Reino Unido
Londres paralizada por huelga del subte
13/02/2014
Los días 4, 5 y 6 de febrero los trabajadores del London Underground (el sistema de subterráneo de Londres) protagonizaron una huelga de 48 horas en protesta ante el plan de la empresa de cerrar todas las oficinas de ventas de billetes de la ciudad. Con el cierre de las 270 oficinas, que implica la eliminación de entre 950 y 1.000 puestos de trabajo, la empresa busca ahorrar unos 50 millones de libras esterlinas y preparar el terreno para la privatización del servicio, o partes del mismo.
La respuesta de los trabajadores fue contundente y la medidade fuerza, que fue convocada por los sindicatos RMT (Rail Maritime and TransportWorkers, Sindicato de Trabajadores del Transporte Ferroviario y Marítimo) y TSSA (TransportSalariedStaffs’ Associations, Asociación del Personal Asalariado del Transporte), contó con un alto nivel de acatamiento.
Desde tempranas horas de la mañana se organizaron piquetes en las distintas estaciones y bocas de sube para explicar la situación a los usuarios ya que el intendente de la ciudad y el personal jerárquico y del gobierno acusaron a los trabajadores de tomar a los pasajeros de rehenes. Varios maquinistas, afiliados al sindicato ASLEF, que no convocó a la huelga porque los maquinistas no están afectados por el plan de reestructuración, se negaron a cruzar los piquetes. Algunos cálculos estiman que solo un 30% de los trenes funcionó y que los mismos fueron conducidos por personal jerárquico.
El argumento empleado por la empresa es que la automatización de la venta de billetes y el uso del sistemade tarjeta recargable en línea hace innecesaria la presencia del personal en las estaciones. Sin embargo, encuestas llevadas adelante por asociaciones de usuarios y los sindicatos constatan que una gran cantidad de pasajeros, en particular personas de mayor edad y con problemas de movilidad o discapacidad dependen del personal del subte para poder viajar. El personal del subte en las estaciones, además, ofrece información sobre rutas, problemas con las tarjetas automáticas y la eliminación de estos puestos de trabajo pondría en riesgo la seguridad de los pasajeros.
El London Underground, que es público y está administrado por un organismo del gobierno de la ciudad de Londres (Transportfor London), trasporta diariamente a tres millones de pasajeros a lo largo de su red que abarca 402kmy es uno de los más caros de Europa. Sin este serviciola ciudad se paraliza ya que la red de autobuses no puede brindar la capacidad suficiente para el funcionamiento normal de la ciudad.
La huelga hizo sentir su impacto. Luego de la medida de fuerza de 48 horas la disputa se puso en manos de un comité de arbitraje laboral y la empresa presentó una propuesta por medio de la cual se compromete a estudiar caso por caso el cierre de las boleterías. Durante el período de negociaciones que dura 2 meses – hasta abril 2014 – los sindicatos se comprometieron a no hacer huelga y la empresa a no presentar ningún caso de retiro voluntario.
El mismo día que empezaba la segunda huelga de 48 horas, el RMT envió un comunicado a sus miembros informando sobre la suspensión de la medida de fuerza prevista para los días 11, 12 y 13 de febrero ya que entraba en el período de negociaciones. Las direcciones sindicales presentan este resultado como una victoria de la huelga, sin embargo muchos trabajadores lo viven como empate, ya que el resultado aún incierto. Un sector permanece cautelosos ya que no hay ninguna garantía de que la empresa cumpla con las promesas. En palabras de un trabajador entrevistado “La empresa lo presenta como modernización pero en realidad es recorte y privatización y quieren recortar las condiciones de trabajo para poder privatizar”.
Hay preocupación también porque la empresa tiene previsto entre sus planes de reestructuración operar el subte 24 horas durante los fines de semana y muchos trabajadores temen que su opción será aceptar trabajo nocturno, en horario insalubre que dificulta conciliar la vida personal, ante la perspectiva de perder su empleo. Las direcciones sindicales, sin la presión de la base ni la discusión democrática de los trabajadores, puede aceptar planes para conservar su poder de negociación.
El dirigente del RMT Bob Crow, considerado un sindicalista del ‘ala dura’ justificó la huelga diciendo que la empresa no había consultado al sindicato sobre los futuros planes en el metro, pero sin una presión de la base y la organización democrática de los trabajadores en instancias donde puedan decidir cuál es la mejor forma de manejar el servicio, el poder de negociación sólo favorecerá a los dirigentes. El martes 18 de febrero está convocado un acto público para los trabajadores de base del sindicato y será un buena oportunidad para medir la situación.