Elecciones en Brasil
El PT de Dilma engaña a los trabajadores
11/09/2014
Dilma del Partido de los Trabajadores (PT), Aécio del Partido de la Socialdemocracia Brasileño (PSDB), Marina de la Red “hospedada” en el Partido Socialista Brasileño (PSB), Eymael del Partido Social Demócrata Cristiano (PSDC), Fidelix del Partido Renovador del Trabajo Brasileño ( PRTB) y Eduardo Jorge, del Partido Verde (PV) son candidatos que representan a los patrones y a este régimen político – la democracia para ricos. Los capitalistas son los responsables por la crisis económica, que cada vez con mayor fuerza se instala en el país y los que quieren que los trabajadores paguemos la cuenta con inflación, desempleo, aumentos tarifarios y cortes en los gastos sociales. Todos esconden esta verdad con demagogia y promesas electorales. Cada voto destinado a estos partidos será usado para legitimar los ataques que vendrán. ¡Utilicemos el debate electoral para fortalecer nuestra organización independiente y prepararnos para imponer que la crisis la paguen los capitalistas!
Trabajador no vota patrones
El PT de Dilma engaña a los trabajadores
Por Daniel Matos
Muchos trabajadores dicen que van a votar por Dilma porque durante el gobierno del PT la vida de cada uno (y de sus familiares y conocidos) mejoró si se la compara con la del gobierno del PSDB de Fernando Henrique. Es verdad que el desempleo disminuyó y el aumento del salario mínimo o los programas asistenciales permitieron poner más comida en la mesa. Sin embargo, no podemos creer que fue solo mérito de los gobiernos del PT.
Si la vida mejoró fue a partir de que la economía brasilera creció de forma excepcional durante los últimos años, ayudada por el crecimiento de China y el flujo de capital extranjero que ingresó al país. Es necesario ver una realidad que el PT trata de esconder todo el tiempo: los grandes ganadores de todo este período fueron los capitalistas, que tuvieron ganancias record, mientra los trabajadores recibimos la menor porción de la torta. Esto no solo fue posible porque el PT controla con mano firme la mayoría de los sindicatos (vía dirección de la CUT y otras centrales sindicales) a cambio de cargos y dinero y privilegios para los dirigentes sindicales, quienes impiden o traicionan directamente las luchas por nuestras demandas que aseguren una vida realmente digna.
Pero el pase de “magia” principal que el PT lleva adelante es tratar de vender la imagen de un país que avanza con empleos precarios y programas asistenciales mínimos, escondiendo que nuestros derechos más elementales siguen siendo negados. Así, seguimos todos los años sufriendo las inundaciones, las filas en los hospitales, precariedad en las escuelas, la violencia policial, con transportes carísimos y rebalsados. Mientras tanto, la casta de políticos parásitos y sindicalistas vendidos favorecen a los poderosos y gozan de los mayores privilegios, además de estar involucrados en actos de corrupción. Fue contra esta realidad que la población salió a las calles en Junio de 2013, y retomó el camino de las huelgas obreras a lo largo de todo este año.
Para no enfrentarse con el descontento de la población, Dilma hace todo tipo de promesas sobre salud, educación y el sistema de transporte. Pero lo que ella junto a todos los otros partidos capitalistas esconden es que la mitad (42%) de los impuestos pagados por la población está destinada al pago de intereses y amortizaciones de deudas a los grandes banqueros e inversores internacionales. ¡Sin terminar con esa sangría es imposible responder realmente a las demandas de la población!
Asociaciones públicos-privadas y dinero fácil del BNDES para los que financian las campañas electorales
El PT intenta vender la imagen de que los tucanos son los privatizadores. Pero esconden que las asociaciones públicas-privadas impulsadas por los gobiernos de Lula y Dilma dieron continuidad al proceso privatista iniciado por Collor y FHC, entregando a los capitalistas nuestro petrolero, hospitales públicos, hidroeléctricas, puertos, carreteras y vías férreas. Todos esto enriqueciendo aun más a los mayores financistas de las campañas electorales, que son las grandes empresas que reciben billones de dinero del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) para contratar mano de obra precarizada en bajo formas semi-esclavas de trabajo, provocando verdaderas rebeliones entre los peones de la construcción civil como vimos en Jirau, Suape, Belo Monte etc.
Si en los tiempos de vacas gordas la menor parte fue para los trabajadores, en tiempos de crisis van a querer que paguemos la cuenta
Dilma no puede dejar de reconocer que el desempleo volvió a aumentar y la inflación se hace sentir en el bolsillo de los trabajadores pero culpa de todo ello a la crisis económica mundial. Lo que los candidatos de los capitalistas esconden es que los billones de subsidios fiscales dados a los empresarios, que podrían servir para impulsar planes de las obras públicas que ayuden a evitar esta situación, sirvieron en verdad para preservar las ganancias patronales.
Cuestionada por los sindicalistas, Dilma prometió que no van a anular los derechos laborales. Sin embargo, lo que esconde demagógicamente es que en la crisis de 2009 el PT impulsó acuerdos entre los sindicatos y los patrones justamente para flexibilizar nuestros derechos y en ese año el gobierno propuso una reforma legislativa que permitiría a las empresas que aleguen estar en crisis, suspender los contratos laborales por un año.
------------------------------------------------------------------------------------------------
Paulo Skaf: un patrón de candidato
Por Fernando Pardal
En 20 años, los gobiernos del Partido de la Socialdemocracia Brasileño (PSDB) en San Pablo fueron responsables por la desarticulación y deterioro de la salud, educación, transporte y abastecimiento de agua, además de una política represiva contra todos los movimientos sociales y huelgas.
Frente a esto, muchos buscan una alternativa. La inexpresividad electoral de de Alexandre Padilha, del PT, empuja a muchos a un “voto útil”, en Paulo Skaf (hoy el PMDB, exPSB) contra Alckmin (PSDB). Es necesario que los trabajadores sepan quién es Skaf, que promete en campaña ser una “línea más dura” que la de Alckmin. Fue el que dijo, en la huelga del subte, que Alckmin “demoró demasiado” en despedir a los trabajadores del subte en huelga.
La trayectoria de Skaf se construyó como presidente de la Federación de la Industria del Estado de San Pablo (FIESP), la cámara patronal más poderosa del país, una asociación hecha para atacar los intereses de los trabajadores en defensa de las ganancias empresariales. Por eso defiende el fin de los derechos laborales (“flexibilización”). Es también defensor de la reducción de la mayoría penal contra la juventud que no tiene futuro y es víctima de la degradación social, y mayor poder policial para usar contra huelgas y manifestaciones y otras medidas reaccionarias. Por detrás de su imagen de “buen hombre”, quien está coordinando su campaña en el área de seguridad pública es nada menos que el fatídico jefe de la Masacre de Carandiru (1992). Es decir, el ex gobernador (oficial de la Policía Militar) y ex diputado federal Luiz Antônio Fleury Filho, que integró la “bancada de las balas”, conocida por la defensa de leyes “duras” y manos libres para reprimir y matar.
Como es posible notar, la juventud y los trabajadores no tenemos nada que esperar de Skaf, un patrón candidato para garantizar lo intereses patronales, represión y gatillo fácil en los barrios, favelas y prisiones.
04/9/2014