Voló Ratzinger: un trono (contrarrevolucionario) vacío
02/03/2013
Tomado de: El Diablo se llama Trotsky
Para mantener afiladas las armas de la crítica…
http://eldiablosellama.wordpress.com
Posted: marzo 1, 2013 by Demian Paredes in 2013
El llamado “trono de Pedro” está vacío: Joseph Ratzginer, alias Benedicto XVI, el papa del Vaticano, dio su último discurso y dejó el cargo. Este hombre –al que un despistado bloguero llamó “uno de los teólogos más profundos que ha llegado al papado en varios siglos”– fue, durante 25 años –“méritos intelectuales”(?) aparte–, un profundo reaccionario, miembro destacado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el aggiornado nombre de la vieja y maldita Santa Inquisición, torturadora y quemadora, durante siglos, de “herejes” varios/as.
En un post anterior me preguntaba qué pasará ahora: si la curia católica, abrumada por los escándalos de abusos sexuales (y millonarias indemnizaciones que, se dice, pagó), la pérdida de “fieles” y aportes (ca$h) y rencillas internas (negocios a la baja incluidos), se embarcaría, pese a la permanencia de ideologías rivales en el mundo que señaló (cuando asumió) el mismo Raztinger en 2005 la presidencia del Estado Vaticano –el marxismo, el relativismo, el feminismo y cuantos “ismos” se emparenten con “liberalismos” o libertades–, en alguna clase de “renovación” o “apertura”. Y la respuesta es no. No lo hará.
No sólo por la historia (toda) de terrorismo, locura, opresión y poder que tuvo (y tiene) en la sociedad contemporánea –algo de esto ilustré en otro post, con un fragmento de un libro de Fernando Vallejo, donde queda patente el consentimiento cristiano a la esclavitud y la misoginia–, sino también porque, en concreto, gran parte de los cardenales que deben elegir al sucesor de Ratzinger, son anti “liberales” y anti “reformistas”. Una nota del diario mexicano La jornada cita al periodista Adrian Hamilton, de The Independent, quien explica que, de 117 cardenales, 67 fueron nombrados bajo mandato de Ratzinger: hay entonces “un cónclave repleto de cardenales europeos, una curia que no ha tenido una sola reforma en tres décadas y una Iglesia que está ahuyentando a sus fieles, en especial a los jóvenes, en multitudes. […] Su Santidad, [el] papa Benedicto XVI, continuará usando su influencia, pero sólo para que la Iglesia permanezca sin cambios.”
Al parecer, desde Estados Unidos habrá una demanda contra Ratzinger por encubridor de curas abusadores y pedófilos. Más allá de cómo se dirima el asunto en los juzgados, es evidente que las cruzadas reaccionarias del Vaticano, tras elegir un sucesor, un nuevo papa, continuarán.
Ante esto, no queda más que seguir denunciando a la Iglesia católica y demás religiones, por ser funcionales al régimen de explotación capitalista –por algo Estados como el argentino financian la educación religiosa… aunque la “esencia” misma del capitalismo consista, como definió Terry Eagleton en un libro tan interesante e inteligente como discutible, en alguna clase de “ateísmo” en pos del consumismo individual–; por ser fuente(s) de opresión e ignorancia: el opio del pueblo, como definió Marx.
(Como ya planteara León Trotsky en la década de 1920 –cuando estaba en pleno desarrollo el Estado obrero ruso–, y recordara hace poco un escritor y crítico literario argentino, mil veces mejor que repetir los gastados ritos religiosos, de sumisión y anhelos en una vida mejor en el “más allá”, es ir al cine; que da todo y no pide nada a cambio –nada más hay que abrir los ojos y oídos… y disfrutar–. Una “práctica” que entretiene, que sorprende y que también, en algunos casos, “educa”. Que da –mucho– que pensar…)