FT-CI

Declaración de Clase contra Clase del Estado español

Ofensiva de la Monarquía marroquí contra el pueblo del Sáhara Occidental

18/11/2010

El pueblo saharaui está siendo víctima de la mayor oleada represiva desde el fin del conflicto armado entre la Monarquía marroquí y el Frente Polisario en 1991. El desalojo a sangre y fuego del campamento de Gdeim Izik, a 15 km de El Aiun (capital del Sáhara Occidental) el pasado 8 de noviembre ha dado inicio a una oleada de asesinatos, detenciones, torturas, censura informativa y otras muchas violaciones de los derechos humanos que dejan un saldo de decenas de muertos y heridos y más de un centenar de presos pendientes de juicio, diez de ellos por la jurisdicción militar que podría llevarlos a la horca. La dictadura de Mohamed VI trata así de aplastar una protesta que estaba sirviendo para reavivar la lucha por los derechos democráticos del pueblo saharaui, a la vez que podía convertirse en un ejemplo para el conjunto de los trabajadores y sectores populares de Marruecos, también víctimas de las políticas de ajuste de la Monarquía.

Por el momento todos los imperialismos, tanto de la UE como EEUU, incluyendo al Zapatero del “no a la guerra” y la “alianza de civilizaciones”, guardan silencio avalando al genocida de Mohamed VI. Es para ellos la mejor manera de defender los intereses de sus respectivas multinacionales tanto en el Sáhara Occidental como en el Reino de Marruecos. Para ellos el Sáhara Occidental no deja de ser una moneda de cambio que en estos momentos no interesa ser utilizada. Y es que el pasado “apoyo” a la causa saharaui de imperialismos como el español -que no podemos descartar que en un futuro alguna potencia, el mismo Estado español, lo retome-, a parte de meramente declamatorio, no buscaba la defensa de los derechos democráticos de este pueblo, sino más bien enarbolarlos demagógicamente como herramienta para fortalecer la opresión que ellos mismos mantienen sobre Marruecos.

Una lucha contra el “apartheid” de los territorios ocupados

A comienzos de octubre sectores de jóvenes de la capital del Sáhara Occidental comenzaron a organizar protestas contra la carestía de la vida, el desempleo masivo y las condiciones de miseria, opresión y marginación que padecen doblemente los saharauis de los territorios ocupados. Se desplazaron a 15 km de la ciudad y comenzaron a levantar decenas de haimas. Rápidamente se encendió la mecha de la mayor movilización social desde 1975. Miles de jóvenes y trabajadores, en muchos casos acompañados por su familia, se sumaron al campamento, llegando éste a albergar a 20.000 personas.

La reacción de la dictadura marroquí no se hizo esperar. El campamento enseguida fue rodeado por la policía, que levantó un muro y un foso a su alrededor y estableció rígidos controles de carretera, en uno de los cuales asesinarían al niño Nayem el Gareh el pasado 24 de Octubre.

Se estaba generando una protesta más masiva que el aplastado levantamiento de 2005 conocido como la Intifada Saharaui. Si bien en un principio había sido detonada por demandas contra las condiciones de vida, la estrecha ligazón de éstas con la opresión nacional y la dictadura de la Monarquía alauí, hacía que rápidamente se politizase la lucha, con el riesgo para Mohamed VI de que se transformará en un potente movimiento por el derecho de autodeterminación y contra la Corona.

Además, importantes sectores de trabajadores marroquíes empezaron a mostrar su solidaridad con el campamento y sus demandas. Esto significaba un golpe muy duro a la política alentada por la Monarquía de tratar de instrumentalizar a civiles marroquíes para que actúen como grupos de choque y agentes de la ocupación y opresión del pueblo saharaui. Trabajadores de la mayor mina de fosfatos mundial, Bukraa, que constituye la mayor fuente de ingresos para la dictadura y la propia fortuna personal del monarca (uno de los principales accionistas), se presentaron en solidaridad en el campamento el 27 de Octubre. Y el 28 hizo lo mismo una delegación de la ciudad del Sur de Marruecos de Sidi Ifni, un importante centro obrero en donde en junio de 2008 se decretó el Estado de sitio contra una huelga general.

Estas simpatías y solidaridades, aunque modestas, marcaban un potencial muy peligroso para la dictadura. Los trabajadores y sectores populares de Marruecos están siendo también víctimas de este Régimen y sus políticas de ajuste recetadas por el FMI y los distintos imperialismos que expolian sus recursos y mano de obra (especialmente el francés, el español y el estadounidense). El paro de masas y la miseria se extiende por amplias capas de los trabajadores y la población, y en ese caldo de cultivo esta lucha podía convertirse, para Mohamed VI, en un “mal ejemplo” a imitar y con el que solidarizarse.

Los imperialismos de la UE y EEUU son cómplices directos de la masacre

La sangrienta operación contra el campamento y la posterior guerra sucia desatada en la capital del Sáhara Occidental no ha sido una acción totalmente independiente de la dictadura marroquí. La misma Ministra de Exteriores española y que se autodefinía como “amiga del Sáhara”, Trinidad Jimenez, ha reconocido que se tenía conocimiento del operativo antes de producirse.

Y es que la Monarquía alauí es uno de los gobiernos históricamente más cipayos del Magreb. La burguesía marroquí, aglutinada en torno a la figura del Rey que es también la principal fortuna del país y una de las mayores del mundo, vende a precio de saldo su país (y los territorios ocupados del Sáhara Occidental) a los distintos imperialismos a cambio de que le dejen unas suculentas “comisiones”. Mientras los índices de pobreza y paro son escandalosos, situándose en el número 123 del índice de desarrollo de la ONU (por detrás de Namibia o Argelia).

Los “amigos de Marruecos”, Francia y Estados Unidos centralmente, no sólo se benefician del expolio del Reino, también directamente del Sáhara Occidental. El capital francés compró el 60% de las empresas privatizadas durante los duros ajustes que el FMI impuso a Marruecos en los 90. Empresas como la estadounidense Kerr-McGee y la francesa Total-Fina-Elf han participado en trabajos de reconocimiento de la costa sharaui en busca de yacimientos petrolíferos, y otras como la también estadounidense Cosmos Energy ya ha adquirido derechos de actividad en los más suculentos. EEUU firmó un Tratado de Libre Comercio en 2004 y la UE (con Francia y el Estado español a la cabeza) aprobó un “estatuto avanzado” en 2008 con los ojos puestos en el mercado agrícola, de fosfatos (Marruecos es el principal exportador mundial, y buena parte de los yacimientos están en el Sáhara Occidental) y los recursos pesqueros (la plataforma costera saharaui es el mayor banco pesquero del Norte de África, superior a cualquiera de Europa).

Sostener a Mohamed VI y mantener la ocupación marroquí del Sáhara Occidental son sin duda para Obama y Sarkozy la mejor defensa de los intereses de sus respectivos imperialismos. A esta estrategia imperialista se están sumando también los “amigos del Sáhara” como el imperialismo español con Zapatero a la cabeza, y es que el cuento de la defensa de los derechos saharauis por la responsabilidad histórica española no ha sido más que la forma que había adoptado hasta ahora la política exterior del imperialismo español para tratar de poder avanzar en el expolio de Marruecos y el Sáhara Occidental frente a sus competidores “amigos de Marruecos”. Algo que ha ido consiguiendo paulatinamente, hasta el punto de superar la presencia española a la francesa en sectores como el turismo y la construcción. Desde este mejoría de la “colaboración” hispano-marroquí (aunque salpicada con recurrentes crisis diplomáticas sobre todo por la ocupación de Ceuta y Melilla), Zapatero pasa a una política más abiertamente pro-alauí.

Zapatero y el imperialismo español abandonan su falsa “defensa” de los derechos saharauis

Que el Sáhara Occidental se encuentre ocupado por la dictadura alauí es en primer lugar consecuencia directa del colonialismo español del Siglo XX. El Régimen franquista, temeroso de las consecuencias que había tenido para la dictadura portuguesa la guerra colonial (la revolución de Abril de 1974), buscó la mejor manera de salir del territorio “salvando los muebles”. El 17 de octubre tras una serie de negociaciones secretas se le cedió a Marruecos, a cambio de la explotación de yacimientos de fosfatos e importantes indemnizaciones por los bienes españoles. Hassan II, por otra parte gran amigo de Juan Carlos I (en ese momento ya Jefe del Estado en funciones por la enfermedad terminal de su mentor y predecesor, Franco), era una garantía mucho más estable para los intereses del imperialismo español que una futura república dirigida por el Frente Polisario. Cuatro días más tarde de aquellos acuerdos Hassan II impulsó la Marcha Verde que ocupó y expulsó por la fuerza a decenas de miles de saharauis y abrió el conflicto armado hasta 1991.

Este acuerdo entre el imperialismo español y la Monarquía alauí fue también aplaudido por los imperialismos francés y estadounidense, que tenían en Hassan II un gran amigo contra el Régimen nacionalista-burgués del FLN en Argelia. Sólo la preferencia de estos dos imperialismos en el expolio del Reino de Marruecos explica la posterior posición “pro-saharaui” (siempre vacilante, tibia y casi testimonial) de los gobiernos de la democracia, que convertían esta causa en un “arma arrojadiza” para tratar de ampliar su porción en el expolio del mismo Marruecos.

En estos momentos la política de Zapatero consiste en tratar de mantener “buenas relaciones” con Mohamed VI a fin de evitar por un lado que éste azuce la legítima reclamación territorial de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla (que recientemente llegó a provocar movilizaciones populares y bloqueos en la frontera) y por el otro poder avanzar en el expolio pesquero, de mano de obra y en la colaboración de Marruecos con las políticas racistas del Estado español y la UE (control fronterizo, deportaciones... que en algunos casos han acabado con el abandono de cientos de inmigrantes en el desierto del Sáhara, como en 2006 tras la crisis de las vallas de Melilla).

Una vuelta a la “defensa” del pueblo saharaui, como la que le pide el PP y otros partidos burgueses, no podemos entenderla como un verdadero compromiso por los derechos democráticos de este pueblo, sino como la utilización demagógica de los mismos para tratar de redoblar las cadenas imperialistas española sobre Marruecos y el Sáhara Occidental. Y es que una “independencia” de las manos del imperialismo, por ejemplo mediante una misión de cascos azules, no pondría fin a la opresión nacional, sino que como en Kosovo, se pasaría de territorio ocupado por Marruecos a una especie de “protectorado” de la ONU, la UE u otro consorcio de naciones.

Una lucha que pone en cuestión la política de diálogo del Frente Polisario

La brutal represión contra el campamento y los barrios populares de El Aiun demuestra la potencial amenaza que esta lucha social significa para los planes de ocupación marroquí del territorio. Pero al mismo tiempo esta protesta ha sacado a la luz el descontento de miles de saharauis, en su mayoría jóvenes, con una situación que lleva encallada desde los acuerdos de 1991 que pusieron fin a la guerra entre el Frente Polisario y el Reino de Marruecos. Han sido estos jóvenes, con independencia del Polisario, los que han organizado y dirigido la protesta y la resistencia, los que no sólo defendieron el campamento heroicamente, sino que después fortalecieron la respuesta de los barrios populares de El Aiun, levantando barricadas y librando combates callejeros contra las fuerzas represivas de la Monarquía.

El Frente Polisario nació en 1973 para luchar contra la ocupación española de su territorio histórico. Formado por un grupo de estudiantes asumiría la estrategia guerrillera de liberación nacional influenciados por experiencias como la del FLN Argelino. Mantuvieron algunos choques con las tropas españolas, pero sin duda su actividad se multiplica y fortalece con la cesión a Marruecos y Mauritania (con ésta los combates durarían hasta agosto de 1979 cuando le cede su parte del Sáhara Occidental, aunque posteriormente será de nuevo arrebatada por Marruecos). El fortísimo desarraigo que sufrió el pueblo saharaui a causa de la ocupación marroquí debilitó mucho su capacidad para organizar una potente lucha social, con centralidad de los trabajadores urbanos y el resto de sectores populares. Las ciudades fueron bombardeadas con napal y decenas de miles marcharon a los campos de refugiados en Tindouf, Argelia (hoy son más de 175.000) o al exilio a otros países. El Polisario proclamaría la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en febrero de 1976 desde el territorio que controlaba. El modelo de la lucha de liberación argelina y el régimen del FLN (quien apoyó desde un principio la resistencia saharaui en medio de su enfrentamiento con el Régimen pro-imperialista de Hassan II) había sido la principal influencia política y referente del Frente Polisario. Además de adoptar la estrategia de lucha guerrillera, se asumió el ideario histórico anticolonialista y nacionalista-burgués de la dirección del FLN argelino.

Durante los 80 se hace palpable el fracaso de la estrategia guerrillera y a su vez la feroz dictadura de Hassam II impide la organización de la lucha social en los territorios ocupados, si bien esta tarea no ha sido nunca el eje de la estrategia del Polisario. Además la Monarquía alauí fomenta un nacionalismo anti-saharaui y “repuebla” los territorios con población de origen marroquí (sobre todo después del alto el fuego), con la intención de convertir a estos civiles en base social para su reaccionaria política. Desgraciadamente contra esta línea de Hassan II, continuada y reforzada por Mohamed VI, el Polisario no levanta política para soldar la alianza del pueblo saharaui y los trabajadores y el pueblo de Marruecos para acabar con la Monarquía alauí como vía para la obtención del derecho de autodeterminación. Que esta es una tarea ineludible lo demuestra el hecho de que precisamente en esta ocasión una de las peores armas empleadas para poner fin a la protesta ha sido la utilización de grupos de choque de población marroquí en la represión de El Aiun.

En 1991 se firma el alto el fuego y se crea la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental) con la promesa de un referéndum para 1992 que ha sido sistemáticamente aplazado por Marruecos con la complicidad de todos los imperialismos. Desde esa fecha el Polisario ha pasado de la lucha guerrillera a depositar todas las esperanzas en una salida “negociada” y “dialogada” con el mismo Gobierno que durante estas décadas ha seguido manteniendo ejecuciones extrajudiciales, asaltos domiciliarios, torturas... y convirtiendo a los saharauis que no han marchado al exilio y a los campos de refugiados en ciudadanos de segunda en su propio territorio. Y lo que es más grave, animando la creencia de que la solución vendrá de la mano, no tanto de la voluntad de Mohamed VI, sino de la intermediación de los distintos imperialismos en favor de la RASD.

Esta política sólo ha beneficiado a Marruecos y los distintos imperialismos. Hassan II y Mohamed VI han ido reforzando la ocupación, y tanto los “amigos del Sáhara” (a la cabeza el Estado español) como los más pro-alauís (Francia y Estados Unidos principalmente), les venía bien en la medida que dejaba “congelado” el conflicto y evitaba que una lucha de liberación nacional desestabilizase el Magreb y pudiera llegar a poner en cuestión sus negocios en la región.

Mientras estos jóvenes combatían en el campamento y en las barricadas, los dirigentes del Frente Polisario se sentaban en la enésima mesa de negociación con Marruecos en Nueva York. Y además lo hacían reivindicando ésto como un éxito por no haber caído en la provocación alauí. Como si a Mohamed VI no le interesase más seguir dilatando el conflicto de mesa en mesa, en vez de tener que enfrentar un movimiento de protesta social y política como el que estaba aplastando.

Por una lucha revolucionaria contra el Régimen de la Monarquía alauí. Por la alianza del pueblo saharaui con los trabajadores y el pueblo marroquí

La lucha llevada adelante por los jóvenes de El Aiun, a pesar de haber sido tan brutalmente reprimida, está sacando a la luz que puede surgir savia nueva para el movimiento de liberación nacional saharaui. Una nueva generación de luchadores que organice la resistencia desde las ciudades y el campo, desde los trabajadores y los sectores populares, y que busque trazar alianzas con el proletariado y el pueblo marroquí en una lucha revolucionaria contra el Régimen de la Monarquía y los distintos imperialismos que la sostienen o los usan a ellos como moneda de cambio.

Nada podemos esperar de la ONU y los imperialismos implicados. Ni de los fervientes “amigos de Mohamed VI” como Sarkozy y Obama, ni de los supuestos “amigos del Sáhara”, que lo más que harán será usar la legítima lucha saharaui para intentar avanzar en la dominación imperialista de Marruecos, alimentando por esta vía la política anti-saharaui que promueve la Monarquía alauí entre en pueblo marroquí. Las protestas que se han organizado en distintas ciudades del Estado español, especialmente la del sábado 13 en Madrid que reunió a unas 50.000 personas, muestran el profundo sentimiento de solidaridad y de rechazo, tanto a la masacre perpetrada por los cuerpos represivos marroquíes como a la complicidad del Gobierno de Zapatero. En este sentido no subscribimos la política planteada por las organizaciones convocantes, que es la del Polisario. Tanto la izquierda parlamentaria como diversas organizaciones sindicales, sociales y políticas, incluso de extrema izquierda (como Izquierda Anticapitalista o En Lucha), están demandando al Estado español, la ONU u otro imperialismo, que intervenga en “favor” del pueblo saharaui. Incluso se llega a pedir que se tomen medidas de bloqueo comercial u ocupación militar (cascos azules), es decir se plantea que la lucha por los derechos democráticos del pueblo saharaui pasa por redoblar las cadenas del imperialismo sobre el pueblo marroquí.

Creemos que la mejor solidaridad internacionalista que podemos brindar a la lucha que se libra desde El Aiun, desde los campos de refugiados o desde otras zonas de los territorios ocupados, es la lucha y la denuncia implacable a los imperialismos responsables y a su régimen títere de Mohamed VI. Debemos luchar contra nuestros propios Gobiernos y regímenes, en nuestro caso apuntando a la misma Corona borbónica, combatiendo todas las ilusiones en “salidas” negociadas con la Corona alauí y la ONU, y brindando nuestro apoyo a la lucha del pueblo saharaui y también a las demandas del pueblo marroquí contra el imperialismo español, empezando por la descolonización de Ceuta y Melilla y el final del expolio que en Marruecos y el Sáhara Occidental realizan las multinacionales españolas, francesas, estadounidenses...

La consecución del derecho de autodeterminación y el final de la miseria y la opresión que padecen el pueblo saharaui está íntimamente ligada al derrocamiento del Régimen de la burguesía marroquí y el imperialismo, la dictadura de Mohamed VI. Esta no es tarea exclusiva del pueblo saharaui sino que necesariamente tendrá que soldar una alianza de clase con el proletariado y el pueblo marroquí, quien también es víctima de la explotación de este criminal régimen. Dicha alianza sólo será posible si las organizaciones obreras y populares marroquíes hacen suyas las legítimas reivindicaciones democráticas del pueblo saharauí, en la línea de lo realizado por los sectores solidarios que fueron a expresar su apoyo al campamento de Gdeim Izik.

Para ello será necesario ir forjando al calor de los próximos combates una estrategia revolucionaria opuesta a la política filo-monárquica de la burocracia sindical marroquí que fomenta el odio anti-saharaui y la estrategia negociadora con la Monarquía y el imperialismo que levanta el Frente Polisario, sin buscar la alianza de los dos pueblos contra la Corona y dejando terreno para que la ocupación de fortalezca. Es en las minas de fosfatos, en las fábricas y centros de trabajo de Marruecos y el Sáhara Occidental, donde está la fuerza social que junto con los estudiantes, campesinos y el resto de sectores populares podrán derribar la Monarquía y establecer sendas repúblicas socialistas de Marruecos y el Sáhara Occidental libremente hermanadas, que puedan convertirse en la punta de lanza de la revolución en la región, en la perspectiva de construir la de Repúblicas Socialistas del Magreb.

¡¡¡Alto a la represión!!! ¡¡¡Fuera ya la policía y tropas marroquíes de El Aiun y el Sáhara Occidental!!!

¡¡¡Por el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui!!!

¡¡¡Abajo la Monarquía apoyada por el imperialismo y la burguesía marroquí!!!

¡¡¡Por la alianza del pueblo saharaui y los trabajadores y el pueblo de Marruecos contra la Monarquía opresora!!!

¡¡¡Contra los Gobiernos imperialistas de la UE y EEUU y los engaños de la ONU!!!

¡¡¡Por sendas Repúblicas Socialistas en Marruecos y el SO libremente hermanadas!!!

¡¡¡Por la Federación de Repúblicas Socialistas del Magreb!!!

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