Precaria tregua en Gaza
14/08/2014
Al cierre de esta edición el Estado de Israel y las organizaciones palestinas encabezadas por Hamas acordaron prorrogar la tregua por cinco días pese a que al mismo tiempo se informó del lanzamiento de cohetes de la organización islámica (aunque Hamas no lo reconoció) y de nuevos bombardeos de Israel contra la Franja de Gaza. Las negociaciones que se realizan en El Cairo a través de la mediación del gobierno egipcio, siguen estancadas. Aunque se habla de que se han “acercado posiciones” todavía no es posible alcanzar un acuerdo de mediano plazo.
Después de 30 días de salvaje ofensiva militar israelí que dejó a la Franja devastada, casi 2000 muertos y más de 10000 heridos y medio millón de desplazados, Israel exige que Hamas y otras milicias palestinas se desarmen bajo la cínica fórmula de “desmilitarización” de Gaza. A cambio ofrece un “alivio controlado” del bloqueo inhumano que mantiene desde 2007, permitiendo que se abra el paso de Rafah (controlado por el gobierno golpista de Egipto) y colaborar, a través de Al Fatah con la reconstrucción de las ciudades.
Esgrimiendo la excusa de que Hamas podría usar los materiales de construcción para hacer nuevos túneles, el estado sionista exige que el flujo de material sea estrictamente controlado por la ONU o por Fatah, partido del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, que gobierna Cisjordania y mantiene una política de abierta colaboración con Israel.
Esta condición de ceder el control a Fatah, es aceptada por Hamas. Incluso en abril la organización islámica había firmado un acuerdo con el partido de Abbas en el que de hecho le entregaba el gobierno efectivo de la Franja. Sin embargo Israel sigue sin aceptar un acuerdo de mediano plazo porque, en el marco de su estrategia de limpieza étnica que mantiene históricamente desde su fundación en 1948, pretende conservar el control férreo de la Franja y de sus pasos fronterizos. El gobierno sionista de Benjamín Netanyahu tiene además la presión en el seno de su gabinete de la ultraderecha liderada por el Canciller Avigdor Lieberman que se viene negando a “cerrar un acuerdo con terroristas”.
Las debilidades del gobierno sionista
Pero Israel tampoco puede imponer sus condiciones en la mesa de negociación ya que en el terreno, a pesar de toda la devastación y de haber impuesto su superioridad militar frente a las milicias irregulares palestinas, no ha podido asestarles una derrota estratégica. No ha podido anular su capacidad de combate, ni eliminar a su dirección ni desmoralizar y desbandar a los miles de combatientes con que cuentan estas organizaciones. A pesar de los golpes recibidos tras semanas de intensos bombardeos y de la incursión militar terrestre, las fracciones palestinas siguen con capacidad de lanzar cohetes a territorio israelí. Lo que es aún peor para los intereses israelíes, Hamas se ha fortalecido tanto en la Franja como en Cisjordania, aumentando considerablemente su popularidad al calor de la ofensiva militar de Israel.
Por otra parte, en los más de 30 días de bombardeos e invasión terrestre, Israel está pagando un fuerte costo político a nivel internacional. Su política de limpieza étnica que está quedando cada vez más al descubierto y los crímenes de guerra que comete atacando alevosamente escuelas de la ONU, hospitales y refugios de civiles, lo dejan crecientemente aislado a nivel internacional y han provocado grandes movilizaciones en el mundo árabe y en países occidentales como Inglaterra o Francia.
De esta manera, la resistencia del pueblo palestino continúa. Un pueblo que se aferra a su tierra hasta la última gota de sangre, que no se rinde ni ante las bombas y los tanques, ni ante el hambre y la devastación, y que ha sabido enfrentar con piedras al ejército más poderoso de Medio oriente. De la solidaridad y la lucha de los pueblos a nivel internacional, junto a esa heroica resistencia, depende que podamos derrotar esta nueva ofensiva sionista.