RIO DE JANEIRO
El primer turno mostró que Junio sigue vivo: ni Pezão ni Crivella
15/10/2014
Como parte de la campaña nacional en defensa del voto a Dilma no faltaron activistas en las redes sociales y en los grandes medios que analizaron los resultados electorales en Río para concluir dos cuestiones: Junio no se expresó o la “derecha” se fortaleció. Este análisis interesado no se corresponde con los hechos. La reelección del diputado derechista Bolsonaro y otros candidatos conservadores con votos superiores a los del 2010 no cambia el sentido general de estas elecciones que expresaron Junio. En tres sentidos: fragmentación y debilidad de los representantes del “régimen” y del gobierno de Cabral y de Dilma; aumento de la crisis de representatividad y gran votación al PSOL en general y especialmente en el “centro” del Junio carioca (la capital y Niterói).
Los representantes del gobierno de Cabral y Dilma quedaron divididos y golpeados
El ex gobernador Cabral fue reelecto en 2010 con 5,2 millones de votos (54% de los votos emitidos). Había competido con Fernando Gabeira (PV) y Fernando Peregrino (sustituyendo a Garotinho, cuya lista fue suspendida). Los tres candidatos de los empresarios y del régimen político carioca habían alcanzado 7,7 millones de votos (80,4% de los que votaron).
En estas elecciones la clase dominante carioca impactada por la crisis del gobierno de Cabral, cuestionado como pocos durante Junio, sale más dividida y con menos votos. La suma de los “4 Cabrales” (Pezão, Crivella, Garotinho y Lindberg) alcanzó 7,2 millones de los votos emitidos. Con más candidatos y todos hablando de “cambio”, y tres de ellos intentando mostrarse como “oposición” a Cabral- Pezão, los resultados fueron menores comparados con 2010. Este rechazo es expresión de Junio.
La juventud y los trabajadores que salieron a las calles en Junio y llevaron adelante importantes huelgas, enfrentando al gobierno estadual y municipal en estas elecciones castigaron a la casta política. Pezão y Crivella llegan al segundo turno muy cuestionados. Crivella perdió frente a la suma de los votos blancos y nulos (1.701.650). La suma de los votos de Pezão y Crivella (4.861.678) fue de apenas el 50% de los votos contados. La abstención electoral aumentó muchísimo y ninguno de ellos puede soñar en alcanzar “mayoría” como había logrado Cabral.
Dilma y Lindberg (PT) estarán juntos a Pezão y Crivella. Garotinho apoya a Criella. Toda la campaña fue un “juego de escena”. Para no alimentar divisiones y arriesgar perder votos Dilma tal vez ni suba a los escenarios de sus aliados. Aquellos que en Junio estaban del lado de los empresarios, la violencia policial y la corrupción se unirán nuevamente para retomar el control y continuar aplicando los planes capitalistas contra los intereses de los trabajadores y las masas explotadas. Ninguno de estos cuatro candidatos en que el régimen se dividió criticó el aumento de pasajes del transporte durante el año. Todos están unidos contra los trabajadores. Incluso cuando se presentan separados en candidaturas que compiten, no dejan de ser parte de un único “partido de explotadores”, “partido político de los ricos”.
Crisis de representatividad
Otro aspecto importante de estas elecciones en Río fue lo que se denomina crisis de representatividad. Y no podía ser de otra forma después del “no nos representan” de Junio, del cuestionamiento a los sindicatos burocráticos y ligados a los empresarios, como vimos en las huelgas de los barrenderos, choferes y en todo el cuestionamiento al gobierno de Cabral y sus aliados políticos y empresarios (Jacob Barata, Eike Batista, Cavendish).
La abstención (el voto en blanco y nulo), es decir, aquellos que se negaron a votar creció mucho. De 2 millones en 2010 a 2,4 millones en 2014 para casi todos los cargos. La votación a gobernador se mantuvo estable (de 17,51% a 17,55%) y eso ocurrió porque varios millones de trabajadores y jóvenes en lugar de anular su voto expresaron su protesta votando a Tarcísio Motta del PSOL, que era el único candidato que se presentaba por fuera de la “casta política”. Este aumento expresa un aumento de la crisis de representatividad y gane quien gane, los cuestionamientos y la pérdida de legitimidad se mantendrán.
La gran votación del PSOL también es expresión de Junio
El PSOL logró captar electoralmente una parte expresiva de los votos de aquellos que salieron a las calles en Junio. Se puede medir por el aumento de votos en todos lo niveles. Luciana Genro logró 220 mil votos en Rio, quedando en cuarto lugar detrás de Dilma, Marina Silva y Aécio Neves. El candidato a gobernador Tarcísio alcanzó impresionantes 712 mil votos (8,92) y en las votaciones a diputados federal y estadual también crecieron mucho (más de 530 mil votos en los dos niveles).
Además el partido también logró votaciones expresivas en barrios que fueron el “corazón” de Junio. En la Zona Sur, Tarcísio alcanzó el 24,8% de los votos válidos y más del 14% en toda la capital, quedando en tercer lugar con más de 400 mil votos. En Niterói se ubicó segundo. Marcelo Freixo fue el diputado estadual más votado (350 mil), Chico Alencar y Jean Wyllys quedaron, respectivamente, en cuarto y séptimo para diputados federales más votados, principalmente en los barros de la Zona Sur y Tijuca, con buenas votaciones en todos os barrios de la capital, incluyendo barrios obreros y populares.
Esta votación fue producto de que el partido se presentó como “diferente” del partido de la “casta política” carioca. Expresaron de modo más “popular” parte de los temas que Junio dejó planteado en las calles – derechos democráticos para la población LGBT, legalización de las drogas, denuncia de la violencia policial - y fueron vistos como oposición a los “4 Cabrales”.
Sin embargo, lo hicieron sin presentar un programa anticapitalista, sin buscar crear un movimiento que se organizara durante y después de las elecciones. El grito “Dónde está Amarildo” no fue planteado para desarrollar un movimiento en las calles por el castigo de los culpables, incluyendo a Pezão y Cabral. No utilizaron las elecciones y el repudio a los políticos para llevar adelante una consigna que pudiese transformar esta rabia en un avance en las posiciones de clase, como sería la reivindicación de que diputados, gobernadores, jueces y trabajadores políticos ganen lo mismo que un profesor, como vimos en las pancartas de Junio.
Omitieron temas centrales de la realidad política carioca como la campaña por el derecho al aborto, cuando en nuestro estado las muertes de Jandira y Elisângela tuvieron alcance nacional, poniendo en primer plano la realidad de miles de mujeres que pierden sus vidas al realizarse abortos clandestinos, la mafia de las clínicas clandestinas que incluye empresas, bancos y policías y ni siquiera mencionaron las huelgas que sacudieron Rio. Sin embargo, aún con estos límites, y a pesar de ellos, centenas de jóvenes y trabajadores buscaron expresar sus deseos de cambio o de repudio al régimen y los gobernantes votando al PSOL.
Si este partido fuera consecuente con los temas que abordó, lanzaría ya un llamado para construir movimientos unitarios de toda la izquierda y activistas que movilice a miles en las calles, por las reivindicaciones de la población LGBT, las mujeres, la juventud y los trabajadores y el pueblo pobre por los derechos sociales, contra la opresión y violencia del Estado.
Un segundo turno sin opción de los trabajadores: voto nulo
Crivella y Pezão son dos fracciones de un mismo “partido de los explotadores”, del “partido de la casta política”. Pezão se convirtió en vice-gobernador de Cabral como “representante” de Garotinho y Rosinha, que apoyaron la primera elección de Sérgio Cabral. Pezão era vice-gobernador y fue el responsable de la represión brutal de la Policía Militar (PM) durante las manifestaciones de Junio y la huelga de los profesores. Era vice-gobernador cuando la PM torturó, mató y desapareció a Amarildo. Es responsable directo por todo lo malo que sucede en Rio al menos desde 2005. Ahora Pezão intenta atacar a Crivella por estar ligado a la Iglesia Universal, pero esconde que Malafaia (de la Iglesia Asamblea de Dios) lo apoya y que fue secretario de gobierno de Rosinha, el gobierno que impuso la enseñanza religiosa en las escuelas. En este aspecto como en otros, no hay “mal menor”.
Crivella fue quien durante las manifestaciones de Junio, como parte de la base oficialista del gobierno de Dilma, propuso el proyecto de criminalización de las protestas durante la Copa del Mundo como “terrorismo”, con penas de 15 a 30 años. Se mantuvo en silencio frente a todas las medidas autoritarias y violentas de Cabral-Pezão. No movió un dedo contra el intendente Paes y ni la dirección de la empresa Comlurb a favor de la huelga de los barrederos o de los profesores.
Ningún trabajador o joven puede dejarse engañar o intentar encontrar en ellos un “mal menor” o “aliado” del pueblo. Gane quien gane, al día siguiente estarán juntos contra los trabajadores, la juventud y el pueblo y a favor de los ricos y la casta política. Debemos mantener la lucha para conquistar las demandas de Junio, enfrentando a los capitalistas y régimen político de lobbistas y representantes de los ricos.
Eso era posible mediante la organización independiente de todas las alas de la clase dominante, de los empresarios y de la “casta” política. Los trabajadores y la juventud deben construir su propia organización de izquierda para dirigir las luchas populares y obreras con independencia política, un nuevo partido revolucionario de trabajadores que luche sin vacilar contra la explotación capitalista. La dirección del PSOL y sus parlamentarios y dirigentes al proponer el “voto a Dilma”, se oponen a esta perspectiva, como si no fuese la responsable por la indignación que tomó las calles en Junio, como si no fuese el PT quien desde hace 12 años gobierna con gran parte de la derecha (PMDB, PP, PRB, PTB, PSB, PDT), contra los derechos democráticos y sociales y los trabajadores y el pueblo.
La “derecha” son todos ellos, juntos o separados. La izquierda son los millones que enfrentaron a los gobiernos, patrones, políticos y sindicalistas vendidos y la represión policial en Junio y con las huelgas. ¡No nos representan! Ni Dilma ni Aécio. Ni Pezão ni Crivella! Voto Nulo. Confiar solo en nuestras propias fuerzas y construir una izquierda revolucionaria de los trabajadores y la juventud.