Papa Francisco en Brasil
La iglesia católica busca renovarse como mediación política y social en una región cada vez más marcada por la lucha de clases
25/07/2013
Leandro Ventura
LER-QI - Río de Janeiro
La elección del cardenal Bergoglio como Papa y la elección del nombre papal como Francisco en homenaje a San Francisco de Asís, comienza a articularse más claramente en esta extensa visita al Brasil. Es un intento de la iglesia católica de mostrarse cerca de los que sufren las consecuencias de largos años de crisis económica y social en Europa y fortalecer a la Iglesia como mediación política y social en América latina y en todo el mundo, justamente en un momento en que los partidos del orden desde el Estado español hasta Brasil vienen sufriendo repetidos escándalos de corrupción o cuestionamientos en las calles. En nuestra región sectores de masas comienzan a hacer la experiencia con los gobiernos “posneoliberales” y llamados progresistas. Esta experiencia se ha expresado también en la entrada en escena de la clase trabajadora, con sus métodos como huelgas, piquetes, cortes de rutas, como en Argentina, Bolivia, Chile y Brasil. Nadie mejor para mostrarse del pueblo y ofrecerse como mediación y desvío de procesos revolucionarios que un obispo que pasó por las turbulentas jornadas revolucionarias de Argentina en 2001.
En Brasil Bergoglio ha hecho un inmenso esfuerzo para mostrarse franciscano y cercano a la población, circulando en autos con ventanillas abiertas, rompiendo protocolos para saludar a los fieles. Está logrando mostrarse carismático y “del pueblo”. En cada uno de los discursos que ha hecho diariamente en Brasil destaca el papel de la juventud y también el de su simplicidad.
Demagogia de sencillez y acercamiento a los pobres
En el primer discurso frente a la presidenta Dilma y otras autoridades, ya en las primeras frases dijo que “no traje ni oro ni plata” sino su fe. No trajo pues dejó las riquezas en el Banco del Vaticano (IOR) estimadas en más de U$S 6 billones y en cada latifundio y empresa que la iglesia mantiene alrededor del mundo libre de impuestos, incluyendo en Brasil. No trajo tampoco pues el gobierno de Dilma junto a sus aliados Cabral y Paes destinaron más de R$ 118 millones para el evento. Esta cantidad es suficiente para la construcción de más de 2000 casas populares en un país donde anualmente miles son desalojados o mueren en repetidas tragedias producto de la sed de ganancia capitalista y la desatención de los gobiernos con las lluvias e inundaciones.
El “Papa de los pobres” no hizo una mención, hasta el momento, de las repetidas manifestaciones que denuncian la precarización de la vida en Brasil, exigiendo transporte público, educación y salud. No mencionó la brutal represión incluyendo 4 heridos de bala de munición letal, en la manifestación que tuvo lugar a pocos metros de donde él estaba, en el palacio de gobierno estadual. Francisco adopta la vieja máxima, “al César lo que es del César”. O sea, si Cabral y Dilma reprimen y matan no es asunto de él. No mencionó los 13 habitantes de Maré muertos en junio, en medio de las manifestaciones; no abrió la boca sobre la grave crisis que está abierta con la desaparición de un trabajador, padre de seis hijos, en manos de policías de la Unidad de Policía Pacificadora de la Rocinha (la mayor y más populosa favela del país) exigiendo reuniones al gobernador Cabral, y una guerra de declaraciones para mostrar que la misma policía que lo desapareció y que ha reprimido cada acto, lo encontrará. El “Papa de los pobres” no pronunció una palabra sobre el trabajador negro Amarildo aun cuando es uno de los únicos temas que sale en las tapas de los diarios burgueses de Río de Janeiro (además del propio Papa).
La Iglesia es también mercader de la muerte
En el discurso de inauguración de una clínica para tratamiento de drogas el día 24/07 el Papa destacó cómo en el mundo hay muchos “comerciantes de la muerte” y cómo en América Latina muchos han discutido la despenalización de las drogas. Sin embargo, se opuso a esta medida elemental de combate a estos comerciantes de la muerte. La Iglesia de Francisco es en verdad también mercader de la muerte. Su oposición a la despenalización de las drogas es continuidad de una serie de políticas de su institución y de él como individuo contra los derechos de las mujeres, sectores LGBTTIs, y así él y su iglesia bendicen la muerte de mujeres víctimas de abortos clandestinos, víctimas de ataques homofóbicos. ¡Esta es la misma iglesia que excomulgó a médicos que hicieron el aborto de una niña violada en Recife y que hace lobby para que el gobierno brasilero deje de entregar la “pastilla del día después” a las mujeres que han sido violadas!
Financiada por el Estado brasilero cotidianamente y especialmente en esta Jornada Mundial de la Juventud, esta iglesia quiere que los jóvenes sigan muriendo en manos del narcotráfico y de la policía, distribuyó más de 70 mil folletos contra el casamiento igualitario LGBTTI, contra el derecho a la adopción de niños por las parejas homosexuales, contra el derecho al aborto. El Papa vino a Brasil a hacer política. Mostrarse “pobre” y mostrarse viejo bendecidor de los “mercaderes de la muerte” de las drogas clandestinas, del aborto clandestino.
La situación política y las movilizaciones en medio del clima papal
Las grandes jornadas de junio pasaron pero dejaron marcas profundas. El movimiento en todo el país decayó y se está reorganizando. El 11 de julio la clase trabajadora entró en escena. Entró tanto y cuanto la burocracia lo permitió. En Río de Janeiro el proceso de movilizaciones y crisis políticas del gobierno de Cabral sigue, aún con el retroceso nacional, hay movilizaciones diarias. Menores que las de centenas de miles de un mes atrás, sin embargo siguen marcando el terreno y abriendo crisis. El gobernador Cabral alcanzó la menor popularidad de todos los gobernadores del país (18% según una encuesta reciente cuando había sido electo con el 66% tres años atrás). Estas movilizaciones menores, de algunos miles, frecuentemente van alcanzando no solo a su gobierno sino a los pilares del régimen. Tres de los mayores complejos de favelas del país han organizado movilizaciones contra la violencia policial (Maré, Rocinha, y mañana en medio de la visita papal en Manguinhos, se espera una en este complejo).
Con centenas de miles de militantes católicos de todo el país y del mundo en Río. Se creó un clima insólito esta semana, que es la primera en varias, que la agenda política nacional no esta siendo marcada por las calles, sino por el Papa.
Se escuchan canciones en las calles todo el día y no son de las protestas. Sin embargo nada garantiza que la apuesta con esta militancia católica saldrá por un camino de desvío como desearían. Los peregrinos no han hostilizado, hasta el momento, ninguna manifestación. Incluso en medio de una manifestación LGBTTI frente a una iglesia cercana al palacio de Guanabara donde estaba el Papa, a pesar de la inmensa represión policial, de las consignas como “el Papa no me importa, quiero dinero para salud y educación” o “si el Papa fuese mujer el aborto sería legal, gratuito y seguro” no hubo hasta el momento hostilidad. Aún en un clima papal, aún con la campaña mediática contra los “vándalos” la población en los barrios de clase media sigue haciendo guiños con las luces en apoyo a las manifestaciones como aprendieron a hacer aquellos que apoyan el movimiento pero no van a las calles.
Nuestra actuación en medio de la visita papal
Los militantes de la LER-QI en Río de Janeiro hemos actuado junto a las compañeras de Pan y Rosas, de la Juventude ás Ruas, y en frente único con compañeros del colectivo “Operación Pare el Aumento” e individuos de diferentes grupos del movimiento negro y LGBTTI en cada una de las manifestaciones importantes y progresistas que han ocurrido. Esto lo hemos hecho, sin sectarismo, poniendo el programa por delante independientemente de las distintas trayectorias militantes, hemos conseguido actuar juntos cotidianamente en los foros del movimiento, en las terminales de ómnibus apoyando la organización de los conductores contra su sindicato burocrático y para unirnos a las movilizaciones nacionales, divulgar nuestro programa común por la ciudad.
Juntos estamos esparciendo carteles por toda la ciudad en defensa del Estado laico, por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, exigiendo la libertad de los presos políticos, entre otras cuestiones, como ya hicimos defendiendo la huelga general del 11/07 y la organización por la base de los trabajadores con asambleas democráticas para adherir al movimiento. Estuvimos en más de un acto reprimido con gas lacrimógeno, balas de goma y munición letal el lunes. Estaremos en Manguinhos mañana así como organizaremos un bloque por la auto-organización de las mujeres, de denuncia de la Iglesia y de la violencia del Estado en el acto más importante en medio de la visita del Papa que tendrá lugar el sábado. Juntos buscamos contribuir con un programa y una organización desde la base, por asambleas en los lugares de trabajo y estudio para que estas movilizaciones de julio sean continuidad de las jornadas de junio pero también en preparación del nuevo día de huelga nacional marcado por las centrales sindicales el 30/08.
24/07/2013