MÉXICO
La Nueva Central de Trabajadores
21/05/2014
Por una alternativa clasista sindical
La esclavista reforma laboral recién aprobada, la alianza transpacífica que profundizará la explotación de la mano de obra mexicana alcanzada con el TLC, el crecimiento del trabajo precarizado y el infantil, los bajísimos salarios que ya compiten con los chinos, el tramposo seguro de desempleo que limita el derecho a la vivienda y privatiza este rubro, llevaron en este último periodo a la liquidación de muchas conquistas obreras y al debilitamiento de los sindicatos; esto además del apriete de tuercas por el gobierno a los sindicatos oficialistas (como en el SNTE) profundizando así el control de la vida sindical por el estado. Es necesario frenar esta ofensiva y recomponer las filas del movimiento obrero.
En el pasado, frente a la crisis del aparato charro, hubo intentos por forjar organismos sindicales combativos (como el Fendescac en 1982 y la Coordinadora Intersindical Primero de Mayo en 1995). Pese a impactar a miles de trabajadores, estos intentos de organización fueron conjurados por quedarse en los márgenes del sindicalismo o por perder tendencialmente el carácter independiente que les dio origen. Por eso la propuesta de la Nueva Central de Trabajadores (NCT) impulsada por el SME ha encontrado respuesta en algunos sindicatos, corrientes sindicales y otras organizaciones y genera la posibilidad de organizar la resistencia de la clase obrera y recomponer su organización.
Primero de Mayo: dos posiciones encontradas ante el gobierno
La reciente movilización del 1° de Mayo era la oportunidad para salir como uno solo contra los planes del gobierno y los patrones, y mostrar a los trabajadores que resisten la ofensiva patronal una propuesta independiente y de clase. De hecho, los miles y miles de trabajadores que se movilizaron muestra que el descontento puede expresarse en las calles. La Nueva Central de Trabajadores cuestionó lo central de la política anti-obrera de Peña Nieto y la entrega de los recursos energéticos a las trasnacionales, entre otras medidas, y llamó a no creer en la supuesta democracia que existe en el país. Cabe mencionar que la UNT no sólo rechazó marchar unidos para fortalecer los reclamos obreros ante un gobierno que a todas luces es pro-patronal, sino que terminada su cortísima marcha (justo cuando entraban al zócalo los contingentes de la NCT) los dirigentes de la UNT fueron a reunirse con el principal responsable de la política laboral autoritaria de hambre y miseria que sufren los trabajadores en el país. Lamentablemente, la CNTE marchó por separado también de la Estela de Luz al Ángel de la Independencia y de ahí a Gobernación. No existían razones para no marchar como un solo puño mostrando la fuerza obrera al gobierno. Esa política no fortalece al movimiento obrero.
Hoy, cuando en el mundo la clase obrera sale a luchar de manera combativa por sus demandas, y que en el país empiezan significativos procesos de paros obreros como los de Teksid Hierro, Conduit, Gunderson, y Perfiles y Tubos en Coahuila, los trabajadores tenemos que prepararnos para intervenir con una política combativa ante la situación que empieza a abrirse.
La Nueva Central de Trabajadores tiene el reto de convertirse en un polo de referencia de los que luchan y se proponen organizarse de manera independiente del régimen y sus partidos; debe buscar la unidad de todos los trabajadores en base a la más amplia democracia y un programa único que integre las demandas de los explotados y oprimidos.
Ante el creciente descontento contra los planes de Peña Nieto cuya fortaleza se explica por el apoyo que le dieron los partidos del Pacto por México (desde el cual impuso la reforma energética y la de telecomunicaciones), y ante el cuestionamiento que enfrenta la entrega de la renta petrolera a las grandes trasnacionales, es necesario fortalecer un organismo de la clase trabajadora realmente combativo. Un agrupamiento que llame a unificar a los trabajadores sindicalizados, precarizados y desempleados, coordinar la luchas existentes (como la de Honda) y rodearlas de solidaridad; igualmente, levantar una política internacionalista con las luchas de nuestros hermanos de clase de otros países (y como lo hizo con los trabajadores españoles de PANRICO en el mitin de marzo pasado).
Los trabajadores enfrentarán muchas presiones en el periodo que se avecina. La mejor manera de sentar las bases para una organización combativa, es manteniendo su independencia política de cualquier organismo que no exprese los intereses históricos de la clase obrera. Sobre esa base, se debe llamar a la más amplia unidad para unir fuerzas sin perder la identidad y levantar un programa que pueda movilizar a los trabajadores, campesinos y estudiantes.