18/01/2011 BBC MUndo
Túnez: la revolución que nadie vio venir en Occidente
18/01/2011
Por: Gerardo Lissardy
Por muchos años, los países occidentales describieron a Túnez como un oasis de estabilidad.
Hasta la revuelta popular que tumbó al presidente Zine el-Abidin Ben Ali el viernes, Túnez era para Occidente un país donde invertir, estable y competitivo respecto a sus vecinos que avanzaba en los rankings de transparencia.
Pero algunos gobiernos occidentales comienzan ahora a tener problemas para adaptar su discurso sobre Túnez a la evidencia que surge de una nación hastiada del autoritarismo y la corrupción gubernamental, así como de las dificultades económicas cotidianas.
Esa contradicción surgió con nitidez en Francia, la antigua potencia colonial que "no vio venir los acontecimientos" en Túnez, según admitió este martes la jefa de su diplomacia, Michèle Alliot Marie.
"Calma"
Al igual que otras potencias, Francia apoyó durante largo tiempo a Ben Ali como un aliado con el cual se podía hacer negocios y contar como freno de la militancia islámica que tanto inquieta a Occidente.
Túnez experimentó violentos disturbios que causaron el colapso del anterior gobierno.
Ese apoyo del gobierno de Nicolas Sarkozy al hombre que estuvo durante 23 años en el poder de Túnez pareció continuar hasta que su caída era inevitable.
París llamó a la "calma" en medio de la revuelta popular y Alliot Marie sugirió la semana pasada dar asistencia a las autoridades de Túnez para "restablecer el orden".
Francia es un gran socio comercial de Túnez y uno de sus principales inversores extranjeros, con cerca de 1.250 empresas que operan en la nación.
Negocios y turismo
Las actividades económicas francesas contribuyeron a hacer de Europa el principal aliado comercial de Túnez, el origen de 64,5% de las importaciones de ese país y destino de 72,1% de sus exportaciones en 2008, según la Comisión Europea (CE).
Túnez tiene desde 1995 un acuerdo de asociación con la Unión Europea y entre 2007 y 2010 los fondos entregados por el bloque al gobierno tunecino en el marco de la política de cooperación sumaron el equivalente a US$ 400 millones, de acuerdo a la CE.
Además, desde Europa suele partir buena parte del turismo que origina importantes ingresos en Túnez.
Francia y Europa han sido acusadas por críticos y analistas de evitar exigir contrapartidas a Túnez en derechos humanos a cambio de esas ayudas económicas y de guardar silencio mientras crecía la revuelta popular en el país.
"Eficiencia de las instituciones"
Pero la percepción que había hasta hace poco de Túnez como un ejemplo para sus vecinos trascendía por lejos a Europa.
El informe para 2010-2011 del Foro Económico Mundial ubicó a Túnez como el país más competitivo de Africa, escalando ocho puestos desde la estadística del año anterior para llegar al puesto 32 a escala global.
"La eficiencia de las instituciones gubernamentales del país sigue siendo su principal fortaleza, junto con un alto nivel de seguridad y un sistema de enseñanza que asegura buena calidad de educación", describió el informe.
Túnez también mejoró en el índice 2010 de percepción de corrupción divulgado en octubre por la organización Transparencia Internacional: pasó al puesto 59 entre 178 países, desde la posición 65 el año anterior.
Otras versiones
Sin embargo, también había otras miradas a la situación tunecina.
Documentos secretos del Departamento de Estado de Estados Unidos filtrados por el sitio en internet Wikileaks describían a un país corrupto, con falta de libertades y graves problemas de derechos humanos.
"Muchos tunecinos están frustrados por la falta de libertad política y sienten rabia por la corrupción de la familia del presidente", escribió en julio de 2009 el embajador estadounidense Robert F. Godec, según el diario español El País.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch alertaron reiteradamente sobre la represión a opositores, disidentes y periodistas en Túnez.
La organización Reporteros Sin Fronteras ubicó a ese país en 2010 como uno de los peores en materia de libertad de prensa a nivel mundial, en el puesto 164 entre 178 países evaluados.
"Mutuo interés"
También hubo advertencias de los grupos defensores de derechos humanos sobre la falta de transparencia de las elecciones de 2009 con las que Ben Ali se mantuvo en el poder.
Al igual que su colega francés, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ian Kelly, se manifestó en ese entonces "preocupado" por el desarrollo de los comicios tunecinos.
Pero Kelly también declaró que Washington estaba dispuesto a continuar con la cooperación bilateral con Túnez en "áreas de mutuo interés".
En las últimas dos décadas, Estados Unidos ha aprobado decenas de millones de dólares en ayuda militar a Túnez, aunque ésta fue reducida recientemente.
El presidente estadounidense Barack Obama saludó el "coraje y la dignidad del pueblo tunecino" el viernes, el día que Ben Ali debió abandonar el poder tras un mes de la violencia en las calles que dejó 78 muertos.
"Sorprendidos"
El cambio de actitud respecto a Ben Ali tras su derrocamiento pareció significativo sobre todo en París.
Informes no confirmados indicaron que Francia negó autorización para aterrizar al avión del presidente caído en desgracia, que encontró refugio en Arabia Saudita.
Pese a esto, la actitud que París tuvo durante la revuelta popular en Túnez y la sugerencia de apoyar a Ben Ali antes de su caída generaron este martes pedidos opositores de renuncia a la canciller Alliot Marie.
"Hubo un silencio absolutamente ensordecedor del gobierno francés", declaró Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista, en el canal France 2.
Sin embargo, Alliot Marie obtuvo el respaldo del primer ministro François Fillon y se justificó ante una comisión de diputados que la cuestionó este martes.
"Francia, al igual que otros países, no vio venir los acontecimientos", declaró. "Seamos honestos: todos nosotros, políticos, diplomáticos, investigadores, periodistas, hemos sido sorprendidos por la revolución del jazmín".