LA POSICIÓN DEL GOBIERNO ARGENTINO ANTE LOS ATAQUES A GAZA
El rasero de los dos demonios
24/07/2014
Después de dos semanas de silencio, el gobierno de Cristina condenó “el uso desproporcionado y excesivo de la fuerza militar de Israel y las acciones armadas de Hamas” donde “la población civil ha quedado atrapada”. En tal sentido solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU que recupere su “rol decisivo” para “evitar los conflictos militares” y llamó a apoyar “los esfuerzos que llevan adelante Egipto y otros actores regionales e internacionales para establecer un cese del fuego inmediato y duradero”.
El gobierno “progresista” suele tener un doble rasero, así hoy sostiene la teoría de los dos demonios, condenando por igual la fuerza militar del Estado de Israel y las acciones armadas de Hamas, omitiendo la brutal asimetría de muertes que arroja mas de 650 civiles palestinos, mayoritariamente niños, contra apenas 25 militares israelíes participes de la invasión terrestre contra un territorio ajeno. ¿Cómo se puede equiparar el terror de un estado opresor apoyado sobre un ejército de ocupación con el legítimo derecho a la violencia que le asiste a un pueblo oprimido que hace 66 años fue expulsado de sus tierras originarias, apiñado en Gaza y Cisjordania, dos porciones de tierra inconexas, con 2,5 millones de “árabes israelíes” considerados ciudadanos de segunda, y más de 8 millones que residen en la diáspora, predominantemente en campos de refugiados de países árabes sin derecho de retorno? El Estado de Israel es la quinta potencia nuclear, cuenta con un ejército profesional provisto de la tecnología más sofisticada, así como del sistema antimisiles Cúpula de Hierro que interceptó todos los misiles lanzados por Hamas, armamento obsoleto de baja calidad. Los palestinos de Gaza ni siquiera tienen la posibilidad de huir hacia un refugio. Fueron bombardeadas varias mezquitas, los hospitales de Deir al Balah y Jan Yunis y hasta los edificios y escuelas de la UNRWA (la agencia de refugiados dependiente de la ONU). Cientos de miles escapan de los barrios Shujaiya, Beit Hanun y Beit Lahia, errando en esa cárcel a cielo abierto aislada del mundo desde 2007, donde el 60% de la población depende su subsistencia de la asistencia humanitaria. Los socialistas revolucionarios nos oponemos a la estrategia de Hamas por un Estado islámico del mismo modo que a sus métodos de ataque contra la población civil, completamente magnificados por el Estado de Israel para apelar a su presunto “derecho a defenderse”. Sin embargo, los defendemos incondicionalmente como fracción genuina del movimiento nacional palestino contra la ocupación colonial del Estado de Israel.
Mas cerca de EE.UU. y Netanyahu
Apoyar los “esfuerzos” de Egipto para “establecer un cese del fuego inmediato y duradero” resulta criminal para los palestinos gazatíes. El gobierno de Egipto, el mismo que colabora con el gobierno de Netanyahu cerrando el paso fronterizo de Rafah, sostiene que es necesario restablecer las condiciones de alto el fuego de noviembre de 2012. La ironía es que fueron esas mismas condiciones las que condujeron a la actual barbarie, manteniendo intacto el bloqueo por aire, mar y tierra establecido desde 2007 así como el cierre de todos los pasos de frontera y más de 7000 presos en las cárceles israelíes. Los túneles se convirtieron en un nervio vital que oxigenó en parte la desfalleciente economía gazatí sobre la base del contrabando, un aliciente que el gobierno israelí se propone eliminar para imponer más asfixia. No casualmente la propuesta de Cristina fue secundada por EE.UU. y aceptada por el gobierno de Netanyahu.
La exhortación K sobre el Consejo de Seguridad de la ONU son puras gárgaras. Ninguno de los operativos guerreros del Estado de Israel fue condenado por esta institución, donde EE.UU., su socio estratégico, siempre impuso su poder de veto. De las entrañas de la ONU salió el peor azote sobre el pueblo palestino: a partir del acuerdo entre EE.UU. y la URSS, el 29 de noviembre de 1947 resolvió la partición de Palestina, contra la voluntad soberana de las masas que salieron a las calles, opuestas a esa resolución arbitraria contra el carácter multiétnico (aunque mayoritariamente árabe) de Palestina. A la medida de los sionistas, la partición favorecía a la minoría judía que constituía menos de un tercio de la población, concediéndole el 52% del territorio. La disconformidad de las mayoritarias masas árabes fue uno de los pretextos que utilizaron las milicias sionistas para lanzar la Nakba en mayo de 1948, sostenida sobre la limpieza étnica de un millón de palestinos expulsados de sus tierras.
Desde el PTS en el FIT llamamos a redoblar la movilización en las calles, tal como ocurre en muchos otros países, para obligar a ese Estado terrorista a terminar con la ofensiva guerrera. Hay que exigirle al gobierno de Cristina la ruptura de las relaciones políticas, económicas y militares y la derogación del tratado de libre comercio con el Mercosur firmado en 2011apoyando las legitimas demandas del pueblo palestino por su derecho a la autodeterminación nacional, aplastado por ese Estado racista y colonial, gendarme del imperialismo norteamericano.