EE.UU.: Los trabajadores latinos contra patrones racistas
Huelga en Tar Heel
07/12/2006
La heroica huelga en Tar Heel, Carolina del Norte, resiste el ataque racista y anti-obrero. La batalla no ha terminado: ¡No hay que confiar en las promesas de los patrones, es momento de acciones de solidaridad obrera!
Cientos de trabajadores paralizaron de la procesadora de carne Smithfield Foods en Tar Heel, Carolina del Norte el 16 y 17 de noviembre, exigiendo que la empresa acabe con la intimidación racista contra los trabajadores y reconozca su sindicato. Con más de 5.500 trabajadores, una gran mayoría de ellos negros y latinos, la Tar Heel es la procesadora de carne de cerdo más grande del mundo, y famosa por sus condiciones laborales terribles y la política anti-sindical de su patronal. Se procesan cerca de 32.000 cerdos al día en la línea de producción, uno cada 3 o 4 segundos por trabajador, según el New York Times del 15/6/06, y los trabajadores se accidentan, se caen y se cortan.
El sindicato UFCW (por sus siglas en inglés, el Sindicato de Trabajadores de Alimentos y Comercio) perdió las elecciones para lograr la representación sindical en la fábrica en 1994 y 1997, pero las elecciones fueron tan saboteadas por la intervención e intimidación patronal que el Consejo Nacional de Relaciones Laborales desconoció el resultado de ambas.
En 2000, Smithfield Farms organizó una fuerza policial en la planta de Tar Heel, patrocinada por la policía estatal de Carolina del Norte y autorizada para portar armas dentro de la planta y arrestar trabajadores. Sherri Bufkin, un ex gerente de la empresa, testificó en el Congreso el 20/6/2002, diciendo que el abogado de la compañía le había ordenado despedir a Margot, una trabajadora de lavandería, porque era una militante pro-sindicato, diciendo “despidan a esa p...”.
Busfkin testificó que en las elecciones de 1997, el gerente de la planta y el director de seguridad (que también era comisario) ordenó a todos los empleados participar en una marcha racista y anti-sindical en el lugar donde se desarrollaban las elecciones sindicales, gritando “Fuera negros de aquí” y “Fuera basura sindical”. Los oficiales de la policía que estaban en el lugar arrestaron a reconocidos activistas sindicales.
La injusticia que encendió la chispa de la movilización de noviembre fueron las tácticas de intimidación racista y anti-inmigrante y las amenazas de despedir a los trabajadores cuyos números del Seguro Social (una identificación par acceder al puesto de trabajo, NdeT) no coincidían con los registros del gobierno. Este ataque anti-sindical apuntaba generalmente a los trabajadores inmigrantes.
El 30/6/2006, el presidente del UFCW Joseph J. Hansen envió una carta abierta al gerente de Smithfield, Joseph Luther, donde mientras condenaba el abuso anti-obrero de la empresa, decía que el “UFCW está dispuesto a cooperar enteramente con usted”. La UFCW organizó una campaña pública de presión y está llamando a un boicot para las fiestas contra los productos de Smithfield. Pero ha evitado cuidadosamente organizar acciones directas como piquetes y otras acciones obreras en las 29 plantas sindicalizadas de Smithfield en Estados Unidos. La acción directa efectiva contra Smithfield debería socavar esta política (de elogiar a la empresa, NdeT) de los burócratas del UFCW a cambio del reconocimiento sindical. Se realizó una jornada de acción en todo el estado planificado por el sindicato el sábado 2/12 contra la cadena de supermercados Harris Teeter, presionando al supermercado a boicotear a Stmihfield, en lugar de golpear directamente sobre los racistas anti-sindicatos de Smithfield.
Gene Bruskin, el principal burócrata de la campaña Smithfield, elogió a la empresa en el comunicado de prensa del 18/11/06, diciendo “Nos alegra que la compañía haya hecho lo correcto y reconocido que estaban equivocados en cómo estaban aplicando estas medidas. El hecho de que se hayan sentado y negociado sobre las preocupaciones de los trabajadores es un ejemplo del tipo de proceso que beneficia a todos, a la empresa, la comunidad y los empleados, permitiendo resolver las diferencias. Esta es una ruptura histórica en la larga historia de confrontación e intimidación de Smithfield Packing’s contra sus trabajadores en Tar Heel”. El impacto de la importante acción de los trabajadores es indiscutible, probando una vez más que una huelga es más poderosa que miles de campañas de presión, comunicados d prensa y reuniones. Pero la situación está lejos de haber sido solucionada. La acción de dos días obligó a la gerencia a prometer la suspensión de los despidos y le da a los trabajadores que habían sido amenazados con el problema de sus números de Seguro Social, más tiempo para presentar la documentación. La gerencia también prometió reunirse con el comité de los trabajadores. Estos trabajadores resistieron un violento ataque racista y anti-sindical, pero esta es como mucho una victoria temporal, y no es momento de “dormirse en los laureles” o de promover la mínima confianza en las promesas de la patronal.
– Cómo ganar
Mientras exista la amenaza de despidos y deportación, aunque hayan sido retrasadas, sobre las cabezas de los latinos y otros trabajadores inmigrantes de la planta, mientras al empresa se niegue a reconocer el sindicato, mientras los patrones, aliados con la policía, amenace a los negros, los latinos, y otros trabajadores oprimidos con intimidación racista y anti-sindical al estilo Ku Klux Klan, esto no es un “proceso que beneficia a todos”.
La terrible explotación y opresión continúa en Tar Heel y en las procesadoras de carne en todo el país. Los trabajadores en Tar Heel,y la histórica huelga nacional del 1° de mayo mostraron el camino a seguir: ahora es el momento en que la clase obrera, los grupos a favor de los derechos de los inmigrantes y anti-racistas organicen piquetes masivos y protestas en la planta y las oficinas de Smithfield, para exigir que se terminen las investigaciones del Seguro Social, no sólo retrasadas, y que la empresa reconozca al sindicato y acepte incondicionalmente todas sus demandas.
Los intereses de la patronal de Smithfield y de sus trabajadores son totalmente opuestos. No puede haber compromisos que “beneficien a todos”, y la lucha de los trabajadores de Smithfield no puede frenarse en este nivel precario. Claramente Smithfield se beneficia del racismo, el ataque contra los sindicatos, y la negligencia asesina de a las precauciones básicas de seguridad en su planta de Tar Heel. La manera de frenar los criminales ataques anti-obreros de Smithfield de una vez por todas es expropiar la industria de procesamiento de carne, echando a la patronal racista y parasitaria, y poniéndola bajo control democrático de los mismos trabajadores.