ELECCIONES EEUU
Bernie Sanders, ¿una vía para el cambio político en Estados Unidos?
16/02/2016
Bernie Sanders acaparó la atención internacional por su discurso antiestablishment en las primariasdel partido Demócrata. ¿Quién es este autodenominado “socialista” a quien la juventud adoptó como su candidato?
En las primarias de Estados Unidos, el voto castigo contra los candidatos identificados con el establishment y la elite política es el protagonista, tanto en el partido Demócrata como el Republicano.
Los resultados de las primarias de Iowa y New Hampshire ubicaron a Sanders cabeza a cabeza con la favorita Hillary Clinton. La buena performance de Sanders generó expectativas de que un senador independiente pueda ganar la nominación demócrata.
Aunque ambos partidos cuentan con instrumentos para garantizar que se impongan los candidatos del establishment, como los “superdelegados” o el financiamiento de sus campañas, no pueden impedir que se exprese la bronca contra la elite política y las grandes empresas.
Bernie Sanders es muestra de ese fenómeno. Arrasa entre los jóvenes y los sectores de ingresos bajos y medios, mientras Clinton se impone entre los mayores y los sectores de ingresos más altos. La novedad es que si bien Hillary tiene su mayor caudal electoral entre las mujeres, los negros y los latinos, la simpatía por Bernie entre los jóvenes de 18 a 35 años le viene permitiendo achicar la brecha en esos sectores.
Según una encuesta de Reuters, el apoyo de Sanders entre todos los afroamericanos no alcanza el 20 %, pero al observar la franja entre 18 y 30 años, el porcentaje llega a 33, y este aún puede no ser su techo. Cabe recordar que en New Hampshire, Sanders sorprendió con un apoyo del 87 % entre las mujeres menores de 30 años.
No es de extrañar la enorme simpatía por el “socialista” Sanders entre esta generación conocida como “millennial” que, como dice el periodista británico Owen Jones, están más cerca de la caída de Lehman Brothers que la del Muro de Berlín. Se trata de una generación que sabe que va a vivir peor que sus padres, que no tiene acceso a la vivienda, que está endeudada por los estudios, que solo accede a trabajos precarios. Son gran parte de los que cuestionaron a la elite del 1 %, los que luchan por el salario mínimo de 15 dólares la hora, contra el racismo y la xenofobia. Por eso la esencia del fenómeno Bernie Sanders se encuentra no en su figura sino en sus votantes.
Pero, ¿quién es Bernie Sanders?
Bernie Sanders es senador por el estado de Vermont desde 2007. Aunque ganó su banca como independiente y suelen llamarlo “socialista”, dentro del Senado estadounidense está alineado con la bancada demócrata. En abril de 2015 anunció que se presentaría como precandidato en las internas del Partido Demócrata.
Su discurso contra las corporaciones y los bancos, su demanda de educación universitaria gratuita y programas contra la destrucción del medioambiente, son parte del atractivo de su candidatura, que se caracteriza por actos multitudinarios, comités de campaña locales y apoyo entre gran parte de los movimientos sociales. Pero sobre todo el hecho de que no pertenezca a la elite que lidera los partidos tradicionales, particularmente que no sea un Clinton o un Bush, lo muestran como una “figura nueva”, algo distinto en el panorama bipartidista. Un rasgo distintivo de su campaña es la forma en que se financia, mediante millones de pequeños aportes, que no superan en promedio los 40 dólares.
Sanders es presentado como un socialista, aunque como él mismo ha explicado, su “socialismo” no va más allá de políticas relacionadas con el Estado de bienestar, especialmente el modelo de los países escandinavos. En sus palabras, el “socialismo” significa:
… que el gobierno debe jugar un rol importante en asegurarse de que sea un derecho de todos acceder al seguro médico (…) que no permitamos que las grandes corporaciones e intereses económicos destruyan nuestro medioambiente, que creemos un gobierno que no esté dominado por los grandes intereses económicos (…) Para mí, significa democracia, francamente. Eso es todo.
Comenzó su carrera política en Vermont a principio de los años ‘80, donde fue alcalde la ciudad más grande del estado, Burlington, y representante en la Cámara Baja. Howard Dean, gobernador del estado de Vermont y exprecandidato demócrata, se refirió a Sanders como “un demócrata liberal, es un demócrata que… se presenta como independiente porque no le gusta la estructura y el dinero que se utiliza… Lo importante es que Bernie Sanders vota con los demócratas el 98 % de las veces”. Su carrera legislativa muestra la justeza de la descripción.
Después de los ataques del 11S, Sanders se unió al apoyo casi unánime de la “guerra contra el terrorismo”, y votó a favor de la resolución de Autorización del uso de la fuerza (aunque sus partidarios señalan que más tarde se opuso a diferentes puntos particulares). Esta no fue la primera vez que Sanders votó con el oficialismo: en los años 1990, había apoyado el proyecto del entonces presidente Bill Clinton para endurecer las leyes de arrestos y encarcelamiento (la misma ley es señalada hoy como una de las responsables del encarcelamiento masivo de afroamericanos y la brutalidad policial racista). En 2014 Sanders apoyó la resolución unánime del Senado para respaldar al Estado de Israel en el bombardeo y la invasión de Gaza. No es difícil encontrar más ejemplos similares en sus votaciones, aunque su retórica sea más encendida en ocasiones.
Además de votar con los demócratas en la mayoría de los casos, a nivel nacional, Sanders apoyó a Obama en las dos últimas elecciones. Los demócratas han sabido recompensar el apoyo de Sanders al no presentar competidores a sus campañas para renovar su banca legislativa en Vermont.
Apoya la demanda del salario mínimo a nivel nacional, aunque de forma gradual, y otras demandas progresivas como la igualdad salarial para las mujeres. Al comienzo de la campaña, uno de los puntos polémicos fue su tibia denuncia de la brutalidad policial racista, virtualmente a la derecha de la propia Clinton que criticó incluso las leyes que apañan la brutalidad policial. Esto le valió varios roces con el movimiento Black Lives Matter, que no apoya a ningún candidato. Sin embargo, Sanders viene intentando ganar mayor en el electorado afroamericano, como lo mostró la reunión con el reverendo Al Sharpton, un día después de ganar las elecciones en New Hampshire, o la adhesión de la hija de Eric Garner (asesinado por la policía y un emblema de Black Lives Matter).
A pesar de sus discursos encendidos, Bernie Sanders se comprometió a apoyar a Hillary Clinton si ella gana las primarias. Esto puede generar cortocircuitos con sus votantes, que son parte de un fenómeno social de descontento que supera su candidatura y que no se termina el último día de las primarias.
Un fragmento de este artículo fue publicado la revista Ideas de Izquierda 24 de octubre de 2015.