Estado Español | Después de la sentencia, el chantaje anti-sindical de Panrico es un ataque brutal contra el conjunto de la clase trabajadora
Continuar la lucha contra el chantaje anti-sindical de la empresa y por una negociación a favor de los trabajadores
23/05/2014
Ni vuelta al trabajo, Ni ERTE, Ni retirada de la impugnación
La sentencia de la Audiencia Nacional ha supuesto un duro varapalo para los trabajadores de Panrico. Se trata de una sentencia política que pretende ser ejemplarizante. A pesar de ello los siete meses de huelga han conseguido en primer lugar que el juicio de impugnación se llevara adelante -en contra de lo que quería CCOO- y que la sentencia haya puesto trabas al plan de la patronal en tres aspectos. Los despedidos de 2013 se declaran improcedentes, se anulan los previstos para 2015 y 2016 y para los del 2014 -el grueso- se obliga a abonar en un solo pago la indemnización mínima de 20días/12meses.
Esta última condición le puede poner en dificultades a la empresa. Ella misma ha reconocido en un comunicado que dada la sentencia tratará de aplicar el ERE afectando lo menos posible a su tesorería. ¿Cómo puede hacerlo? No le queda otra opción que rebajar el número de despidos o aumentar su deuda. Esto último no es algo sencillo para una empresa con serios problemas financieros y un sobre-endeudamiento de más de 200 millones de €.
De hecho cuatro días después de conocerse la sentencia ha llamado a reunirse al Comité de Empresa. En esta reunión la empresa ha querido hacer valer la sentencia lanzando una propuesta propia de una patronal dictatorial. Se aviene a reducir un 40% los despidos -síntoma de que no le resulta fácil llevar adelante la totalidad de ellos- pero pide a cambio despedir al Comité de Empresa y poder realizar el resto a su antojo, a dedo, para así poder liquidar al grueso de los trabajadores que han estado a la cabeza de la huelga, en las asamblea, en los piquetes, organizando la caja de resistencia, charlas, actos...
Las otras tres monedas de cambio que pedía la empresa eran la desconvocatoria de la huelga, la aplicación de un ERTE y la retirada de cualquier recurso sobre la sentencia de la Audiencia Nacional y el resto de demandas derivadas de la huelga. Se trata de un chantaje inaceptable, que deja claro cuál es el objetivo de la empresa y demuestra como todo el plan de viabilidad estaba cargado de discriminación y represalia contra la única planta que ha luchado. Se busca descabezar la organización de los trabajadores, tanto sus estructuras sindicales como el activismo obrero que ha hecho posible llevar la lucha hacia delante. Quiere que el trabajo se reemprenda en una fábrica sumisa y desorganizada, en la que después -tan pronto como en 2015- poder hacer pasar aquellos despidos que la sentencia le haya impedido realizar.
Es pues un ataque sin precedentes a los derechos más básicos de los trabajadores, el de organización sindical, el derecho a la huelga, a sindicarse... que nos devuelve a los tiempos de la Dictadura, cuando los empresarios trataban de decapitar con total impunidad al activismo obrero y las organizaciones sindicales de la oposición después de toda protesta. Se trata por lo tanto de un ataque contra todo el movimiento obrero, pues de pasar sentaría un precedente nefasto para todos los trabajadores. El mensaje que quieren lanzar es muy claro: “aquel que se mueva, que se organice, que esté en el Comité o sea delegado... será de los primeros en quedar en la calle”.
Con las dos últimas reformas laborales -una del PSOE y la última del PP- se quiere acabar con todas las conquistas obtenidas en las últimas 4 décadas, y para ello los empresarios y el Gobierno pretenden devolvernos también a la peor de las dictaduras patronales, aquella en la que ni siquiera nos dejan el derecho a pelear por lo nuestro.
Contra el chantaje y la represión patronal contra los luchadores: ¡continuar la huelga!
En este marco, la dirección de CCOO en Santa Perpetua sigue defendiendo que se debe levanta la huelga de forma inmediata. Es lo que quisieron desde el comienzo. Su argumento es que "la empresa teme a que entremos" cuando en verdad lo que teme es que la huelga continúe. Entrar hoy ubicaría a los trabajadores en el peor escenario.
Perderían la principal herramienta para tratar de imponer el máximo de sus reivindicaciones. Los mismos miembros del Comité que estuvieron en la reunión explicaron como a la empresa le preocupaba la determinación mostrada esta semana en las asambleas del lunes y el miércoles, en la que todos los medios pre-anunciaban que se iba a decidir la vuelta al trabajo. Las dificultades de la empresa y su nueva propuesta fascistoide pueden y deben ser aprovechadas para conseguir reabrir una negociación que permita una salida favorable para los trabajadores. Para ello hay que intentar mantener las herramientas a favor de la plantilla. Mantener sin producción la principal planta del grupo no hace sino agravar los problemas de tesorería de la empresa para poder llevar adelante los despidos. Mantener una firme oposición a cualquier hipotético ERTE al finalizar el conflicto también. Y mantener la impugnación del ERE hace muy difícil que Oaktree pueda vender la empresa y rentabilizar su inversión ¿Quién va a comprar una empresa en la que está pendiente de ratificarse el salario y el número de sus trabajadores?
Pero es que además entrar después del anuncio del ataque anti-sindical sin precedentes que está preparando sería dejar pasar éste sin apenas resistencia. ¿Cómo puede CCOO mantener una actitud tan criminal ante un golpe semejante que dejaría debilitada la organización sindical de los trabajadores en todo el Estado? ¿Cómo pueden los dirigentes de CCOO en el Comité de Empresa alentar la desmovilización cuando la empresa está anunciando que quiere descabezar todo tipo de organización sindical y obrera en la fábrica?
Su política de mirar para otro lado o alentar que no haya resistencia ante una medida semejante como la que prepara Panrico es totalmente inaceptable. Ahora más que nunca hay que exigirle que rodee y ayude a sostener con todo el apoyo político y económico la lucha de Panrico, así como que impulse una gran campaña de denuncia y rechazo a este chantaje inaceptable. Hay que exigirles más que nunca a las direcciones de CCOO y UGT que pongan toda la carne en el asador para que el conflicto de Panrico concluya con las demandas de los trabajadores satisfechas, porque ahora más que nunca si los planes de la patronal pasan será una derrota para los obreros de Panrico y también para el conjunto de los trabajadores que quedaremos con un precedente que merma brutalmente nuestros derechos sindicales y de lucha.
Por otro lado, la Generalitat debe dejar de actuar como lacayo de esta dictadura patronal que no oculta sus intenciones de barrer con derechos fundamentales básicos como el de la organización sindical y la huelga. El Conseller de Empresa y Empleo, Felip Puig, ha tenido la desfachatez de saludar la “propuesta” fascistoide de la empresa como “un gesto de buena voluntad” ¿Esta es la Catalunya de Arthur Mas y Felip Puig? ¿Una Catalunya en la que los trabajadores pueden ser despedidos arbitrariamente por organizarse y luchar por sus derechos? ¿Una Catalunya que en las empresas se parece cada vez más a la Dictadura de Franco?
Hay que echar abajo este chantaje, este nuevo ataque contra los obreros de Panrico que lo es contra toda la clase obrera. Para ello el mejor escenario es continuando la huelga -retomando la caja de resistencia- de forma reconductible, es decir rediscutiendo cada cierto tiempo, semanalmente por ejemplo, si se mantiene la medida en función de lo que se logre avanzar en forzar una negociación a favor de los trabajadores. Pero esta pelea necesita para poderse ganar de toda la solidaridad activa de otros trabajadores y sectores populares, de imponer un cambio radical en la política de los dirigentes sindicales de CCOO para que hagan todo lo que está en sus manos para frenar esta ofensiva anti-sindical y conseguir una salida favorable a los trabajadores. Es necesario llamar también a todas las organizaciones sindicales, políticas y sociales a abrazar la lucha de Panrico, para establecer un plan de lucha con protestas dirigidas también a la Generalitat, que apuesten por la coordinación con otras luchas obreras y sociales, porque hoy defender una victoria en Panrico es la única forma de evitar una derrota para todo el movimiento obrero.
La única lucha que se pierde es la que se abandona.