Los planes de la General Motors (GM) preparan el despido en masa de cerca de 2 mil trabajadores. En nombre de “ajustar” la producción de nuevos modelos y “adecuar” las “inversiones” a las condiciones del “mercado”, esta multinacional – la mayor del mundo – decreta que los trabajadores de la GM deben pagar los costos de sus planes. En el 2008 esta empresa fue auxiliada por el gobierno de Obama, recibiendo cerca de 50 mil millones de dólares. Obama “condicionó” este verdadero “salvataje” a la GM “exigiendo” un “plan de reestructuración, nomeadamente a través de una reducción significativa de los costos”. La empresa embolsó esa fortuna, se levantó y viene aplicando religiosamente el plan de reestructuración. Ahora, en San José dos Campos, este plan podría significar la pérdida de todos esos empleos. O sea, la empresa, tanto en Estados Unidos como en Brasil, se aferra a los miles de millones entregados por los gobiernos (que no son más que comités ejecutivos de los capitalistas, principalmente de los monopolios) y aplica “ajustes” que hacen pagar la cuenta a los trabajadores y a sus familias.

La empresa viene ganando cada vez más con las ventas en alta y, cuando hay caída en las ventas, con las medidas de socorro que el gobierno de Dilma (Lula también lo había hecho) se apura en aplicar entregando miles de millones del BNDES o exenciones fiscales para que las grandes montadoras multinacionales mantengan sus negocios altamente rentables. Cada vez más las grandes industrias –con las multinacionales al frente - buscarán arrancar lo máximo de los trabajadores, produciendo cada vez más con menos obreros, reduciendo costos (derechos laborales, aumentando la jornada laboral, contratando temporarios y precarizados, etc. ) y exigiendo subsidios al gobierno. Esta es la aritmética capitalista: más explotación de los trabajadores y expoliación de las finanzas del país, (y de las ciudades) igual a mayores (y más rápidas) ganancias.

Planes de “ajuste” de los capitalistas: los trabajadores pagan la crisis para salvar las ganancias

Lo que hace la GM no se limita a esa empresa, es parte de un plan capitalista general y global, que viene siendo aplicado en otros países, estados y ciudades. El gobierno y la empresa dicen que a Brasil le va muy bien y que la crisis capitalista mundial es “cosa” de Europa. La verdad es muy diferente. Aunque la crisis económica mundial no muestre en Brasil los graves efectos vistos en el Estado Español, Grecia, Portugal y otros países, algunos reflejos ya se hacen evidentes. Después de la crisis iniciada en 2008 los gobiernos salvaron a las empresas y bancos, inyectaron miles de millones y dieron todas las garantías para que los capitalistas continuaran ganando, a costa de los trabajadores y del endeudamiento de los países. En Brasil los incentivos fueron enormes, la exención del IPI (Impuesto sobre Produtos Industrializados) para los autos, por ejemplo, garantizó la liberación de los stocks y el mantenimiento de la producción. Incluso en ese contexto las empresas lanzan planes de restructuración en búsqueda de más ganancias y disputas por los mercados de consumidores. La cadena productiva de automóviles y vehículos automotores está pasando por una restructuración que implica recortes de derechos, empleos y salarios, mientras los capitalistas garantizan sus negocios y ganancias. Montadoras como Ford, Volkswagen/Man, Mercedes-Benz, Scania y Volvo han anunciado la paralización de líneas de producción. Consecuentemente las autopartistas anuncian medidas contra los empleos. Seeber Fastplast proveedora de componentes plásticos para Mercedes, Ford y Man, ya suprimió 180 trabajadores, la mayoría en Diadema (San Pablo). MWM Internacional, vinculada a la norteamericana Navistar Engine Group, cerró un acuerdo con el sindicato de los metalúrgicos de Canoas (RS) que llevó a la reducción de la jornada de trabajo con reducción del salario.

Chantajeados con la amenaza de 900 despidos los trabajadores fueron obligados por el sindicato a aceptar la paralización de 12 días a lo largo de 3 meses (un día por semana) a cambio de la reducción de los salarios en un 15%. O sea, el sindicato entregó el salario de los trabajadores a la empresa, pues si la producción había caído y era necesario trabajar menos días, la empresa ganará reduciendo salarios. En la MWM de San Pablo los trabajadores tendrán un recorte salarial de 17,5% con reducción de la jornada de 20%. Al burócrata sindical de Fuerza Sindical (presidente del Sindicato de los Metalúrgicos de San Pablo), Miguel Torres, le dió la cara para decir que la empresa asumió el “compromiso” de reponer los salarios cuando la producción vuelva a ser “normal”. Mercedes –Benz ya había dejado en licencia remunerada a 480 trabajadores, hasta el día 4 de junio, además de las vacaciones colectivas, también en la unidad de Juiz de Fora (en el Estado de Minas Gerais). Como si esto fuera poco, en mayo suspendió (del 18 de junio al 17 de noviembre) los contratos de 1.500 trabajadores de la unidad de San Bernardo do Campo (ABC paulista), lo que significa casi el 18% de los trabajadores de la fábrica (8.500). Este es el conocido “lay-off” que las empresas, en alianza con los sindicatos, siempre imponen para “ajustar” la producción, reducir costos y garantizar sus ganancias. Los trabajadores deberán permanecer en casa cinco meses, recibiendo R$1.163 del FAT (Fondo de Amparo al Trabajador), dinero que es de los trabajadores, de los recursos ligados al Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio (FTGS). La empresa solamente cubrirá la parte que falta para complementar el salario. La empresa mantiene esos empleos pero en realidad recibe un subsidio altísimo al dejar de pagar los salarios integralmente. Y el burócrata sindical de la CUT, presidente de los metalúrgicos del ABC, Sérgio Nobre, lo justifica diciendo que “el ‘lay-off’ fue el sistema encontrado para evitar los despidos y mantener el nivel de empleo”.

Es decir, los trabajadores no aparecen como “desempleados”, la empresa los conserva como “reserva de mano de obra” y los recursos públicos (de todos los trabajadores) ingresan como subsidios a los capitalistas. Como queda en evidencia, los planes patronales van avanzando –con el acuerdo de la burocracia sindical vendida a los patrones y al gobierno - desde vacaciones colectivas pasando por el “lay-off”, pero no se garantiza el empleo, pues este fantasma continúa pesando sobre nuestras cabezas. Los acuerdos de las empresas con la burocracia sindical nada garantizan a los trabajadores y favorecen a los patrones en todos los sentidos. Incluso con las “alternativas” que evitan los despidos directos, los patrones salen ganando pues despedir sería la “última” alternativa, ya que en la competencia por los mercados y la rentabilidad, cuyo fundamento es “reducir costos” (gastos), despedir sale más caro – pierden obreros calificados y adaptados a los sistemas de producción, gastan grandes sumas en indemnizaciones y después, cuando las “cosas mejoren”, tendrían que gastar mucho con la selección, contratación y entrenamiento de nuevos empleados. Al revés de las mentiras de los sindicalistas vendidos, quienes ganan con todos estos planes son los capitalistas, y nosotros pagamos la cuenta. Ninguna de estas “alternativas” garantiza el empleo, el salario y los derechos de los trabajadores. La única garantía para mantener los empleos se encuentra en la lucha firme y decidida, organizada y planificada, de los trabajadores y trabajadoras de la GM – uniendo a todos, efectivos, contratados y tercerizados – como parte de un plan general de todos los metalúrgicos de São José dos Campos (pues los “ajustes” en las multinacionales abarcan a las demás empresas), aprovechando la disposición de lucha que hemos visto en los paros de la GM. La lucha no será fácil ni simple, pues la empresa tiene grandes objetivos, fuerza y aliados (gobierno de la ciudad, gobierno estadual, gobierno federal, burocracia sindical) que le permiten preparar una verdadera “guerra” contra los trabajadores y trabajadoras de la GM y el sindicato.

El ataque a la GM y al sindicato de los metalúrgicos de São José dos Campos

La dirección de la GM está predispuesta a imponer sus planes de reestructuración en São José dos Campos y demás unidades. Es parte de su plan global (mundial). Sin embargo, la dirección de la empresa tiene otro objetivo importante. Frente a la crisis capitalista mundial y de la imperiosa competencia mundial por mercados para la venta de automóviles, que exigirá mayor productividad – costos más bajos y producción más competitiva – los capitalistas saben que permanentemente tendrán que tener planes de “ajuste” para favorecer sus negocios. Esos planes, como hemos visto en Europa, encontrarán la resistencia de los trabajadores, que buscaran garantizar sus salarios, empleos y derechos. Para imponer sus planes será necesario arrodillar a los trabajadores, y para eso es fundamental que las empresas, además del apoyo directo e incondicional de los gobiernos, cuenten con sindicatos “dóciles”, “socios”, aliados de los patrones. Como vimos, sindicatos como la CUT y Força Sindical (además de otras centrales, como la CTB), cada uno a su manera (y con sus falsos discursos), hace mucho que vienen haciéndole “el juego” a los patrones, engañando y dividiendo a los trabajadores para que no vean alternativa salvo aceptar acuerdos que bajen salarios, quiten derechos y negocien despidos (PDVs y otras modalidades).

En editorial el día 14/07, el derechista Estadão lanza amenazadoras líneas sobre el “futuro de los metalúrgicos”, para definir que los empleos e “inversiones” en São José dos Campos están amenazados no por la GM (y los patrones) sino por los dirigentes del sindicato. Para llenar con alguna lógica esta operación ideológica, este diario burgués radical defiende a los sindicalistas de la CUT, Força Sindical y otros, definiéndolos como “modernos” sindicalistas que “comprendieron” la necesidad de aliarse a los patrones para “atraer nuevas inversiones” y “recuperar los antiguos índices de empleo”. Para eso, “no solo aceptaron el sistema de banco de horas, sino también negociaron con las montadoras la flexibilización de la legislación laboral, en materia de vacaciones, tiempo de descanso para almuerzo y licencia maternidad”. Como se ve, el diario Estadão muestra claramente que los burócratas sindicales de la CUT (principalmente), que cuando estaban al frente de huelgas eran “demonizados”, ahora son “ejemplos” a ser seguidos por los dirigentes sindicales y trabajadores de São José dos Campos.

El Estadão no solo opina, sino que deja claro que uno de los objetivos principales de la patronal (GM en este caso) es obligar al sindicato (y los trabajadores) a aceptar las “flexibilizaciones” laborales, en nombre de “atraer inversiones” pues considera que el “modelo” de sindicalistas debe ser encontrado en los burócratas vendidos de la CUT, de Fuerza Sindical, de la CTB y otras centrales. Es lo que piensa y prefiere la dirección de la GM, y para eso intentará doblegar los dirigentes de los metalúrgicos de São josé dos Campos, ligado a la Coordinación Nacional de Luchas (Conlutas), retirando del camino de sus “planes” un “foco de resistencia”. La empresa – con la ayuda de los sindicalistas de la CUT, Força Sindical, CTB, Prefectura de la ciudad (intendencia), PT e incluso la cúpula de la Iglesia Católica – pretende, como mínimo, chantagear, presionar y forzar el sindicato a negociar y aceptar partes fundamentales del plan de “ajuste”, es decir, amenazar con el corte de producción y despedir en masa para lograr imponer medidas que resulten en reducción de costos e incrementos de la producción en niveles de competitividad de acuerdo con sus objetivos globales y regionales.

Para los burócratas sindicales de la CUT y de la CTB, principalmente, también sería una gran “ganancia” derrotar al sindicato, tanto con una gran cantidad de despidos (que podría desmoralizar a los trabajadores, la vanguardia y abrir espacio a la oposición) como con una capitulación (aceptar las “alternativas”, los acuerdos que esas centrales ya vienen aplicando en sus sectores). ¡Ninguna confianza en los discursos de la GM! ¡Sólo negociarán seriamente y retrocederán si encuentran una fuerza firme y decidida entre los trabajadores, su dirección y sus aliados! ¡Ninguna confianza en los burócratas traidores de la CUT, Força Sindical y CTB! ¡Si estos burócratas dicen defender los empleos y los derechos de los trabajadores, que comiencen rompiendo sus pactos con la patronal y los gobiernos, y pongan todos los recursos del sindicato al servicio de un plan de lucha para parar los despidos y todas las “alternativas” de flexibilización!

El gobieno Dilma, por más que reciba comitivas del sindicato y haga declaraciones, no hará nada efectivo para garantizar los empleos, ya que gobierna para los capitalistas y por la “libre iniciativa” de los patrones para lucrar al máximo, lo que exige “libertad” para imponer sus “ajustes” e incluso despedir. Los metalúrgicos de São José dos Campos, y la dirección del sindicato, ya tuvieron la experiencia de exigir que Lula sacase una medida provisoria contra los despidos, y el resultado fue nulo, o mejor dicho, en verdad la “neutralidad” de Lula (y de los gobiernos) es la señal para que los capitalistas se sientan “libres” para atacar. El gobierno municipal también actuará con “diplomacia”, aceptará audiencias y medidas que obviamente no afecten los intereses de la GM. Nada se puede esperar del intendente que, junto con el gobernador Geraldo Alckmin (tucanos del PSDB), son aliados descarados de la empresa y de los empresarios, como vimos en la brutal represión a los habitantes y activistas del carenciado barrio Pinheirinho. ¡Ninguna confianza en Dilma, en el Ministerio de Trabajo, en el gobernador Alckmin y en el intendente Eduardo Cury (PSDB)!

Solo la lucha de TODOS LOS METAlàšRGICOS DE SÃO JOSÉ DOS CAMPOS, unificando la GM con el conjunto de la rama en asambleas, actos, paros y huelgas, podrá doblegar a la empresa y neutralizar a sus aliados. ¡La lucha de la GM no puede quedar aislada de los demás metalúrgicos! ¡La solidaridad obrera – de los trabajadores y sindicatos – debe empezar por la propia rama! Así se estará preparando un plan de lucha a la altura del ataque patronal.

La solidaridad de todos los trabajadores, sindicatos, organizaciones políticas, populares, estudiantiles y democráticas será una importante trinchera para encarar esta lucha y no permitir los despidos, los recortes de derechos y salarios en la GM, para avanzar en una posición fortificada para enfrentar los planes capitalistas (y de los gobierno) que harán de todo para que los trabajadores paguen los costos de la crisis que ellos crearon en su sed de ganancias.

Para garantizar los empleos es necesario luchar por la reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salarios de modo que la reducción de la producción no implique la reducción de los puestos de trabajo, de los salarios o de los derechos. Debemos exigir que la patronal muestre sus libros de contabilidad para demostrar queson los patrones los que deben arcar con su crisis descontando los costos de sus monstruosas ganancias y no liquidando puestos de trabajo o quitando derechos.

Esta va a ser una lucha dura. Por eso, es importante impulsar la elección, por todos los trabajadores de la GM – efectivos, temporarios y precarizados – de un comité de fábrica que masifique la movilización y expanda a las bases de cada empresa metalúrgica de São José dos Campos, eligiendo delegados para que, junto con el sindicato, fortalecer una dirección democrática capaz de organizar acciones centralizadas de toda la rama.

No podemos permitir que las burocracias sindicales que dirigen a los metalúrgicos de la CUT, de Força Sindical o de la CTB “posen” de “defensores de los trabajadores” mientras despidos y flexibilizaciones están siendo firmadas por esos sindicalistas en los distintos sectores industriales que dirigen. Al mismo tiempo en que denunciamos el enganche de estas direcciones con el gobierno y la patronal, debemos exigir acciones concretas de movilización unificada de todos los sectores que ya están siendo atacados o están bajo amenaza, dirigiéndonos no solo a las direcciones sino también a las bases para luchar para que esa unidad se efectivice, aún contra la voluntad de los burócratas sindicales.

Un plan de lucha y programa unificado, de todos los metalúrgicos de São José dos Campos

¡Abajo los planes de ajuste en las fábricas y empresas! ¡Ningun despido! ¡Garantizar los empleos, salarios y derechos! ¡Los sindicatos no deben firmar acuerdos que rebajen salarios, quiten derechos y acepten despidos (o PDVs, que son despidos “encubiertos”)! ¡Unir efectivos con contratados, temporarios y precarizados! ¡Empleos, salarios y derechos iguales para todos los trabajadores! Contra los ataques patronales, que buscan producir más con menos trabajadores y menores costos: luchemos por el reparto de horas de trabajo entre todos los trabajadores, adecuando las necesidades de producción al mantenimiento de los empleos de todos, sin ninguna reducción salarialo flexibilización de derechos. ¡Trabajar menos para garantizar todos los empleos! ¡Que los patrones paguen con sus elevadas ganancias, pues solamente así podremos garantizar nuestros empleos, salarios y derechos! Los patrones – una minoría parasitaria de la sociedad – organizan y administran la producción para suplir únicamente sus intereses de ganancia, en contra de los intereses de los trabajadores (verdaderos productores) y consumidores. Los patrones mienten, alegando crisis. ¡Debemos exigir que abran la contabilidad de la empresa para desmentirlos, mostrando cuánto lucran y dónde fueron las riquezas extraidas del sudor de los trabajadores! Los trabajadores (con sus sindicatos) – mayoría de la sociedad, los verdaderos productores de todo – deben organizarse en comisiones de fábrica y consejos de producción para generar un plan democrático que organice la producción en favor de los intereses de los trabajadores y consumidores, garantizando empleos, salarios y derechos!

Liga Estrategia Revolucionaria – LER-QI [26/07/2012] www.ler-qi.org