Estrategia Internacional N° 9
Julio/Agosto  - 1998

Lucha de clases en los dominios del Tío Sam
SIETE SEMANAS DE HUELGA EN LA GENERAL MOTORS

Alejandra Ríos

La huelga que están protagonizando los trabajadores de la GM, el primer productor automovilístico mundial, es la disputa obrera de mayor importancia en los últimos 15 años en los EE.UU. siguiendo la tendencia marcada por la grandiosa huelga de la UPS de septiembre del año pasado. Desde hace casi 2 meses 9200 trabajadores de dos de las plantas que el gigante automotor posee en la ciudad de Flint paralizaron la producción en los EE.UU. y ha afectado la de Canadá y México. El domingo 19 de julio los trabajadores de la planta Saturn en Spring Hill, Tennessee, la única planta del país que continuaba produciendo paralizaron la actividad cuando votaron sumarse a la huelga, de esta forma la cifra de obreros en huelga asciende a 16.700.

La huelga comenzó el 5 de junio cuando 3400 trabajadores de la planta estampadora que la GM tiene en la ciudad de Flint salieron a la huelga provocando el cierre de 26 de las 29 plantas ensambladora que la empresa tiene en los EE.UU. haciendo que se encuentren paralizados cerca de 187 mil operarios.

Los trabajadores salieron a la huelga porque la patronal quiere elevar el índice de producción sobre el cual se basa el sistema de pago. En los convenios de trabajo se establece el índice de producción (cantidad de piezas producidas), y todo lo que se produzca por encima de tal índice se paga como horas extras, por ej. en una jornada de 8 hs. el trabajador cumple con el índice de producción en 5 hs. es decir que las 3 restantes las cobra como horas extras, esto les permite a los trabajadores un nivel de ingreso superior que no están dispuestos a perder así nomás. La aplicación de este sistema de pago es lo que la patronal quiere atacar ya que el mismo le significa a la planta de Flint, según la patronal, un costo de 30 millones de dólares al año .

Por otro lado, el sector automotor viene afectado por la reestructuración que las empresas estadounidenses vienen aplicando en los últimos años. Este mecanismo de reestructuración conocido bajo el nombre de "downsizing" (achicamiento) recrea el fenómeno de los subcontratados, mecanismo por el cual la patronal abre fábricas en las cuales se trabaja con mano de obra no sindicalizada y a costos más bajos, este proceso de terciarización es vista con temor por los obreros de la GM.

En la planta que la GM posee en Delphi East, también en Flint, una semana más tarde 5800 trabajadores salieron a la huelga temerosos de perder sus puestos de trabajo ya que hay una amenaza de la patronal de trasladar la planta a México y de que las piezas producidas por esta planta sean suplidas por proveedores extranjeros. Las consecuencias de la medida de fuerza de esta planta tuvieron repercusión inmedianta sobre otras plantas, de acuerdo a fuentes locales "otro indicador del aumento de las tensiones en la base apareció en la planta de motores que la empresa posee en Romulos, Michigan, en los suburbios de Detroit, planta que continúa operando. El pasado 15 de julio se interrumpió la producción cuando la compañía empezó a introducir bujías de encendido fabricadas por la NGK, una proveedora de capitales japones y que normalmente son provistas por la planta de Delphi. Cuando la comisión del sindicato empezó la protesta arrojando al piso las cajas que contenían las bujías de la NGK, la respuesta de la base se extendió mas allá de las expectativas de los sindicalistas. La producción se detuvo por 45 minutos, y la medida de protesta se propagó por toda la planta, La compañía luego anunció la suspensión de ocho miembros del sindicato." (datos extraídos de la World Socialist Web, del 21/7/98).

Los trabajadores de la planta de frenos en Dayton, Ohio, una planta estampadora en Indianápolis y otra de ensamblaje de autopartes en el complejo Buick City, también en Flint, votaron a favor de salir a la huelga. Hay una planta de Kentucky, Bowling Green, que también estaría a favor de salir a la huelga. A pesar de que estas plantas han dado el sí para sumarse a la huelga, la burocracia de la UAW (Unión de Trabajadores de Automotores) se negó a poner fecha a la misma hasta el momento, e incluso rehusa lanzar una lucha a nivel nacional.

Para tener una idea de la magnitud de la huelga y lo que ésta le implica a la patronal veamos las cifras: "desde su inicio las pérdidas excedieron los 1.200 millones de dólares y se estima que por cada día que continúe el paro perderá 80 millones de dólares" (Clarín 21/7/98), lo que representa una caída del 81% en relación a las ganancias del segundo trimestres del año pasado, cuando la empresa reportó un saldo neto de 21 millones de dólares.

La empresa, que en el transcurso de los últimos tres años perdió mas de 2800 millones de dólares producto de diferentes huelgas, se ha endurecido. Entre otras razones, porque como los mismos analistas burgueses afirman, la GM va a liquidar sus reservas por 5 mil millones de dólares en julio o a lo sumo en agosto.

La patronal necesita bajar los costos laborales a toda costa ya que "el costo laboral de GM para fabricar un auto es de 2.765 dólares, el de la Ford es 2.322 dólares y el de Chrysler es de sólo 2.167 dólares" (Clarín 21/7/98). Las presiones económicas y el temor a que nuevas plantas se plieguen a la huelga hacen que la patronal lance una ofensiva y quiera ir a la justicia federal para que declare la huelga ilegal. El martes 14 de julio se presentó el pedido de la GM y en el transcurso de esta semana se haría una primera audiencia para que la justicia federal arbitre en el conflicto. La patronal alega que éste viola una cláusula que prohibe las huelgas, la que forma parte de un acuerdo firmado con la UAW en 1996. Dicha cláusula permite a los trabajadores hacer huelgas sólo en cuestiones limitadas tales como los niveles de producción y ciertos asuntos relativos a las condiciones de los contratos, pero prohibe las huelgas motivadas por trabajo insalubre y/o inseguridad laboral.

La Saturn: una planta clave

GM abrió la planta Saturn en el año 1984 estableciendo un modelo de colaboración obrero-empresarial, dicho modelo fue aprobado por la UAW en la convención nacional de 1983. La planta ubicada en Spring Hill está a muchas millas de distancias de otras plantas de la GM y la mayoría de su fuerza de trabajo fue reclutada en el área, una región sureña rural, bastante atrasada y sin tradiciones sindicales ni de militancia obrera. Esto le permitió a la patronal crear la ilusión de un ambiente "químicamente puro" para el desarrollo de un modelo de corporativismo donde funcionan comités integrados por obreros y miembros de la empresa. Esta planta tiene su propio convenio laboral, de acuerdo al mismo reciben un 80% del salario que percibe cualquier otro obrero de la GM. Los obreros muchas veces hablaban como voceros de la fábrica mencionando las ventajas de este modelo de producción, ya que la fuerza de trabajo iba en aumento de manera gradual y nunca se ha registrado ni un solo despido desde la apertura de la planta, creando la ideas de que estaba garantizada la fuente de trabajo para ellos y para sus hijos. Los avisos de publicidad de los autos producidos en esta fábrica tenían un eslogan "Un tipo diferente de fábrica de autos".

Esa es la importancia que cobra la huelga de la planta de Saturn iniciada el 19 de julio, porque era el sector más atrasado y usado como modelo por la patronal para hablar de una fábrica que parece sacada de un libro de cuentos. La huelga no surge de la nada ya que durante los últimos años los trabajadores de la Saturn vieron empeorar sus condiciones de trabajo.

El rol traidor de la burocracia de la UAW

Los trabajadores dieron muestra de una gran combatividad, pero el principal obstáculo que éstos enfrentan es el de la burocracia de la UAW que se niega a extender el conflicto y está llevando todo al terreno de la negociación y la justicia. Como dice el The Washington Post del 21/7/98 "funcionarios del sindicato han dado muestras de querer llegar a un compromiso en el cual se eleven los niveles de productividad". Esta es una burocracia vendida a la patronal imperialista que a cambio de migajas entrega todas las luchas y cambia los convenios a gusto de los patrones como lo hizo con la huelga de la GM de 1996 y ha permitido el achicamiento de la planta de trabajadores de la industria automotriz a niveles escalofriantes. El vicepresidente de la UAW, Richard Shoemaker, llegó a decir que "se lamentaba no poder impedir la huelga de Saturn, y que la compañía había traicionado sus primeras promesas de cooperación obrero-empresarial." (World Socialist Web Site, del 21/7/98). La burocracia de la UAW está enojada porque la patronal no los incluye en los proyectos de reestructuración pero no dicen ni una palabra para intentar unir a los trabajadores que están empleados sin derecho a estar sindicalizados para que sean incorporados al resto de sus hermanos de clase, ni abren la boca frente a las condiciones de trabajo de los obreros que la empresa posee en México. Como vemos sólo busca estar en una buena posición para negociar considerando sólo a una fracción de los empleados de la empresa.

Un cambio en el ánimo de los trabajadores

En el último año hay una serie de conflictos parciales en los EE.UU. El más importante de ellos fue la huelga de los trabajadores de la UPS que terminó en un triunfo ya que consiguieron arrancarle a la patronal importantes concesiones. A fines del mes de junio cuarenta mil obreros de la construcción realizaron una efusiva manifestación en las calles de Nueva York. Ahora le toca el turno a los obreros de la GM, cuya huelga está durando más de lo previsto por los observadores de la empresa y sindicales. Esta serie de procesos parciales marca el inicio de una tendencia al combate de sectores más amplios de la clase obrera norteamericana.