Estado español - Por un programa contra el regimen del ‘78 y porque la crisis la paguen los capitalistas
Debate sobre el “consenso de mínimos”
02/06/2011
Por: Sara Povo
En los últimos días en diferentes acampadas se ha comenzado a discutir la idea de formular declaraciones de “mínimos” que pudieran agrupar al conjunto de las sensibilidades e ideologías que componen este amplio movimiento. La primera en aprobar una declaración de este tipo fue la acampada de Sol. Se fijaron cuatro puntos: reforma de la ley electoral y ampliación de los mecanismos de participación ciudadana, medidas contra la corrupción y por la transparencia, separación efectiva de poderes y mecanismos de control ciudadano sobre los políticos.
Desde nuestro punto de vista esta pequeña plataforma constituye un programa de mera reforma cosmética del Régimen del 78, que podría ser perfectamente asumida por alguna de las opciones burguesas o pequeño-burguesas que se presentarán en 2012. Se trata además de un retroceso político respecto a los puntos que se habían ido aprobando en las asambleas previas al 22M. En la misma puerta del Sol se aprobó una tabla de reivindicaciones que constituía una buena base sobre la que empezar a discutir un programa contra esta falsa democracia al servicio de los ricos y porque la crisis la paguen los capitalistas. Para avanzar hacia una “democracia real” se proponían algunas reivindicaciones muy interesantes contra instituciones capitales de este Régimen, como la Monarquía, el Senado o la Audiencia Nacional. Contra las consecuencias de la crisis se levantaba el reparto de horas de trabajo, la prohibición de los rescates a la banca, el aumento de los impuestos a las grandes fortunas o el aumento de la plantilla de educación y sanidad. En otras asambleas como la de Barcelona se ampliaron estas propuestas con demandas contra la Ley de Extranjería y los CIES, por la prohibición de los contratos temporales y las ETTs o por la nacionalización de la banca. Es sobre estos puntos sobre los que creemos que debemos discutir la plataforma reivindicativa del movimiento.
No podemos hablar de luchar por una “democracia real” sin querer resolver los problemas democráticos más estructurales del Régimen del ‘78. La lucha contra la Monarquía y sus instituciones, por el derecho de autodeterminación de las nacionalidades que integran el Estado español, contra la impunidad de policías, jueces, políticos y empresarios que fueron parte de la Dictadura, por el fin de los subsidios a la Iglesia y el control de ésta de la mitad de la educación, contra la Ley de Partidos la persecución a los luchadores, por la expropiación de las tierras en manos de grandes latifundistas muchos de ellos todavía aristócratas... y por supuesto no se puede concebir una democracia con 5 millones de “ciudadanos de segunda”, los inmigrantes. El “papeles para todos”, el fin de las leyes de extranjería, los CIE (cárceles para extranjeros) y la persecución policial cotidiana, deben ser parte fundamental de nuestras reivindicaciones. Pero además hay que tener en cuenta que un pueblo que oprime a otro pueblo nunca podrá ser libre, por lo que la lucha por una “democracia real” aquí implica luchar contra el imperialismo español y sus multinacionales, por la retirada de las tropas en el extranjero, por la devolución de los enclaves coloniales de Ceuta y Melilla, por el fin de apoyo y sostén de regímenes reaccionarios como los del mundo árabe, por la entrega de las posesiones de las multinacionales españolas expoliadoras a los diferentes países donde operan...
Los llamados “mínimos de consenso” están muy lejos de poder cumplir este necesario papel y se corre el riesgo de que el 15M pueda ser “asimilado” por alguno de los partidos del Régimen, dejando vía libre al populismo de derecha -del PP o de otros partidos- para capitanear el descontento de amplios sectores sociales.