Ante la crisis política en Venezuela
El PSL y su visión miope de una realidad ajustada a la desorientación
20/02/2014
Una vez más, el grupo Partido Socialismo y Libertad (PSL, organización hermana de Izquierda Socialista de Argentina) vive su desorientación frente a las movilizaciones impulsadas por los sectores de la derecha más recalcitrante. En su reciente declaración eluden una cuestión central, definir el carácter de las movilizaciones en curso, limitándose apenas a criticar a las direcciones de la MUD y su programa. Es que parte de considerar muy ligeramente las movilizaciones de la derecha como expresión del "descontento obrero y popular" sin partir de la enorme polarización que existe en el país, y que la derecha moviliza una base social propia con un programa reaccionario, argumentando que los movilizados son gente “manipulada” desligándola de las demandas que sostienen.
Así expresan que “Existe un enorme descontento popular con las medidas económicas de ajuste implementadas por el gobierno, y ante el agravamiento de los síntomas de una crisis que ha llevado la inflación y el desabastecimiento a niveles exasperantes, producto de una política que durante 15 años sólo ha beneficiado a transnacionales, banqueros e importadores. Esta situación es la que explica una participación masiva de la población en las marchas realizadas el pasado miércoles 12 en distintas ciudades del país. El pueblo trabajador está siendo asfixiado económicamente, mientras la banca y las transnacionales, así como los grandes importadores y los corruptos se forran con la renta petrolera” (13/02). Parte de un hecho real que en la base de las movilizaciones está la crisis económica, pero “pasa por alto” el simple hecho que este sector que se moviliza propugna una salida por derecha de la situación, y en ese sentido marchan detrás de los sectores políticos en los que se ven representados.
Vemos que juntan sin más en una amalgama de “descontento popular” el descontento de la clase obrera y el pueblo pobre con el “descontento” de sectores de clase media derechizada que si bien son afectadas efectivamente por “la misma crisis” hay en el país no se movilizan en el mismo sentido de la satisfacción de las demandas obreras y populares. Es que esta “misma crisis” no se siente de la misma manera por todas las clases y segmentos de clase, ni genera el mismo tipo de procesamiento y expresión política por todos los componentes del “pueblo”. Basta preguntarse si en estas movilizaciones los manifestantes están descontentos con “una política que durante 15 años sólo ha beneficiado a transnacionales, banqueros e importadores” y proponen expulsar a las transnacionales chupadoras de sangre de los trabajadores, a los banqueros imperialistas, dejar de pagar la deuda externa y que basta de entregarle dólares subsidiados a importadores que venden al cuádruple las mercancías importadas. No proponen todo lo contrario, mayor liberación de la economía, que el país debe estar bien con los compromisos internacionales y no en afectar en nada las relaciones con los países imperialistas. De paso digamos que es incorrecto decir que en 15 años “solo se han beneficiado las transnacionales, la banca y los importadores”, pues si bien es cierto que nunca han dejado de llenar sus bolsillos estos sectores, la política de asistencia social e inversión en ampliación del acceso a la seguridad social, educación y salud públicas es real, y es lo que explica en parte el apoyo que aún el chavismo en su decadencia tiene en grandes sectores de masas, fundamentalmente los pobres urbanos y franjas importantes de trabajadores.
Lo que se niegan a ver, en su concepción simplemente antigubernamental pero no también anticapitalista es que un descontento puede ser base de un desarrollo de luchas obreras y populares, y otro descontento -¡con la misma crisis!- puede ser base del desarrollo de un movimiento más de derecha, que propone salidas reaccionarias, más patronal y proimperialistas. He allí un problema en la manera como el PSL presenta el cuadro de “descontento popular”. Pero ellos mismos se encuentran presos de su propia lógica. Pues si las actuales movilizaciones en curso son parte del descontento obrero y popular en el país, entonces las mismas tienen algún carácter progresivo y tendrían que participar activamente y disputarle las bases a quienes la dirigen, en este caso los sectores de la MUD. Y abandonan de esta manera a la gente que se moviliza para que la derecha las encamine directamente al degolladero, digamos que su propia esquema mental traicionan a los sectores que se han movilizado en los últimos días.
No partir de la enorme polarización existente en el país, donde unos llaman a seguir sosteniendo un senil y decadente nacionalismo burgués que cada vez más va aceptando las demandas empresariales y que a lo largo de los años ha terminado beneficiando a banqueros y empresarios, y otros propugnan una salida de derecha a la crisis del país, no delimitan claramente precisamente que mientras esa marea de descontento popular puede generar movilizaciones de los explotados por sus intereses, puede generar también fenómenos más derechizados en las clases medias. Que la crisis decanta también sectores más a la derecha, en este caso fuertemente el grueso entre franjas de la juventud de clase media universitaria y sectores de las clases media, cuyo desarrollo, de cobrar fuerza, no es “aliado” del descontento popular sino al contrario enemigo del desarrollo de la movilización clasista de los trabajadores y el pueblo.
Como vemos, no son “pequeñas sutilezas” que estos “marxistas” obvian en su esquema de pensamiento. No en balde, como afirmamos al principio, evitan una caracterización política precisa de estas movilizaciones. Hay que decir que los que se movilizan se montan sobre el descontento general pero con un contenido claramente pro-empresarial y de derecha, que esta juventud más “combativa” lo es por derecha, porque es base de un programa burgués neoliberal y proimperialista. Incluso “destituyente”, es decir, de asalto al poder político por encima de las propias reglas de la democracia burguesa. Pero todo esto queda oculto con la definición de “descontento popular”, que es apenas una verdad a medias, o superficial.
La gente del PSL habla de una salida general, pero no plantean una perspectiva clara de que hay que desarrollar la lucha obrera y popular para pararle la mano a un curso más derechista de la situación nacional, que la manera de evitar que sectores como este cobren más fuerza y peso social, es poniendo en pie la fuerza clasista de los trabajadores con demandas contrapuestas a las que levantan estas movilizaciones.