Huelgas mineras en Sudáfrica
Los obreros enfrentan la represión, al gobierno y la burocracia sindical
15/11/2012
A más de 2 meses de la represión y el asesinato de 34 huelguistas en Marikana, las huelgas en uno de los sectores más importantes de la economía sudafricana, la minería, continúan. A finales del mes de Octubre más de 30.000 mineros en Rustemberg, paralizaban American Platinum (Amplats) la más grande explotación de ese mineral del mundo, en reclamo por mejores condiciones laborales, aumentos de salario y contra el despido de 12.000 trabajadores. En Marikana miles de mineros paraban durante varias horas reclamando por la liberación de cuatro de sus compañeros que fueron detenidos luego de declarar ante el tribunal que investiga la represión y los asesinatos por parte de la policía durante la huelga de agosto en esa ciudad. En otras explotaciones mineras del país surgen huelgas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
La nueva oleada de huelgas en el sector surge rechazando el acuerdo alcanzado por la burocracia sindical de la Unión Nacional de Mineros (NUM) que desde un principio viene tratando quebrar la lucha con diferentes métodos incluida la utilización de patotas contra los huelguistas.
En un intento por frenar el proceso de ruptura de las bases obreras con la burocracia sindical del NUM, la central obrera nacional COSATU organizó un acto en el estadio de Rustemberg donde se desarrollaba la huelga de Amplats. En el acto se dio una muestra más de la ruptura de un sector del activismo y la base en huelga, con miles de mineros que portaban remeras con consignas contra el acuerdo alcanzado por la burocracia, y la movilización de 1000 manifestantes de Marikana que denunciaban la complicidad de la burocracia del NUM en la represión a los huelguistas.
Los métodos de lucha, las huelgas duras y el surgimiento de un activismo obrero, nucleado en el sindicato independiente AMCU (Asociación de Mineros y Constructores), se dan producto de que el reclamo por mejores condiciones laborales tiene que enfrentar a las empresas imperialistas y a la alianza de la burocracia sindical (NUM y COSATU), el gobierno del CNA (Congreso Nacional Africano) y el PC sudafricano que no dudaron en declarar las huelgas ilegales y organizar la represión policial y con matones para garantizar los negocios de las mineras imperialistas.
Se profundiza el desgaste del gobierno del CNA
El gobierno del CNA en el marco de la crisis económica mundial viene garantizando los planes imperialistas en Sudáfrica. En los últimos años la desigualdad, la pobreza y la desocupación vienen golpeando a los trabajadores y el pueblo pobre, desde la caída del Apartheid y con la llegada al gobierno del CNA, como explicábamos en notas anteriores (ver “Masacre obrera en Sudáfrica” en LVO 489), siguen siendo las empresas imperialistas, los empresarios blancos y una minoría negra los que se enriquecen a costa de la explotación de la población negra.
El régimen surgido luego del Apartheid basado en la alianza entre el CNA, el PC y la burocracia del COSATU viene siendo cuestionado por la movilización y la lucha obrera que se dio en el sector minero y que ahora se comienza a extender a otros sectores como los trabajadores rurales.
A pocos días de la conferencia nacional del CNA salen a la luz más claramente las divisiones dentro del partido gobernante, dirigentes como Julius Malema (fundador de la Liga Juvenil del CNA) que ya venía cuestionando la política del actual presidente Jacob Zuma, volvió a hacer públicas sus críticas al gobierno tratando de canalizar el descontento popular y mostrándose como “ala potable” dentro del partido para evitar una ruptura de los trabajadores y el pueblo pobre con el CNA, cada vez más cuestionado.
En estos meses de lucha los trabajadores han dado sobradas muestra de combatividad y heroísmo, han conseguido parte de sus demandas pero las empresas imperialistas se preparan para descargar la crisis sobre los trabajadores nuevamente cuando anuncian reestructuraciones y despidos para el próximo año.
Luego de tres meses de "huelgas salvajes", de enfrentamientos con la burocracia y la policía y de una brutal represión, empieza a quedar cada vez más al desnudo la imposibilidad de que el gobierno del CNA, que es el socio menor de las grandes multinacionales, pueda dar respuesta a las demandas más sentidas de los trabajadores y el pueblo. Será necesaria una experiencia a fondo con estas direcciones políticas y sindicales, y con los sectores que se presenten como "renovadores", para expresar una alternativa de independencia de clase que pueda dar respuesta y acabar con los ataques que, como parte de la crisis capitalista internacional, están descargando sobre las espaldas de los trabajadores.
14-11-2012