Crisis económica
“Tenemos que prepararnos para acontecimientos convulsivos”
08/10/2008 La Verdad Obrera N° 298
Primeros apuntes sobre las perspectivas políticas a partir de la crisis capitalista internacional.
LVO: ¿Cómo crees que hay que pensar las perspectivas a partir de la crisis internacional?
La crisis mundial del capitalismo que está en pleno desarrollo tendrá consecuencias profundas que marcarán los próximos años. Estamos presenciando un giro de características históricas. Recordemos que cuando lo comparamos con la crisis del ’30, estamos hablando de un proceso largo, que empezó con el crack del ‘29, luego del cual se da una caída muy fuerte de la producción hasta los años ‘32 y ‘33, algo de lo cual los capitalistas salen yendo a la Segunda Guerra Mundial. Alemania con el nazismo pone en marcha una economía de guerra y militarización y recién allí absorbe la alta desocupación. EE.UU. hace el New Deal pero tampoco resulta para terminar la depresión económica con un 25% de desempleo. Sólo cuando transforma la economía norteamericana en economía de guerra los índices mejoran. Desde ya, no todo va a ser igual, no son los mismos los polos de poder mundial, pero estamos hablando de un período de una magnitud de ese tipo. Cuando hablamos de que puede haber una depresión en EE.UU. significa que la desocupación puede saltar del 6% actual al 13%, 15% o más. Esto va a tener consecuencias en la lucha de clases y cambiará muy fuertemente el estado de ánimo de las masas dada la crisis en el principal país capitalista de la tierra.
Queremos decir que la crisis afectará a todos los países, más allá de que los ritmos y la profundidad de la crisis no se manifiesten homogéneamente. Esto ya es evidente en Europa que ya aparece como un eslabón débil de la economía mundial. Hasta la “gran potencia” China exporta el 40% de toda su producción a EE.UU. lo que hace que uno de los que apareció como pulmón, como motor de la economía mundial de los últimos tiempos, va a sentir sin duda alguna el impacto. Las viviendas en Shangai ya se habían desvalorizado un 30%, donde había también una especie de burbuja inmobiliaria y en China posiblemente las tensiones sociales vayan a agudizarse.
LVO: Es un sentido común decir que el capitalismo se regenerará con mayores regulaciones del Estado al capital financiero...
Los Estados estuvieron y están al servicio de defender las ganancias de los capitalistas y no al servicio de satisfacer las necesidades sociales. Esta ficción de que el Estado representa el bien común en la sociedad capitalista también se viene abajo. Todos, no sólo EE.UU. sino también los de Europa, intentan rescatar a los grandes banqueros y monopolios, casi para confirmar al pie de la letra la definición de Marx de que los Estados son “una junta que administra los negocios comunes de toda la burguesía”. Paulson, el arquitecto del mega-salvataje de 700.000 millones de dólares, fue presidente de Goldman Sachs. Mc Cain y Obama son de la elite tradicional, obviamente con matices, pero representan la continuidad de la misma oligarquía financiera. Con un discurso de conservadurismo moral en el caso de los republicanos, con un discurso más de centroizquierda o “líberal”, como se le llama a en el lenguaje político nortemericano. Otra cosa es que muchos de los votantes de Obama tengan ilusiones en que esto sea un cambio. Las administraciones anteriores de EE.UU. estaban todas ligadas a estas cinco grandes bancas de inversión que ahora desaparecieron directamente del mapa. Son las instituciones que ponen el puntaje del riesgo país a la Argentina, o las calificaciones de investment grade a Brasil, que ahora, encima, castigan con la fuga de capitales. Las campañas de los dos, republicanos y demócratas, las han financiado ellos. El bipartidismo norteamericano representa un interés básicamente común. El principal director de Lehmann Brothers se va indemnizado con 350 millones de dólares, gracias a demócratas y republicanos. Lo corrían a la salida: quebrantos generalizados y el tipo se va con las valijas llenas. Estos “paracaídas de oro” fueron motivo, por el repudio popular que generó, de una de las grandes discusiones del rescate que votó el Congreso norteamericano. Es todo un gran desenmascaramiento. Es en este sentido que, ideológicamente, esta crisis puede tener un impacto similar, pero en sentido contrario, al de la caída del Muro de Berlín para los que planteamos la lucha por el socialismo, cuando Fukuyama y tantos otros llegaron a decir que era el fin de la historia y que no había alternativa al capitalismo. Hoy quedará planteada la pregunta en la mente de millones, ¿por qué tenemos que seguir viviendo en un sistema que provoca crisis recurrentes y nos manda cada vez más a la bancarrota y a la miseria?
LVO: El “fin del capitalismo”....
El capitalismo no se termina solo, no muere de muerte natural, hay que derrocarlo. Pero crisis de esta envergadura dislocan las condiciones de estabilización del sistema, y cuando esto pasa se abren escenarios de lucha de clases y de luchas entre Estados muy agudas, incluidas, por supuesto, las guerras. La crisis del ‘30 llevó a revoluciones como la guerra civil española, o las grandes ocupaciones de fábrica en Francia en 1936. Y llevó también a fenómenos aberrantes como el nazismo: Hitler es un hijo directo de la crisis del ‘30 y sus consecuencias en Alemania.
Ahora, algunos grandes capitalistas siguen haciendo negocios, no es que todos pierden. Eso está pasando con algunos banqueros que dicen “el momento de comprar es ahora”, es decir que de las crisis se deriva una mayor concentración y centralización del capital, si el capitalismo no es derrotado resurge con mayor agresividad. Surgirán también sectores más a la derecha, más fachos. No nos olvidemos que la sociedad de EE.UU. es muy polarizada en la que hay grupos muy reaccionarios. En el caso de Europa, Sarkozy en Francia o Merkel en Alemania llegaron al gobierno para tratar de avanzar en el desmantelamiento de las conquistas sociales que se pudieron mantener. Justamente Sarkozy subió con ese discurso pero también ha sido conmovido por una crisis fuerte y en la población crece la desconfianza en los partidos tradicionales, un giro porque se cae la idea de que el capitalismo iba a seguir creciendo. “Trabajar más para ganar más” era el discurso de Sarkozy contra la conquista de la semana laboral de 35 horas. Es decir, va a haber tensiones sociales muy fuertes que van a empujar a izquierda y a derecha a partir de esta crisis.
Insisto, se vienen nuevos tiempos, que se delinearán a partir de cómo actue la clase dominante para tratar de superar esta crisis y de las respuestas de masas, un periódo en los que se va a demostrar ante millones en todo el mundo la irracionalidad de este sistema social. Ya en EE.UU. tenemos cientos de miles de viviendas vacías y gente viviendo en los parques, en lo que se llama las “ciudades carpas”, donde acampan en las periferias de las ciudades, a veces en casa rodante, o en automóviles. Y vamos a ver otras irracionalidades como fábricas que permanecerán cerradas con millones de desocupados. Lo que vivimos nosotros en el 2001/2002 con la incongruencia de ser un país que produce alimentos para más de 400 millones de personas y venían barcos de España con cargamentos para calmar el hambre de la población. Se verá la irracionalidad de todo un sistema social que algunos quieren emparchar y, nosotros, por el contrario, creemos que hay que derribar y dar lugar a otro tipo de organización social basada en la propiedad colectiva de los medios de producción, orientada a satisfacer necesidades sociales, no para alimentar las ganancias de los monopolios que controlan la economía mundial.
LVO: Como dicen los afiches del PTS, “El capitalismo no va más, que gobiernen los trabajadores”...
Lanzamos esta campaña de agitación política ante un giro estratégico del mapa político internacional. Insisto, el impacto ideológico va a ser muy fuerte y los que venimos diciendo que es necesaria la lucha revolucionaria por un sistema socialista y que el capitalismo es un sistema que está sobreviviendo más allá de sus posibilidades, vamos a encontrar nuevos oídos y nuevas fuerzas militantes. Millones van a iniciar un camino de experiencia con la crisis que va a intentar ser descargada sobre las espaldas del pueblo, contra lo que habrá resistencia y presentará, como en toda crisis, oportunidades revolucionarias. Estas crisis provocan fenómenos nuevos, impensados hasta entonces. EE.UU. en los ‘30 dio un movimiento de desocupados enorme envergadura con un nivel de organización y acción mayor del que vimos en Argentina. Dieron acciones de sindicatos radicalizados, dio el surgimiento de una nueva central sindical como la que fue la CIO donde se organizaban a los trabajadores negros porque antes los sindicatos eran tan racistas que no los dejaban organizarse, un período de grandes huelgas industriales.
En EEUU en 1999 ya se dio una señal, el nuevo movimiento antiglobalización en Seattle, las marchas que hicieron visible un nivel de malestar con lo que había sido la ola globalizadora de los 90. O el gran 1° de mayo de hace dos años donde salieron todos los inmigrantes indocumentados en un paro contra la precarización y por la legalización. En Europa es donde más tradición de lucha hay del movimiento de masas. Los golpes del neoliberalismo también se han sufrido en Europa con fuerza, pero hubo más resistencia desde la huelga general de los estatales en 1995 en Francia hasta las rebeliones de la juventud estudiantil y de los suburvios. Hace dos días ya se dio en Bélgica una huelga general muy importante por el alza de los salarios ante la carestía de la vida, un país que no se caracteriza por los paros generales. Y en nuestro continente tenemos el caso de México, un país directamente afectado por su integración al mercado norteamericano mediante el TLC, donde estamos viendo nuevamente rebeliones de maestros en varios estados, como en Morelos, con métodos radicalizados que recuerdan los comienzos de la lucha en Oaxaca dos años atrás.
Todavía estamos en un primer momento donde pesa la conmoción ante un shock de qué hacer frente a lo que se va a perder, de incertidumbre sobre cómo va a afectar la crisis. Pero habrá un segundo momento donde se plantee organizarse y pelear. Ese segundo momento va a marcar los escenarios posibles de la crisis que se ha iniciado. No nos olvidemos que en Argentina la crisis capitalista que vivimos hace 7 años dio lugar a la emergencia de actores sociales completamente nuevos, como el movimiento organizado de los desocupados, el fenómeno obrero profundo de las gestiones obreras de fábrica y las asambleas populares en sectores de las clases medias. Vamos a ver nuevos movimientos y expresiones de la lucha de clases porque se va a multiplicar el desempleo, la falta de vivienda, las hambrunas van a ser una cosa generalizada. Lo que no hay que pensar es que esto es algo que va a pasar rápido. Hay un dato muy interesante: de las 10 recuperaciones más fuertes de la Bolsa en la historia de Wall Street 9 tuvieron lugar durante la Gran Depresión de los años 30. Es decir que no nos tenemos que perder en los movimientos coyunturales, aunque los estudiemos muy cuidadosamente. Hay que ver en la perspectiva de una situación de largo aliento y acontecimientos convulsivos. Los revolucionarios tenemos que tener la mente abierta y prepararnos para nuevos fenómenos políticos y de la lucha de clases. Y prepararse significa dar pasos en la construcción de fuertes partidos revolucionarios, socialistas e internacionalistas.
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