Cada día se aleja más la posibilidad de saber la verdad en el caso Nisman. Es lo que opina la mayoría de las personas y tienen razón. A la guerra de servicios se le suma el show que montaron el gobierno por un lado y la casta judicial y los opositores del PRO, Massa y otros políticos patronales. Todos embarran la cancha. Ni hablar de que les interese resolver los atentados a la AMIA o a la Embajada de Israel.

Esta crisis política dejó al desnudo para millones el peso de los servicios de inteligencia, hoy bajo el mando del genocida Milani. Y también el peso de la casta judicial, con miles de jueces, fiscales y funcionarios que ganan muy bien, no pagan impuesto a la ganancia (como sí hacen los asalariados comunes) y que no los vota el pueblo. Y que se dividen entre quienes trabajan para el gobierno de turno (¡Oyarbide!) y quienes para la oposición o que se venden al mejor postor. Son una elite privilegiada, que responde y defiende al actual sistema capitalista, de explotación, injusticias, y donde el crimen menor es castigado mientras los grandes delincuentes son protegidos.

Empezó el año electoral, y los políticos tradicionales y los partidos capitalistas se empiezan a olvidar de Nisman y ya están en plena campaña. ¿Quien será el candidato de Cristina? Scioli aparece devaluado y cruzado por el kirchnerismo puro. Los radicales van a una Convención para definir si se alían a Macri, el candidato de la derecha que puede ganarle a los K. Binner se bajó y Margarita Stolbizer toma la posta de lo que quedó del diseminado UNEN. Massa teje alianzas con el peronismo renovador pero no parece alcanzarle.

¿Y esto a mí que me interesa?, dicen muchos trabajadores. Pero estas opciones son todas antiobreras y por lo tanto hay que conocerlas y enfrentarlas. No le podemos dar el voto o apoyarlas como hacen los de las CGTs o las CTAs. Los dirigentes sindicales siguen a uno u otro candidato de los capitalistas y cuentan los porotos para ver a quien apoyan. Y ninguno piensa seriamente en romper el tope de 30% de las paritarias. Parece que en Argentina solo hay elecciones y no múltiples derechos laborales insatisfechos y varios conflictos que no merecieron ni un comunicado de apoyo, y ni hablar de alguna medida solidaria. Basta observar el caso de los docentes bonaerenses, que pararon 6 días al igual que en otras provincias, ante el pacto y el aislamiento de CTERA y los sindicalistas oficialistas.

La inflación que golpea el bolsillo, y el impuesto al salario que afecta a un importante sector de trabajadores en blanco, no aflojan. Los gremios del transporte convocaron a un paro recién para el 31 de marzo, mientras negocian con el gobierno, que igual sigue dando la espalda. Ante este ajuste al salario obrero y los ataques en algunas empresas y gremios, hay que exigirles a todos los sindicatos la elección de paritarios en asamblea, planes de lucha, y el apoyo y adhesión al paro nacional de transportes. Las centrales sindicales deberían dejar de lado la tregua y convocar una medida de fuerza en todo el país, sumando a estas demanas el apoyo a los trabajadores en lucha contra las persecuciones y despidos.

El Frente de Izquierda

El FIT aparece como un bloque atrayente de la política nacional. Es la izquierda. En las elecciones anteriores sacamos más de 1,2 millones de votos. Y en las recientes PASO a intendente en Mendoza Capital, Nico del Caño salió 2° superando a los candidatos peronistas. Distintos grupos que estaban con la centroizquierda o se abstenían en las elecciones han decidido apoyar al FIT. La mayoría tiene raíces en el populismo y por eso es muy auspicioso que se decidan a apoyar una alternativa clasista (o sea obrera) como es el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, aunque es indispensable una discusión profunda sobre el programa y la práctica política para ver qué bases reales hay para avanzar.

En los últimos 70 años el peronismo ha sido la fuerza mayoritaria entre la clase trabajadora e impuso su ideología central que “debe haber armonía entre el Capital y el Trabajo”, que en criollo significa que los explotados (los trabajadores manuales o intelectuales) deben aceptar el dominio de los explotadores (los capitalistas nacionales o extranjeros). El FIT es un frente de tres partidos que levanta un claro programa que dice que los trabajadores debemos ser independientes de toda variante política patronal, aún de las que se digan progresistas.

Nuestra marcha

Fuera Milani. Esta es una de las consignas convocante a la tradicional marcha del 24 de marzo en repudio al golpe genocida del 76, que convocamos junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia que reúne a organizaciones políticas, sindicales y derechos humanos independientes del gobierno y la oposición de derecha. El kirchenrismo puso como jefe del Ejército a un denunciado genocida como el General Milani. No importa que se la caiga el “relato”, este es su espía amigo. Este 24 de marzo hay que marchar en todo el país contra la impunidad de ayer y de hoy. Contra los miles de Stiuso que siguen espiando a los luchadores como Gendarmería con su Proyecto X, contra las redes de trata toleradas por la complicidad policial y estatal, contra el gatillo fácil que mata pibes como Ismael Sosa por ir sin entrada a un recital, contra la criminalización de la protesta, para que los petroleros condenados a prisión perpetua en Las Heras sean absueltos, contra la causa armada contra los ceramistas de Zanon Andrés Blanco y Raúl Godoy y otros dirigentes por enfrentar la entrega del gran yacimiento de Vaca Muerta (Neuquén) en un pacto secreto con la yanqui Chevron.

Vení el 24 de Congreso a Plaza de Mayo en Capital y en las distintas plazas del país. Vení con los indomables de Lear, que pese a sufrir un revés en la justicia no cejan en su lucha y volvieron a cortar la Pana. Vení con los obreros de la gráfica Donnelley (hoy MadyGraf) y su Comisión de Mujeres que ocuparon la planta, la pusieron a producir y reclaman su expropiación sin pago y su estatización. Y que son parte de la Agrupación Bordó que va a disputar el sindicato. Vení con los telefónicos de la Violeta que enfrentan los despidos de tercerizados, como los aeronáuticos de El Despegue que luchan contra despidos discriminatorios en Aeroparque o los efectivos de LAN que también pelean por sus derechos. Vení con las maestras y docentes de la 9 de Abril que en los Sutebas y en todo el país enfrentan la entrega de Yasky y Baradel. Vení con los trabajadores del Subte que el viernes 19 van a elecciones contra el sindicalismo k que abandonó las banderas históricas que los convirtieron en ejemplo nacional, vení a marchar junto a Claudio Dellecarbonara que encabeza la lista Bordo-Violeta. La burocracia sindical, que se borró o fue cómplice de los golpes, nos ha querido meter en la cabeza que el 24 de marzo no es una fecha importante para los trabajadores. Demostremos por qué si.
Vení con los estudiantes de la Juventud del PTS, que desde los centros de estudiantes combativos pelean junto a los trabajadores, y por echar al vice de la UBA, Richarte por haber sido de la SIDE.

Vení con Pan y Rosas, que viene de marchar con miles de mujeres en el aniversario del 8 de marzo, por el derecho al aborto, los derechos de la mujer trabajadora, contra todas las formas de violencia hacia las mujeres y la discriminación.

Vení con el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, que participa de los juicios contra los genocidas, que defiende a los trabajadores contra la persecución del Estado, las patronales y la burocracia, que denuncia el espionaje y pelea por las libertades democráticas.

Vení con el PTS y sus diputados Nicolás del Caño y Christian Castillo que llevan a la práctica lo que dijeron en la campaña: ganar como un docente, denunciar los negociados del gobierno y los intereses de la oposición, apoyar con el cuerpo y parte importante de sus dietas las luchas obreras del país.

Seguiremos dando estas batallas, todos los días y en todos estos terrenos, en la perspectiva de construir una fuerza capaz de vencer a los capitalistas y que gobiernen los trabajadores.