Brasil
Sigue la tormenta política
12/08/2005 La Verdad Obrera N° 169
Mucho se ha discutido hasta dónde Lula va a poder mantenerse al margen de los escándalos de corrupción que vienen afectando a todo el régimen político (ver LVO 166).
La declaración de Dirceu (ex jefe de ministros y mano derecha de Lula) frente al Congreso la semana pasada resguardó deliberadamente a la figura presidencial. Sin embargo, la crisis política en el gobierno tiene un significado más profundo que los escándalos de corrupción o la disputa para las elecciones presidenciales de 2006.
El PT, que fue el principal amortiguador de la lucha de clases en Brasil en los últimos 25 años, al asumir el gobierno se transformó en uno de los más neoliberales de América Latina, y para aplicar sus leyes anti-populares se involucró cada vez más en el esquema de corrupción mafiosa que hace funcionar el régimen político brasilero. Esto produjo un brutal desgaste y corrosión de este partido, que está sufriendo una sacudida histórica en su relación con las masas, pues ha caído la máscara de “ética y moral” que era su principal bandera.
Sin embargo, por su estrecha relación con las direcciones de las principales organizaciones del movimiento de masas, el PT aún logra impedir un ascenso generalizado contra los ataques neoliberales y la corrupción del gobierno Lula.
Los procesos de reorganización política y sindical que se venían desarrollando desde que Lula y el PT se hicieran neoliberales pueden pegar un nuevo salto en el próximo período, con una nueva oleadas de rupturas con el PT, que podría tener lugar luego de las elecciones internas del 18 de septiembre para los cargos en el aparato de este partido, además de una gran discusión que atraviesa la Central Única de Trabajadores (CUT) y que abre la posibilidad de ruptura de un nuevo sector del ala izquierda de esa Central.
La izquierda sindical organizada en Conlutas realizará un acto en Brasilia el día 17 de agosto y el PSOL, partido que agrupa a varias fuerzas políticas a izquierda del PT, convoca a un Encuentro Nacional los día 24 y 25 de septiembre. Estos hechos serán importantes para medir la fuerza de los sectores anti-gubernamentales y anti-burocráticos, que hasta ahora no tienen una influencia decisiva en el escenario político nacional.
Contra las salidas reaccionarias que los partidos dominantes quieren imponer, de impunidad y de más neoliberalismo, es clave exigir que los sindicatos, especialmente la CUT, y el MST (que dirige el movimiento campesino) rompan con el gobierno y luchen por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que no sólo garantice la investigación y el castigo de los corruptos, sino que comience a discutir el hambre, el desempleo, el salario, la tierra y la entrega, es decir, los grandes problemas del país.
* Paulo Matos es dirigente de LER-QI de Brasil