"En Argentina, la izquierda anticapitalista y socialista comienza a perfilarse como una alternativa real"
Entrevista a Christian Castillo en L’Anticapitaliste, publicación del NPA de Francia
12/02/2014
L'Anticapitaliste Nro. 228, publicación del NPA · 06/02/2014 Entrevista realizada por Virginia de la Siega y Laura Varlet
Entrevista. Christian Castillo es miembro de la dirección del Partido de Trabajadores Socialistas de Argentina (PTS). Durante las elecciones en Octubre de 2013, él formó parte de los compañeros elegidos en las listas del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) adonde se dirigieron más de 1, 2 millones de votos (entre el 5 y el 6 % de los votos), algo jamás visto en Argentina. Llegó a Europa el mes pasado, antes de la apertura de las sesiones parlamentarias, Castillo visitó Londres, Berlin, Barcelona y Madrid, Atenas (invitado por Antarsya), Toulouse y París. Luego de un encuentro de la revista Contretemps y de la revista mensual Ideas de Izquierda, tuvo lugar una reunión organizada por el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista), a la cual han asistido un centenar de militantes y simpatizantes. La ocasión ha permitido volver sobre algunos aspectos de la situación argentina y sobre las lecciones que extrae la extrema izquierda internacional puede sacar sobre FIT.
En plenas vacaciones de verano en el hemisferio Sur, el gobierno acaba de anunciar la devaluación del peso en medio de la inflación. Hasta hace poco, la Argentina fue considerado como un país emergente al haber dejado atrás la crisis del 2001...
Ya veíamos este giro en el horizonte. En dos años, las reservas en dolares del Banco Central han pasado de 50 a 29 mil millones de dolares, la inflación subió a un 28 %, en un contexto de desaceleración de la economía. A lo largo de la campaña, el equipo de la presidenta Kirchner, que atraviesa una crisis de sucesión, repitió que no habría una devaluación. Es por esto que uno de los ejes del FIT estuvo puesto en que las clases populares debían prepararse para un giro hacia la austeridad, y que por esto tenían que votarlo y organizarse. Nuestros pronósticos son confirmados por la ofensiva de los últimos días, que combina devaluación e inflación, y que afecta directamente al salario de los trabajadores.
Tenemos la impresión, al menos en Europa, que la extrema izquierda no está en condiciones de capitalizar en periodos de crisis. ¿Cómo explicas los resultados del FIT?
Hay un descontento social con respecto al gobierno. El kirchnerismo, en el poder desde el 2003, obtuvo el 54 % en las presidenciales de 2011 y no ha recolectado más que el 33 % de los votos en octubre. Mientras tanto, se desarrolló la huelga general del 20 de noviembre de 2012. El FIT, ha duplicado la cantidad de votos en el mismo período. Así que nosotros hemos obtenido varios diputados en diferentes provincias (yo fui elegido por Buenos Aires, la más poblada del país), así como tres diputados nacionales para el Parlamento. A eso, hay que sumarle el perfil de independencia de clase que ha defendido la extrema izquierda en los últimos años y la elección, en el caso del PTS especialmente, de intervenir de manera privilegiada, pero no exclusiva, en el movimiento obrero. La intervención resuelta en diferentes fenómenos de la lucha de clases, la presencia en las fábricas y la clara delimitación con respecto a los distintos sectores capitalistas es lo que nos ha permitido capitalizar el descontento que existe entre los trabajadores y la juventud.
¿En qué medida su campaña se llevó adelante en un terreno de clase?
En estos últimos años, hemos visto que en las fábricas, los trabajadores votan en las elecciones sindicales por nuestros compañeros contra la burocracia sindical, pero sin dar el paso de apoyarnos políticamente. Hoy, pasamos a un despliegue político mayor, con fábricas, en la zona norte de Buenos Aires por ejemplo, donde entre un 20 y un 40 % de los trabajadores votaron por el FIT y donde decenas de trabajadores, que militan con nosotros sindicalmente, participaron activamente en la campaña. Son las primeras confirmaciones de una vuelta a la militancia política en el seno de los asalariados. En Argentina, la izquierda anticapitalista y socialista se empieza a perfilar como una alternativa real, no solamente en las luchas (Zanon, Kraft, entre los ferroviarios, por poner algunos ejemplos), sino también en el plano político.
Existe en Europa un debate sobre el programa anticapitalista, su adaptación o no a esta fase actual. ¿Cuál fue la orientación del FIT?
No voy a enumerar los 27 puntos del programa. Sí decir que consiste en una combinación de reivindicaciones inmediatas, sociales y democráticas, y de reivindicaciones transitorias, ligadas a la perspectiva estratégica de un gobierno de los trabajadores.
Esto lo distribuimos en cientos de miles de volantes. También lo difundimos en los spots televisivos, con dos ideas claves: por un lado que elegir diputados del FIT, es para reforzar las luchas, para evitar el malentendido de que con su simple elección alcanza para resolver los problemas; por otro lado, que en un país donde el peronismo tiene un poder decisivo en el movimiento obrero, nuestra orientación es la de una alternativa política en el mundo del trabajo.
Hay quienes dicen que el FIT debería "ampliarse"...
El FIT agrupa fundamentalmente a tres corrientes que se reivindican trotskistas: el PTS, el Partido Obreto (PO) e Izquierda Socialista (IS). Aquellos que desean que el FIT se "abra", en el pasado a menudo han tenido una orientación más bien ambigua de apoyo por izquierda al gobierno y no comparten ni el programa del FIT ni su orientación de independencia de clase.
Para que la crisis del kirchnerismo no se canalice por derecha, que ha logrado captar la mayoría de los votos de la oposición en octubre, mi partido, el PTS, estima que es esencial abrir la discusión sobre la construcción de un partido revolucionario unificado de los trabajadores. Un simple frente electoral puede ser una herramienta muy útil para la agitación política, pero insuficiente para disputarle el poder a los capitalistas.
¿Y cuál fue el impacto para la extrema izquierda en otras parte del mundo?
Luego de la crisis del 2001, la extrema izquierda argentina ha intervenido en muchos terrenos: entre los trabajadores desocupados especialmente el PO, en las empresas "recuperadas" con Zanon como ejemplo, el PTS. Los resultados del FIT muestran que es falso pensar que para obtener el apoyo de franjas importantes de trabajadores y de la juventud, es necesario adaptarse a los programas reformistas de gestión del capitalismo que defienden Syriza o el Front de Gauche de Francia. Muestran a la inversa que es posible avanzar sobre la base de una orientación de clara independencia política de los trabajadores y un programa anticapitalista para hacerle frente a la crisis.
En este marco, con los cierres de fábricas como conocemos, defender la perspectiva de la ocupación, de la puesta en producción bajo control de los trabajadores y de la nacionalización bajo control obrero (una de las consignas de Zanon cuya lucha duró 13 años), creo que podría tener una virtud pedagógica y política, que la extrema izquierda podría traer a Europa. Yo creo también que los resultados del FIT, los desafíos que se se pueden destacar, podrían ser la ocasión para plantear el interrogante, a escala mundial, de la reconstrucción de una internacional revolucionaria de los trabajadores.