“No alcanza con tener métodos de lucha radicales, también es necesario tener objetivos radicales”
Francia: Entrevista a Manu Georget
06/01/2011
Publicamos a continuación la entrevista realizada a Manu Georget y Nathalie para “Tout est ã Nous”, el semanario del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) de Francia. Manu Georget es secretario general del sindicato CGT EGP Dreux y delegado de la fábrica de televisores de Philips Dreux, que cerró sus puertas después de años de lucha contra los despidos y la deslocalización, lucha que culminó en una corta experiencia de control obrero durante enero de 2010. Fue militante de la Ligue Communiste Révolutionnaire (LCR), que precedió al NPA durante casi 30 años, encabezó la lista del NPA en el departamento Eure-et-Loir en las últimas elecciones regionales y es miembro de la coordinación del CTR (Colectivo por una Tendencia Revolucionaria).
Traducción especial para ft-ci.org: Laura Varlet
A modo de regalo de navidad, acaban de recibir una decisión del Ministerio de Trabajo. ¿De qué se trata?
Acabamos de recibir la decisión tomada luego de una investigación acerca del despido de los trabajadores de Philips Dreux por motivos económicos. El Ministerio considera que el cierre de la fábrica de Philips Electrónica para el Público en General (EGP) de Dreux, especializada en la producción de televisores de pantalla plana, está justificada en el marco de las acciones estructurales llevadas adelante por el grupo para poner fin a las pérdidas económicas.
Esta decisión nos llegó con más de un mes de retraso en relación al plazo máximo lo que, normalmente, significaría el rechazo de los despidos. Esta decisión es consecuencia del recurso jerárquico armado por Philips luego del rechazo por parte de la Inspección del Trabajo del despido de un representante del personal por motivos económicos.
Contra todo lo que se podía esperar, el Ministerio también cuestionó la decisión de la Inspección del Trabajo. Ésta había rechazado el despido manteniendo el argumento del gabinete de peritaje económico que apoyaba el Comité de Empresa y apoyándose en las decisiones de los tribunales recusando la validez de las decisiones económicas y sociales de Philips. Es entonces el Ministerio solo contra todo el resto el que acaba de dar el visto bueno a la decisión de Philips de cerrar la fábrica de Dreux.
Concretamente, ¿qué significa esto?
Esto significa simplemente el cierre definitivo de la fábrica Philips en Dreux. Se trata de una decisión que favorece el debilitamiento de otros expedientes contra los despidos que están en marcha en las diferentes jurisdicciones.
Pero esto demuestra sobre todo la completa complicidad del gobierno con Philips en la defensa de su dinero y de los intereses de la multinacional en detrimento de los miles de trabajadores que se sacrifican.
¿Qué es lo que está en juego, más políticamente, en esta decisión?
Esta decisión del Ministerio es una agresión adicional contra los trabajadores. Los trabajadores de Philips Dreux como así también muchos otros trabajadores en Francia lucharon enormemente estos últimos años en centenares de combates contra los despidos. Sin embargo, la mayoría de las veces quedaron aislados y muchas veces terminaron en derrotas.
Esto nos demuestra que no alcanza con tener métodos de lucha radicales, sino que también es necesario que los trabajadores tengan objetivos radicales. Frente a un cierre de fábrica, no debemos resignarnos a negociar mejores condiciones de partida, sino que tenemos que luchar por impedir el cierre y todo despido.
En este sentido, es imperativo desarrollar la autoorganización de los trabajadores en lucha al mismo tiempo que peleamos por construir sindicatos de la lucha de clases, arrancándoselos a aquellos que defienden sus pequeños intereses y no los intereses de los trabajadores.
A todos aquellos que dicen que no hay que mezclar lo político y lo sindical, nosotros les respondemos que la única forma de hacer avanzar lo sindical en el sentido de un combate global de los trabajadores es atacando al corazón del problema. Es decir, atacando al sistema para el que la única lógica es enriquecer a un puñado de accionistas en detrimento de la vida de millones de trabajadores.
Pensamos que los trabajadores deben tomar su destino en sus manos y demostrar, como intentamos hacerlo en pequeña escala en Philips, que pueden hacerse cargo de su trabajo y de su vida y no necesitan a los parásitos capitalistas. Este es un combate eminentemente político.
Hay que demostrar que los despidos no son una fatalidad, ni los cierres de fábricas un horizonte infranqueable. La autoorganización de la lucha abre el camino al control obrero, lleva el germen de una nueva sociedad posible, basada en la propiedad colectiva y en la gestión obrera y popular de todas las empresas. A través del control, la expropiación y la apropiación colectiva de las empresas, los trabajadores ponen sobre el tapete el problema del poder, del Estado y de la organización de toda la sociedad.
¿Qué piensan hacer ahora?
Vamos a seguir defendiendo los intereses de la clase obrera por el camino de la lucha de clases, sin abandonar las posibilidades que puedan existir en el terreno jurídico. Llamamos también a todos los partidos de izquierda y de la extrema izquierda a poner todas sus energías en apoyar a la clase obrera que lucha. A pesar de este nuevo ataque, nosotros mantenemos la esperanza. Durante el gran movimiento de lucha contra la reforma de las jubilaciones el pasado otoño (europeo), la clase obrera demostró a aquellos que la habían enterrado que aún está viva. Y nosotros estamos convencidos de que algún día la clase obrera vencerá, ¡comenzando por los trabajadores de Philips que no darán el brazo a torcer!