Consecuencias de la “actualización” económica que impone la burocracia
Se profundizan las diferencias sociales
11/03/2014
En un año desde que se abolieron en enero de 2013 las prohibiciones a la entrada y salida del país, más de 180.000 personas viajaron una o más veces sobre todo a EEUU (en especial a Miami, Florida), México y España. Esta reforma están reforzando la relación con “el exilio cubano”, sobre todo el de Miami y por esa vía con EEUU y no se produjo la temida ola de emigración que muchos anunciaban (alrededor de 40.000 no han regresado pero están dentro de los plazos legales). Con esto, los sectores que desde los ‘90 se vieron favorecidos por el envío de dólares de sus familiares desde el extranjero, hoy están aprovechando aún más esta ventaja ligada a las nuevas habilitaciones para comprar y vender casas y autos o montar pequeños y medianos negocios, a parte de la posibilidad de traer mercaderías muy escasas en Cuba.
Esto junto al fuerte impulso al trabajo por cuenta propia y las empresas cooperativas a un nivel inédito en la historia del país desde el ’59, está generando una mayor estratificación social (que viene a profundizar la ya existente desde el “período especial”), donde un sector está haciendo importantes negocios, ahorrando dinero, adquiriendo bienes, o ampliando su negocio y contratando mayor cantidad de empleados. Otro sector con menores capacidades pero que logra lo suficiente para mantener su grupo familiar y mejorar relativamente su calidad de vida, y otros sectores que deben emplearse en dependencia de los segmentos anteriores, con sueldos mayores a los que podían percibir en el Estado (hasta tres veces lo que ganaban en el Estado), pero que no les alcanza para progresar socialmente. Por último encontramos a la mayoría de la población, los trabajadores estatales que perciben 20 dólares por mes y un creciente sector desocupado que trata de sobrevivir vendiendo baratijas o algún servicio en negro.
Hay que tener en cuenta el permanente recorte de subsidios que viene haciendo el gobierno desde 2007 a la par de las reformas, como la libreta de racionamiento, que ha sido recortada drásticamente con eliminación de muchos productos y el recorte de las cantidades. O como ocurre con los “productos normados” (que se comercian en moneda nacional) que crecientemente desaparecen de los puntos de abastecimiento y sólo se consiguen en CUC. Estos ajustes afectan a los sectores más vulnerables, sin acceso al CUC y que sólo perciben el magro salario estatal.
Señalemos también que el gobierno persigue fuertemente a los sectores bajos de los trabajadores por cuenta sin habilitación, con impuestos impagos o mercaderías en negro, con la cínica excusa de enfrentar el robo y la corrupción mientras ellos se están enriqueciendo al tiempo que desmantelan la economía nacionalizada y hacen grandes negocios con capitales extranjeros. A fines de 2013 se implementaron nuevas regulaciones al trabajo por cuenta propia que “califican como infracción la venta de productos de factura industrial, productos comprados en el exterior por modistas o sastres, plomeros, productores y/o vendedores de artículos varios de uso del hogar, ello constituirá una contravención que será aplicada a quien realice estas actividades” (Semanario Opciones, 03/10/13). Incluso hay denuncias de que a muchos vendedores callejeros y feriantes con sus papeles en regla se les ha quitado la licencia y confiscado la mercadería por venderlas más barato que en las tiendas. Esta situación ya genera protesta social de decenas y cientos de personas afectadas en distintos pueblos y ciudades que se manifiestan y son reprimidos por la policía (El Nuevo Herald, 20/01/14).
Otro sector que se ve afectado por esta creciente polarización social son profesionales e intelectuales (médicos, profesores, técnicos) que gozaban de un salario por encima del promedio estatal así como de ciertos privilegios otorgados por “mérito” a su trabajo y por ahora no pueden ejercer su profesión de forma independiente. Esto se expresó recientemente con la liberación, a partir del 3/1/14 de la venta de autos nuevos y usados. Los precios aumentaron de forma exponencial y de la noche a la mañana se hizo imposible para un gran sector de funcionarios de segunda y tercera línea, intelectuales y profesionales que esperaban desde hacía años que se les diera el permiso que emitía el Estado por los “méritos” del solicitante y que permitía comprar un auto por 5.000 o 6.000 CUC. Hoy no se pueden encontrar un usado por menos de 20.000 y los precios promedio rondan los 45.000 con lo que todo ese segmento de la población quedó automáticamente por fuera habiendo estado años esperando un permiso y ahorrando dinero. “…la protesta interna entre los intelectuales, artistas, médicos, entre los propios diplomáticos cubanos que trabajan fuera y después compran su auto aquí, es muy grande, y es prácticamente en toda la intelectualidad cubana, la que podía tener acceso a esos autos” (“Entrevista…”).
Sin embargo, las restricciones continúan y el Estado sigue teniendo un peso abrumador. El único habilitado para importar autos nuevos y usados, y el único habilitado para venderlos (todas las agencias y concesionarios siguen bajo su control y propiedad) y fijar los precios es el Estado. De hechos los precios fueron llevados a las nubes con el cínico argumento de que lo recaudado será utilizado para mejorar el transporte público. Por otra parte, el control estatal y las restricciones también se expresan en que “cuando tu llegas a una concesionaria y pones 260.000 dólares encima de la mesa, al día siguiente tienes a las autoridades impositivas en tu casa para que declares de dónde los sacaste. Incluso el que tiene se cuida bastante de hacer semejante acción. Hay gente que busca extranjeros para que compren y después le vendan para poder así blanquear su dinero” (“Entrevista…”). Ni qué decir tiene que muchos grandes burócratas funcionarios del Estado y del partido están haciendo un nuevo y gran negocio personal al manejar las importaciones y el comercio interior.