ESTADO ISLAMICO
La intervención norteamericana en Siria e Irak
23/10/2014
Los acontecimientos de la ciudad kurda de Kobani constituyen un capítulo de la guerra lanzada por Obama contra el Estado Islámico (EI), el que se propone avanzar sobre esa ciudad situada en el norte de Siria, cercana a la frontera con Turquía. Enemigo histórico del pueblo kurdo, el gobierno turco se negaba a enfrentar al EI para evitar el fortalecimiento de los kurdos, aunque ahora el ministro Mevlut Cavusoglu anunció que permitirá el paso por su territorio de ayuda para Kobani proveniente de los kurdos iraquíes.
El primer ministro turco Erdogán se negaba a este tipo de medidas porque dentro de Turquía viven 15 millones de kurdos históricamente oprimidos como nación y que pelean por mayores grados de autonomía y derechos nacionales que Turquía se niega a dar o quiere otorgar de forma controlada y subordinada a sus intereses. Esta es la base de los conflictos armados que el gobierno turco mantiene históricamente con el PKK, partido kurdo en Turquía que se fundó en 1978 para luchar por la independencia kurda y que cuenta con un importante brazo armado. Desde 1999 su líder Abdullah Öcalan está preso en Turquía y aunque ésta, junto con EEUU y la Unión Europea, considera al PKK como organización terrorista, desde 2012 vienen negociando un proceso de distención.
Ayuda a los kurdos de Kobani tras semanas de inacción
Pero la política turca de “dejar hacer” al EI para amedrentar a los kurdos ahora parece cambiar a partir de que su principal aliado en el mundo, el imperialismo norteamericano, está corrigiendo su política hacia los kurdos de Kobani.
Efectivamente, EEUU también venía “dejando hacer” al EI en Kobani (y contra los kurdos sirios en general), una ciudad que según declaró la semana pasada el Secretario de Estado John Kerry, no era un “objetivo estratégico” de EEUU en la guerra contra el EI. Por un lado, porque la prioridad estaba en los enfrentamientos en Irak donde el EI controla pozos petroleros que le permiten financiarse y donde los islamistas siguen avanzando debido a las contradicciones políticas del nuevo gobierno iraquí que no logra seducir a sectores sunitas y sacarlos de la órbita del EI. Pero también porque los kurdos de Kobani y el norte de Siria, no dejaban en claro si se subordinarían al dominio norteamericano como hicieron desde hace más de una década sus connacionales iraquíes.
Pero este fin de semana se dio a conocer que EEUU ha mantenido reuniones con el YPG, la milicia kurda de Kobani que resiste desde hace semanas la ofensiva del EI, luego de las cuales Kerry cambió drásticamente su discurso planteando ahora que “sería irresponsable dar la espalda a una comunidad que lucha contra el EI”. Más concretamente, en los últimos 4 días EEUU comenzó a arrojar ayuda material dentro de Kobani y a bombardear seriamente las posiciones del EI que rodean la ciudad, inclinando ahora la balanza hacia el lado de los kurdos.
El giro de la Casa Blanca tras casi un mes de asedio del EI sobre Kobani, no tiene nada que ver con algún interés “humanitario” del imperialismo norteamericano, sino con un problema de estratégico en su lucha contra el EI en Siria. En este país, luego de 3 años de guerra civil entre el ejército de Al Assad y las distintas facciones rebeldes, ha quedado una miríada de milicias y grupos armados, muchas veces enfrentados entre ellos, algunos contrarios a la intervención yanqui, que no tienen capacidad para enfrentar al EI. No hay entonces, quién aporte las tropas que Norteamérica no quiere comprometer pero que necesita indefectiblemente si quiere avanzar contra el EI ya que, se sabe, es imposible ganar una guerra sin tropas en el terreno. Los kurdos sirios con su enconada resistencia en Kobani, parecen demostrar que son los únicos con cierta fuerza y determinación para enfrentar al radicalismo islámico. Por eso el sábado 18/10 el mismísimo presidente norteamericano Barack Obama llamó personalmente a Erdogan para presionar por acciones concretas de Turquía contra el EI en el norte de Siria y especialmente en Kobani.
Reacomodos que no solucionan la crisis
Así, el gobierno turco cambió de la noche a la mañana su postura en la guerra como mostraron las declaraciones de Cavusogluy que comenzó a colaborar mínimamente con los kurdos, aunque por ahora sin involucrarse directamente en combates con el EI en territorio sirio. Recordemos que hasta ahora no le prestaba ayuda e incluso reprimió duramente movilizaciones kurdas que exigían la intervención turca contra el EI. De esta forma, se están dando reacomodamientos en la guerra que pueden cambiar las relaciones de fuerza en contra del EI que hasta ahora viene sobrellevando los bombardeos norteamericanos. Los países árabes que forman parte de la “coalición internacional” encabezada por EEUU y que no venían interviniendo, podrían comenzar a hacerlo a partir del giro de Turquía.
No obstante, esto no resolvería la crisis ya que no resuelve el problema político de fondo en Irak donde el gobierno no puede lograr un mínimo consenso con los dirigentes sunitas, lo cual brinda al EI una base social donde apoyarse. Tampoco resuelve la situación en Siria donde la lucha contra los islamistas le da objetivamente un aliento al presidente Al Assad, enemigo tanto de EEUU como de Turquía.
Al mismo tiempo estos reacomodamientos abrirían la posibilidad de que los kurdos del norte de Siria y de Kobani se acercaran más al imperialismo norteamericano como lo hicieron sus pares iraquíes. Una opción que solo traería mayores penurias para las masas de la mano de redoblar las cadenas de la opresión imperialista sobre la región y la nación kurda.
Claves
Kurdos: constituyen la minoría nacional más numerosa del mundo sin derecho a un Estado propio. Están asentados en el territorio del Kurdistán que abarca regiones de Turquía, Irak, Siria, Irán y Armenia, mientras 1,5 millón residen en Europa. EE.UU. siempre apoyó a Turquía que oprime a 15 millones de kurdos turcos, aunque ahora permite el paso de ayuda para los kurdos de Kovani contra el EI.
Estado Islámico: desprendimiento de Al Qaeda que ocupa vastas zonas de Irak y Siria, un territorio de las dimensiones de Bélgica, con el fin de establecer un califato sobre la base de la sharía (ley islámica), a partir de una alianza con tribus sunitas descontentas con el gobierno de Irak. Inicialmente fue financiado por Arabia Saudita y Emiratos Árabes.