México
Detrás del mega aeropuerto hay despojo y catástrofe ambiental
20/09/2014
En el marco del Segundo Informe de gobierno, Enrique Peña Nieto confirmó la decisión de construir un nuevo aeropuerto Internacional en las tierras vecinas al pueblo de San Salvador Atenco. Este es un grito de guerra a los ejidatarios del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), que a partir de este decreto comienzan a organizarse bajo la consigna de “Tierra si, aviones no”.
El FPDT de San Salvador Atenco ha comenzado a movilizarse en días pasados en contra de estas medidas y en defensas de sus tierras. La decisión de Peña Nieto de construir el aeropuerto en la zona vecina al pueblo de San Salvador Atenco es una revancha contra el FPDT.
En el 2006, durante el gobierno de Peña Nieto en el Estado de México, los ejidatarios de Atenco fueron violentamente reprimidos. La represión se cobró la vida del estudiante Alexis Benhumea y más de 26 mujeres fueron violadas por las fuerzas represivas. Además decenas de manifestantes fueron apresados. Aunque en esa ocasión el gobierno reculó en su intento, ahora, en la presidencia Peña Nieto vuelve envalentonado luego de la aprobación de las reformas estructurales.
Según el gobierno federal esta obra tendrá su primera etapa de entrega en 2020, mientras agencias especializadas contemplan que será hasta el 2050. La nueva obra del arquitecto Norman Foster tendrá efectos ambientales y sociales nocivos para la población del Estado de México.
Este proyecto es considerado por el gobierno del PRI como “la principal obra de infraestructura del nuevo siglo” y es contemplada como una obra transexenal.
La prensa pro gubernamental considera el proyecto como una obra “futurística ” y con loas hacen propaganda de que este será “uno de los aeropuertos más avanzados del mundo”. El proyecto contempla el uso de entre 3 mil 500 y 5 mil hectáreas localizadas al norte del lago Nabor Carrillo tierras vecinas al pueblo de San Salvador Atenco.
El nuevo aeropuerto se financiará con base a una combinación de recursos públicos y privados. Según analistas de los 169 mil millones que costará la obra el gobierno aportará 59% del presupuesto estimado.
Impactos ambientales
Organizaciones sociales han criticado duramente la decisión de Peña Nieto. Los impactos ecológicos de la nueva obra son cuantiosos. En el lago de Texcoco existen por lo menos 20 especies amenazadas o en peligro de extinción de mamíferos y reptiles, es una zona hidrológica única en el Estado de México y es uno de los refugios más significativos para más de 250 especies de aves migratorias en invierno.
Aun más grave: para académicos de la Universidad de Chapingo el nuevo aeropuerto se construirá en un suelo sin firmeza y apunta a una catástrofe. La zona es, según académicos, lodosa, salitrosa y debido a la sobrexplotación de los mantos acuíferos es inestable y tiende al hundimiento. En zonas cercanas como Cd. Nezahualcoyotl se han producido grietas de alto impacto.
En años pasados los trabajadores aeronáuticos han sido de los más golpeados por el gobierno federal y por las empresas. Mientras el proyecto de aeropuerto avanza los más de 8 mil trabajadores de Mexicana de Aviación despedidos en 2012 siguen en lucha por su liquidación al mismo tiempo que el gobierno niega responsabilidad en el caso.
Uno de los ganadores del proyecto será sin duda el yerno del multimillonario Carlos Slim, Fernando Romero , asociado al británico Norman Foster. Carso, de Slim, también busca licitaciones para invertir en la obra.
Con este nuevo megaproyecto Peña Nieto muestra su desprecio por los pueblos y ejidatarios de Atenco y su fidelidad a los grandes empresarios del país como Carlos Slim. Este nuevo agravio se suma a la aprobación de la reforma energética, que privatiza Pemex, la educativa, que desmantela las conquistas del magisterio democrático y la reforma a telecomunicaciones, que fortalece el monopolio de Televisa. Con Peña Nieto el despojo y el desastre ambiental es un pan de todos los días.