Venezuela
Nuevo capítulo en la crisis del gobierno de Maduro
03/07/2014
Entrevistamos a Ángel Arias, dirigente de la Liga de Trabajadores por el Socialismo, organización hermana del PTS en Venezuela, para conocer luego de los últimos cambios ministeriales y la crisis al interior del partido del gobierno, el PSUV, así como la situación económica y política actual que atraviesa el país.
¿Cómo sigue la delicada situación económica y qué medidas viene tomando el gobierno de Maduro?
Continuamos inmersos en una crisis económica donde los niveles de escasez son altos, se gestan continuas devaluaciones y hay tres tipos de cambio oficiales además del llamado dólar paralelo, una inflación galopante, una caída fuerte del salario real, además de los problemas estructurales de la economía con alta dependencia de las importaciones, un sobreendeudamiento cada vez mayor y ausencia de divisas en un país rumbo a la recesión, entre otros aspectos. Esto nos presenta un panorama donde el gobierno solo avizora medidas de salida a la crisis de fuerte impacto contra la población pobre y los trabajadores. En este panorama se enmarcan los acuerdos que está llevando a cabo el gobierno de Maduro con los sectores empresariales, en el que se les está respondiendo positivamente a todas sus demandas, entre las que podríamos incluir la agilización por parte del Ministerio del Trabajo de los despidos solicitados por los capitalistas, se liberan los dólares que exigen, se les exime de impuestos, se les autoriza la liberación de precios, y un largo etc. No hay una sola medida que afecte al sector empresarial y sí, prácticamente todas, contra el pueblo trabajador, en una clara decisión de que sean los trabajadores quienes paguen la crisis. Desde el Bank of America, pasando por Wall Street hasta el Deuchst Bank, incluyendo el FMI, están viendo con buenos ojos las nuevas orientaciones económicas del gobierno de Maduro.
La mesa de Diálogo Nacional con la derecha ha fracasado y fue suspendida, ¿cuál es actualmente la política de estos sectores y la actitud del gobierno hacia ellos?
Si en el plano de las llamadas “mesas de diálogo económico” entre el Gobierno y los concentrados sectores capitalistas han avanzado aceleradamente, como te expliqué, es en el caso de las “mesas de diálogo político” donde las cosas se han estancado. Estas “mesas de diálogo” entre el Gobierno y la MUD han sido levantadas, y la mediación de los cancilleres de Unasur se terminó en un fracaso, un hecho que viene a demostrar las dificultades de un entendimiento político mayor y las contradicciones abiertas del proceso traumático de transición en el post chavismo. Y esto no es casualidad, dado que el cambio del régimen político bonapartista del fallecido Chávez a otro diferente, aún en transición, no será un proceso librado de contradicciones y tensión política.
Existen fuertes divisiones en la derecha. Actualmente, por ejemplo, luego del fracaso de las mesas de “diálogo político”, el llamado sector “duro” liderado por María Corina Machado y Leopoldo López principalmente, ha salido ahora con una nueva agenda que implica presionar por elecciones anticipadas y una supuesta Asamblea Constituyente como vía para “salir del Gobierno actual”, incorporando el llamado a un “Congreso ciudadano popular”, respaldada por el partido socialcristiano de Copei. Frente a esto varios voceros de la MUD, desde Capriles (Primero Justicia) hasta Omar Barboza (Un Nuevo Tiempo) se han delimitado públicamente de este bloque, reafirmando su estrategia de mediano plazo de debilitar al Gobierno para capitalizar un triunfo electoral ante un eventual referendo revocatorio a mitad del mandato de Maduro, conscientes de un Gobierno que se desgasta permanentemente y sumido en una crisis muy grande. Es un problema de tiempos y de tácticas, entre un sector y otro, solo que, para la implementación de la agenda del primero se busca una caída abrupta del Gobierno abriendo una situación más convulsiva, y el otro capaz una transición “más ordenada” que le permita gobernar evitando mayores tensiones. Al momento la línea de María Corina Machado no ha tomado mucho eco, y el Gobierno nacional ha decidido pasar más a la ofensiva contra este sector. La política del gobierno es acelerar esta división, no haciendo concesiones que consideran importantes, como la liberación de algunos presos como Leopoldo López y el comisario Simonovis uno de los responsables de la masacre de Puente Llaguno en el 2002, que les exigía los representantes de la MUD en las mesas de diálogo. Hay nuevamente un impasse político en el país en lo referente a estos dos sectores, donde la ventaja del gobierno es la propia división de la derecha opositora.
En los últimos días se desató una fuerte pelea al interior del chavismo, ¿a qué responde y cuáles son las distintas posiciones políticas y proyectos en disputa?
Hasta el momento el chavismo ha venido cerrando filas desde la muerte de Chávez, lo que le ha permitido capear la ofensiva política de la derecha tanto en los acontecimientos de abril del 2013 como en las arremetidas de febrero y marzo de este año, así como también buscando aparecer unificado frente al conjunto de los problemas económicos, sociales y políticos, sabiéndose lo que es de público conocimiento, los distintos sectores que conviven hacia el interior del chavismo. La salida de dirigentes históricos y figuras claves como Jorge Giordani, artífice claro de las políticas económicas de Chávez, y que lo acompañara como ministro durante casi todos los 14 años de su mandato, a lo que se sumaron en solidaridad otros importantes ex ministros como Héctor Navarro – miembro de la dirección nacional del PSUV, y sancionado inmediatamente-, puso al descubierto las fisuras internas y las amenazas de que las tensiones hacia lo interno del chavismo y de su alto escalón salgan más a flote, pudiendo configurar crisis mayores en el propio gobierno. La aparición de una carta pública del ex ministro Giordani, quien también fuera Ministro de Planificación de Maduro, intenta dar un balance histórico de su participación en el proceso bolivariano y mostrar las diferencias que existen en el manejo de la economía en especial bajo el mandato de Maduro dando una tónica de separación por no compartir el rumbo “pragmático” que toma el nuevo Presidente, y la corrupción abierta. Al no expresar Giordani fuerzas organizadas hacia el interior del chavismo, su salida no ha expresado corrientes que se separen al momento del PSUV, pero en síntesis se trataría de una defensa del supuesto “legado de Chávez” y los nuevos rumbos políticos del actual gobierno.. Buscando anticiparse a nuevas crisis dentro del chavismo, Maduro salió fuertemente a confrontar a estos sectores que lo cuestionan llamándoles de “izquierda trasnochada”, y no es casualidad que anunciara para estos primeros 15 días de julio una reorganización completa de todo su gobierno, lo que dado en llamar de “una revolución total y profunda de la administración pública” en claras señales de buscar evitar nuevos remezones inesperados.
¿Qué política tienen ustedes como LTS frente a la actual situación?
En la actual situación política, para los revolucionarios de la LTS, se trata de cómo enfrentar el ajuste que vienen descargando sobre la clase obrera y el pueblo pobre, cómo la clase obrera entra en la escena política con sus propias demandas y sus propios métodos de lucha, rompiendo la polarización de las fuerzas burguesas, y estableciendo una salida obrera y popular a la crisis. Esto será posible si la clase obrera se auto-organiza, coordina mecanismos de resistencia y de exigencias, movilizaciones, encuentros de trabajadores, poniendo en pie agrupaciones y sindicatos que defiendan nuestros intereses, y algo muy importante, la construcción de un partido obrero revolucionario e internacionalista, el cual agrupe a la vanguardia obrera y popular. No hay que cambiar de timón, como les gusta decir a los populistas de la izquierda del chavismo, sino que hay que cambiar la clase que nos gobierna, y debemos ser nosotros, la clase obrera y el pueblo oprimido quienes tomemos la rienda de nuestra nación, luchando contra las injusticias del capitalismo y la opresión imperialista.