuevos sectores salen a la lucha. A partir del ejemplo de los estudiantes de la USP, empezó una ola de ocupaciones en el interior del estado en la UNESP, fue ocupada la rectoría de la UFAL (Universidad Federal de Alagoas) y hubo actos dentro de las rectorías en otros tres estados. La semana pasada entraron en huelga los trabajadores de las universidades federales, que paralizaron sus actividades en más de treinta universidades a lo largo de todo el país, exigiendo aumento salarial. Los docentes de las tres universidades estaduales de Bahía también entraron en huelga contra los ataques a la autonomía universitaria y por aumento salarial.

Estas huelgas se suman a las que ya están en curso en importantes sectores de los empleados públicos a nivel federal, estadual y municipal, y al inicio de un ascenso de luchas que se registra desde principios de año en el campo brasileño.

Es posible y necesario triunfar

En el marco de esta situación nacional, una victoria contra el gobernador José Serra, uno de los presidenciables del PSDB para las elecciones 2010, puede ser un punto de inflexión en el conjunto de la situación nacional y alentar nuevas luchas del movimiento obrero y estudiantil contra los planes reaccionarios de la burguesía brasileña.

Todos los esfuerzos de LER-QI y de la agrupación universitaria Movimiento A Plenos Pulmones están puestos al servicio de discutir con los sectores de izquierda del activismo estudiantil de la USP, Unesp y Unicamp, un programa de acción capaz de llevar nuestra lucha a la victoria.

Ponemos en primer plano la necesidad de profundizar y masificar la huelga y avanzar en conquistar al conjunto de la población para apoyar nuestras demandas, y a la vez la necesidad de crear un organismo que sea capaz de mantener la dirección de la huelga en manos de los miles de activistas que son los verdaderos protagonistas de esta lucha en cada curso y unidad de enseñanza. Para eso abrimos en el movimiento la discusión sobre la necesidad de conformar un comando de huelga a partir de representantes -con mandato y revocables- elegidos en cada asamblea local.

La asamblea de la Unesp de Marilia ya aprobó la construcción de un comando de esas características y en los próximos días deberán enviar sus representantes a la Rectoría de la USP. En la última asamblea general de la USP la moción por la creación de un comando con representantes elegidos en los cursos fue derrotada. El PSOL (Partido Socialismo y Libertad), con el PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado) a la rastra, quiere evitar que el comando general que fue creado tenga que someterse a las decisiones de base, y se apoyó en el sentimiento autonomista de un sector del movimiento estudiantil, que desconfía en general de todas las formas de representación, para derrotar la propuesta que fue hecha por el Movimiento A Plenos Pulmones en conjunto con estudiantes independientes. En el comando que fue creado, representantes de curso e individuos “autorepresentados” tendrán el mismo poder de decisión.

Dado que un comando de huelga subordinado a las decisiones de las asambleas locales es una necesidad estratégica para mantener y profundizar la huelga, y mantener el control de las decisiones más importantes en las manos del activismo combativo, volveremos a las asambleas de curso para que estas envíen sus representantes al comando general.

Es necesario que prevalezca, contra todos los sectores conciliadores, la decisión de nuestras asambleas de rechazar la política de “reforma de los decretos” defendida por la prensa burguesa y el gobernador. Esa posición aún no se planteó abiertamente en ninguna asamblea, pero diversos sectores ya se articulan tras bambalinas para formar una corriente de opinión dentro del movimiento favorable a aceptar la propuesta del gobernador. En ese sentido fue la intervención del diputado federal del PSOL, Ivan Valente, en uno de los plenarios de la ocupación, afirmando que nuestra huelga ya era victoriosa pues obligó a Serra a negociar. Contra estos intentos de desmontar la huelga de las universidades, defendemos la lucha hasta el final por tirar abajo el conjunto de los decretos, que ataca entre otras cosas a la autonomía financiera universitaria hoy existente. Al mismo tiempo afirmamos, junto con las masivas asambleas de estudiantes, que nuestra lucha no es por la autonomía de la miseria, controlada por la burocracia académica tucana y petista (en referencia a los partidos PSDB y PT respectivamente). Luchando contra los decretos exigimos al gobernador el aumento del presupuesto para la universidad y luchamos internamente por una estatuyente, para que ese presupuesto no sea controlado por la casta privatista que hoy comanda la universidad.