Los sindicatos afirman que el hecho de que el Gobierno haya ignorado sus demandas "va a dejar unas profundas cicatrices"

PARIS, 28 (Reuters/EP)

Los trabajadores de la refinería de petróleo de LyondellBasell, situada en el municipio francés de Berre-l’Etang (costa suroriental del país), han decidido este jueves poner fin al bloqueo que impedía que el combustible saliese de sus instalaciones. Mientras, las protestas y huelgas contra la reforma del sistema de pensiones han causado problemas en el transporte ferroviario y aéreo pero siguen perdiendo fuerza.

La Asamblea Nacional francesa aprobó este miércoles definitivamente el polémico proyecto de ley que reforma el sistema de pensiones, un día después de que lo hiciera el Senado.

El Partido Socialista ha recurrido el proyecto ante el Consejo Constitucional, pero cuando finalmente se convierta en ley, elevará de 60 a 62 años la edad mínima de jubilación y de 65 a 67 la edad a partir de la cual hay que jubilarse para recibir la pensión completa.

Las protestas, unidas a las huelgas que se han llevado a cabo en las dos terminales petroleras más grandes de Francia —que han interrumpido el suministro de crudo a las refinerías—, han ocasionado una escasez generalizada en las gasolineras.

Pero el fin del bloqueo en LyondellBasell eleva a ocho el número de refinerías en las que se ha decidido reanudar la salida de combustible, de un total de doce que hay en el país. HUELGAS EN PUERTOS

Aun así, un responsable de la Confederación General del Trabajo (CGT) dijo que la reanudación de la producción dependerá de que se reciban los suministros procedentes del puerto petrolero de Fos-Lavera —cerca de la ciudad suroriental de Marsella—, afectado por una huelga desde hace un mes.

Según los sindicatos, sólo hay una refinería donde se está produciendo, la de Fos-sur-Mer (en la costa mediterránea), aunque a un nivel mínimo. Mientras, los envíos de combustible siguen bloqueados en cuatro refinerías y seis plantas continúan en huelga.

El fin de los bloqueos permitirá que las refinerías envíen sus reservas a las gasolineras, pero no que normalicen sus actividades de producción, ya que les falta el suministro de crudo de los puertos de Fos-Lavera y Le Havre (en la costa septentrional). Los trabajadores de Fos-Lavera llevan más de un mes en huelga por una reforma en el sector portuario; los de Le Havre, dos semanas, en su caso por la reforma de las pensiones. TRANSPORTE

Entretanto, el número de vuelos que llegan o salen de los aeropuertos franceses ha disminuido entre un 30 y un 50 por ciento debido al paro de un día convocado por los controladores aéreos, y la huelga de los trabajadores del sector ferroviario han reducido a la mitad algunos servicios.

Este jueves es el séptimo día de protestas que convocan los sindicatos —seis de ellos desde principios del pasado septiembre— para que los franceses expresen su rechazo a la reforma de las pensiones promovida por el Gobierno del presidente Nicolas Sarkozy, que la considera necesaria para paliar el déficit en el sistema de pensiones y para que la economía francesa mantenga la máxima calificación de solvencia, AAA.

Los líderes sindicales advirtieron de que, aunque el Parlamento haya aprobado el proyecto de ley, el daño que ha causado el Gobierno al ignorar sus demandas no va a desaparecer. "Esto va a dejar unas profundas cicatrices", declaró el líder de Fuerza Obrera, Jean-Claude Mailly, a la cadena de televisión France 2.

Aunque el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, subrayó en la emisora de radio Europe 1 que "ninguna ley podrá decretar el fin de la lucha sindical", Mailly admitió que el movimiento de protesta está empezando a mostrar "algo de fatiga".

Este jueves habrá manifestaciones en varias ciudades francesas, entre ellas París y Marsella. Según una encuesta de CSA, las protestas aún cuentan con el apoyo de aproximadamente dos tercios de la población francesa.