Economía
¿Pueden la Reserva Federal y el Banco Central Europeo evitar la crisis crediticia?
10/08/2007 Especial Web
A pesar de la fenomenal inyección de liquidez por el BCE y la FED (que dos días antes paradójicamente dijo que no iba a intervenir en los mercados dejando fijas las tasas de interés), es importante tener en cuenta que estamos no sólo frente a una crisis de liquidez sino a una crisis de insolvencia, es decir, de inversores que no pueden pagar sus deudas (lo que obviamente agrava la liquidez). Es decir, es más grave que la crisis del LTCM en 1998 que fue solucionada por una inyección de liquidez de la FED y baja de 75 puntos de las tasas de interés. Hoy la crisis tiene que ver con inversores que se sobrendeudaron excesivamente en la última fase alcista del boom. Hoy hay cientos de miles de personas que obtuvieron un crédito subprime que no pueden pagar. Y lo mismo es aparentemente el caso -como día a día se va demostrando- en otros segmentos del mercado crediticio como los cercanos a los prime, Alt-A o los prime híbridos, ARMs. Casi la mitad de los créditos hipotecarios entregados en 2005 y 2006 tienen la misma característica de los subprime: ninguna verificación de ingresos y activos, sólo pago de los intereses, etc. Talvez cientos de miles -algunos calculan un millón- se encuentran en esta condiciones.
También hay muchas firmas hipotecarias que se encuentran insolventes, repito, no sólo en el subprime como demuestra la bancarrota de AHM, fuerte en el segmento prime y cercano al prime. Lo mismo ya está comenzando a pasar en las constructoras, cuestión que ya es evidente en las más pequeñas.
También se está desarrollando la insolvencia en numerosos hedge funds y otros fondos como los de Bears Stearns en EE.UU. y en otros países como Australia, Alemania, Francia, etc. Y por ahora hay un parate en el mercado de deudas empresarias, pero que podría evolucionar en el actual contexto a algo más grave. También las bancarrotas corporativas, que estuvieron por debajo de su promedio histórico en los últimos años -en parte por las altas ganancias pero fundamentalmente por que las excepcionales condiciones crediticias le permitian evitar las quiebras y reestructuraciones- pueden agravarse en el marco de la crisis de liquidez y de insovencia que se está desarrollando en el mercado de créditos mundial.
Si este es el diagnóstico, la inyección de liquidez -como fue el caso de los préstamos del FMI durante el gobierno de De la Rua en relación a los pagos de la deuda externa argentina- sólo pueden ganar tiempo y postergar el default. Pero frente a la crisis de insolvencia, este es inevitable. La única diferencia con el ejemplo que dimos es que no estamos hablando de un país semicolonial como Argentina sino de importantes agentes en EE.UU. y a nivel global. La probabilidad de una caída abrupta (“hard landing”) en EE.UU. ha aumentado fuertemente. Estamos sólo a los comienzos de lo que puede ser una aguda crisis financiera a nivel internacional.
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