ENTRE AJUSTES Y DISCURSOS
V Congreso del PT: mucho ruido para nada
12/06/2015
El día comenzó agitado frente al V Congreso del PT. Los medios se preguntaban y especulaban si el Congreso traería algún cambio táctico importante en la política del partido. Sin embargo, desde el inicio, la gran propuesta alternativa del PT fue… realizar un nuevo encuentro en noviembre para discutir. Es decir, ya se anunciaban los límites de grandes cambios para este V Congreso.
Esto quedó claro en los discursos de Lula y Dilma durante la noche del jueves. Lula hizo un discurso que en realidad estaba preparado y enteramente leído que sirvió exclusivamente para hacer propaganda del PT y afirmar que continúa vivo, al contrario de lo que el mismo Lula había dicho el mes pasado, que el partido se “estaría pulverizando”. Dilma siguió la misma jugada pero con el peso de defender el ajuste fiscal y afirmar que “en los momentos difíciles sabemos con qué podemos contar”, alertando sobre el principal objetivo de este Congreso, el de neutralizar cualquier crítica y continuar manteniendo al partido de conjunto bajo el consenso de “ajustar lo más rápido posible”.
Algunos debates se plantearon en los temas a debatir, como la situación económica, la discusión sobre la reforma política, las alianzas, etc. pero ¿hubo algún cambio significativo?
En medio de la corrupción y el debilitamiento, ¿hay cambios?
El Congreso del PT ha generado un fenómeno contradictorio: una especie de expectativa pero con una fuerte dosis de descrédito. El Congreso se inició el jueves con discursos pomposos pero con una extrema debilidad para crear algún hecho político que expresara un sentido de “cambio”, la palabra clave que ha sido la receta de toda la política después de las jornadas de movilizaciones de junio de 2013.
En el caso del PT, buscarle un sentido al “cambio” era más que vital para el intento de desarrollo partidario; pero antes que esto, es una necesidad para la existencia del PT ya que su completa integración al régimen ha creado una amplia ruptura ideológica- política en una amplia camada de jóvenes y de la clase trabajadora con el PT, que posiblemente pueda tornarse en una ruptura organizativa.
En la carta del sector mayoritario, titulada Carta de Salvador, se dice en el punto 56 que “el principal de estos equívocos fue no haber establecido como tareas prioritarias, desde el principio, la reforma del sistema político y la democratización de los medios de comunicación”. Es decir, la gran equivocación que el PT declara ahora es afirmar que no modificarán un aspecto importante de la estructura del régimen brasilero, en un momento en que se encuentra completamente inmerso en simbiosis con los partidos dominantes. Solo ahora que Joaquim Levy dirige la economía, Michel Temer (PMDB) dirige las relaciones políticas y el conjunto del partido tiene que hacer la vista gorda al reaccionario Eduardo Cunha en la Cámara de Diputados, el PT se da cuenta que son necesarios cambios estructurales.
Los cambios de la economía y los impactos en el PT
En el primer discurso de Lula se reafirmaron algunas palabras claves de la propaganda del PT, incluyendo la idea de que Brasil se encamina a transformarse en una “patria educadora”, aún después de implementarse diferentes recortes al presupuesto educativo, derrotas de las huelgas de profesores, crisis en las universidades federales, recortes en el PRONATEC y en el FIES y el deterioro de la educación pública del país.
Sin embargo la propaganda partidaria no tenía vida. Mucho discurso contra los medios para afirmar que el PT se mantiene vivo aunque sin mencionar el punto fundamental discutido en los bastidores: buscar el consenso necesario para que el PT continúe llevando a cabo lo que todos partidos dominantes del país coinciden: implementar el ajuste económico, recortar derechos laborales, con la diferencia que ese anhelo general de las clases dominantes y, en particular del PT, también busca preparar las condiciones para lo más importante… una nueva elección en 2018.
La política de alianzas: ¿grandes cambios?
Algunos medios hablan de un cambio en la política de alianzas. Supuestamente el PT partiría de que frente a los cambios en las condiciones de la economía, los partidos “centristas” (en alusión al PMDB) habrían dato un giro a la derecha, de modo que el PT debería realinear sus alianzas. Así dicen en el punto 65 de la Carta de Salvador “La realidad que actualmente vivimos es la de la radicalización de la disputa de proyectos. El propio desplazamiento a la derecha de grupos centristas, representando la reunificación de sectores de las clases dominantes alrededor de un pacto conservador, solo confirma que los procesos de cambios en favor del pueblo, sin movilización, son cada vez más remotos”.
Es decir, supuestamente el PT evaluaría que las debilitadas alianzas con el PMDB y otros partidos serían el producto de una mayor apertura “en favor del pueblo”, para dar espacio a un gran frente, de acuerdo a lo escrito en el punto 66 de la Carta “El programa de reformas estructurales presupone la construcción de un frente democrático y popular, de partidos y movimiento sociales, del mundo de la cultura y del trabajo, basada en la identidad con los cambios propuestos para el período histórico en curso”.
Sin embargo, la lucha por un “frente democrático y popular” no entusiasma a amplios sectores. Es que, en realidad, se trata de una medida defensiva del PT para no separarse completamente de los importantes movimientos sociales o de sectores del sindicalismo, previendo ya una inmensa dificultad para el partido en las elecciones del 2016 e incluso con gestos a las alas de otros partidos, posiblemente las del PSOL y el PSB.
La línea política, sin embargo, no despierta gran confianza, tanto las dirigidas a los movimientos sociales como la supuesta delimitación con los sectores “centristas” que estarían yendo a la derecha. El PT es ya completamente rehén de sus alianzas burguesas y no existió nada en los discursos de Lula y Dilma, del primer día ni en el propio documento, que indique alguna línea significativa de cambio en esa orientación. Mucho menos alguna señal en la realidad que de sustancia a los discursos.
¿Más de lo mismo?
La carta de la mayoría del PT ya fue aprobada. Este fin de semana se presentarán las propuestas de enmiendas pero el consenso es mantener críticas blandísimas al gobierno Dilma, para no hacer explícito que la verdadera línea del partido, para los próximos años de gobierno, es “ajustar para continuar”.
La falta de cualquier perspectiva de izquierda muestra un partido cada vez más del orden y los ajustes, que llevó al diario conservador Estado de São Paulo a escribir que “Lula jamás fue un político de izquierda. Su “metamorfosis ambulante”, como él mismo definió su trayectoria de sindicalista “auténtico” a cacique de partido, revela un político sagaz, pragmático, siempre listo a cambiar de actitud y de opinión de acuerdo a las conveniencias.” (Estadão, 11/06/2015). Es decir, la crisis del PT es tan grande que el discurso de la derecha no se refiere más a la “amenaza roja”; sino que ahora desprecia al propio PT como partido pragmático en crisis.
El evento causó alguna expectativa pero todo el discurso de Lula era para decir que “el partido continúa vivo, golpeado sí, pero vivo”, sin ninguna perspectiva de cambio. Es decir, en su primer día recuerda al gran maestro de la literatura universal: “Much ado about nothing”… mucho ruido para nada.